Bienvenidos

Mery, Clark, Lucy y Matt; una familia que recién se habían mudado a otro país, se encontraban buscando un nuevo hogar, vagaban en los tristes barrios de la ciudad en la que se encontraban, cada vez que pasaban por más y más calles, era más inapropiado y sucio el ambiente, observaban con desilusión las pobres casas y residentes que habitaban en ellas, cada vez que caminaban más, Clark (padre de familia) se arrepentía más de su decisión, pero en el país que estaba anteriormente lo iba a asesinar la mafia, así que no tuvo de otra que marcharse rápidamente al país más lejos posible. Un largo rato después se toparon con una casa bonita, muy bien pintada de color blanco, y aunque no era muy grande; era perfecta para la familia completa. Vieron que estaba en venta así que se pusieron en contacto con el dueño de la casa, el cual en esos momentos no podría ir, ya que estaba vendiendo carne en una carnicería la cual era propiedad de él, así que la familia tuvo que pasar esa noche en un hotel cercano. Entraron al hotel con sus pesadas maletas y se dirigieron a la recepción.

—Hola, buen día, quisiera alojarme esta noche con mis dos hijos y mi esposa, ¿cuánto es el costo?  —Dijo Clark mientras señalaba con sus ojos a su esposa Mery y a sus dos hijos.

—¡Hola!, buen día el costo sería de 30 dólares, se les incluye productos de aseo y comida —Dijo el recepcionista mientras le entregaba las llaves del cuarto a Clark.

Clark agradeció y se marchó junto a su familia a la habitación, cuando llegaron la habitación se veía un poco vieja y con una que otra telaraña, Clark suspiro y dejo sus maletas en una esquina, al igual que su esposa e hijos, encendió la luz y de ella salieron pequeñas partículas de polvo, Matt tocio 2 veces y alejo el polvo con sus manos, luego de que se instalaron en la habitación todos se pusieron el pijama, luego Clark y Mery fueron al baño a cepillarse.

—Querido, tengo un poco de hambre, ¿podrías pedirle al mesero que nos traiga la cena? —pregunto Mery esperanzada.

—¡Pero claro!, enseguida vuelvo cariño — acepto Clark luego de escupir en el lavamanos y lavarse la boca.

Clark abrió la puerta y camino por el pasillo del cuarto piso, llego al ascensor y entonces entro, luego de que Clark entrara también entro un señor algo bajo y con aspecto de vagabundo.

—Ey, ¿Qué tal? —pregunto el señor.

—… Eh, hola hola, y-yo bien, ¿y usted? —dijo Clark casi sudando y nervioso, no era muy social.

—¡Bien hombre!, ¿veo que no eres de por aquí, que te trae por aquí? —pregunto curioso el señor.

—Oh, bueno, me he mudado con mi familia, y esta noche la pasaremos aquí, luego nos mudaremos a una bonita casa blanca que queda por aquí… —explico Clark.

«Maldición, no debí de haber dicho mucho» pensó Clark.

—Oh, ya veo, bueno creo que es bue- espera, ¿dijiste casa blanca?, oye, no quiero ser entrometido ni nada, pero nadie se muda allí, dicen que cosas extrañas pasan ahí, además de que cierta parte de la casa huele muy mal —comento el señor.

—¿hm?, ¿y q-quien comprueba eso? —pregunto Clark un poco tembloroso, pero luego el ascensor se abrió.

—Oh, lo siento, me tengo que ir, solo son rumores creo… pero si yo fuera tu buscaría otras opciones, el que puso la casa en venta es algo… extraño —comento el señor para luego marcharse.

Clark bajo del ascensor casi sudando, todo su sistema nervioso estaba activo y tenia los pelos de punta, trato de calmar la angustia y entonces fue a por el buffet, lo raro fue que cuando llego no había nadie, pero había bufets servidos, así que Clark agarro uno y se fue hacia su habitación, allí le entrego el buffet a su amada algo preocupado.

—¡Gracias!... ¿Qué pasa? —-pregunto Mery notando su preocupación.

—Oh, no es nada querida, solo… estoy un poco cansado —dijo Clark intentando no preocupar a su esposa ya que ella le había hecho un favor al irse con él al país actual en el que estaban.

Mery un poco desconfiada entendió. Los padres agarraron una sábana gruesa y la tiraron al suelo, ahí dormirían junto a sus almohadas, en la cama dormirían Matt y Lucy.

—¡Hasta mañana madre y padre, los quiero! —Exclamo Lucy.

—Hasta mañana Lucy, te queremos —dijo Mery.

—También te quiero hija —dijo Clark.

Matt fue el único que no dijo nada, pues este se había dormido.