—Y ¿Qué fue lo último de lo que hablaron o hicieron antes de darse cuenta del cambio? — Inquirió Madame Gypsy a Julieth.
Ella miró de reojo a Patrick quien estaba sentado en otro punto alrededor de la pequeña mesa redonda con la bola de cristal en el centro.
—Estábamos… Nosotros… Pues, él y yo.
—Se vieron involucrados en sentido físico — complementó la mujer los balbuceos.
—Sí.
—Y tu, ¿Recuerdas algo? — Ahora dirigiéndose al segundo en la sala.
—Muy vagamente.
Ella asintió. Volvió a mezclar sus cartas del tarot y sacó una, asintió y repitió el proceso hasta que tuvo tres frente a ellos. Los observó a ambos un momento y a Julieth le pareció que disfrazó una sonrisa con una mueca.
—Bien. John sigue vivo, en su forma. Su conciencia aún existe. Esta aquí, entre nosotros — dijo con un ademán teatral abriendo los brazos—. Pero, está atrapado. En ti. — Señaló a Patrick con su uña roja.
—¿En mi? Pero usted nos dijo que al amanecer sería expulsado de mi cuerpo. No es que yo estuviera consciente como para impedirlo.
—Verán queridos míos. Todo esto no es más que energía. John estaba poseyendo tu cuerpo sí, con tu consentimiento pero, lo que hizo con ella sobrepasó su energía. Sobrepasó lo que su conciencia podía retener. Era demasiado carnal, demasiado íntimo como para un ser como él. Así que la forma carnal, es decir tú, te volviste uno con él. Y tú conciencia le desplazó.
—Espere. Espere. Espere. ¿Está diciendo que en realidad con quién estuve fue con él y no con John?
—Posiblemente cariño. Esto no es una ciencia exacta, son manifestaciones de una naturaleza distinta a la nuestra. Seguramente ni siquiera este apuesto joven se dio cuenta del cambio. Su mente en busca de la razón lo debió tomar como un sueño. Por cierto, dame tu mano querido — dijo tomándole la mano antes que él la extendiera.
Palpó un poco y comenzó a seguir las líneas de su palma. Ella asintió y le sonrió a Patrick quien no entendía nada de lo que ocurría.
—Aquí está. Tú y él tienen espíritus afines. Son parecidos. Tienen una muy fuerte conexión espiritual. Por eso te escogió. No sabía lo que era pero lo sintió contigo y lo has sentido por ella ¿No es así?
Patrick tragó saliva mirando a Julieth y luego a Gypsy.
—Tranquilo. Te aseguro que a él no le molestará. Tiene un alma dolida pero muy buena. Como tú.
—Lo siento pero no entiendo — dijo retirando su mano.
—Entonces ¿Qué podemos hacer? — Insistió Julieth.
—Tendrán que repetir el ritual previo al cambio.
—¿El ritual previo? ¿Se refiere a que él y yo, debemos?
—Así es querida. Deben revivir la experiencia carnal para que la conexión espiritual entre ustedes dos lo haga volver.
—¿Conexión?
Pero Madame Gypsy solo se limitó a sonreírle.
—Y eso… ¿Cuándo debe hacerse?
—Lo más pronto posible. Cuanto más tiempo pase, menos probable será poder liberarte de su espíritu. Antes de que llegue el equinoccio el 22 de este mes.
—¿Qué ocurría si no… Lo hacemos? — Preguntó Patrick.
—Bueno cariño, tendrás que compartir tu cuerpo con él hasta la noche de los espíritus.
—¿Se refiere a Halloween?
—Sí. Hoy muchos lo toman como una fiesta para niños pero lo cierto es que es una noche peligrosa para los vivos cuando están atados a un espíritu.
—¿Qué podría ocurrirle?
—Podría morir. John y él se volverían uno en el equinoccio y cuando llegue el 31 de octubre, noche en que los espíritus pueden liberarse, al salir de su cuerpo, se llevará su alma consigo.
Julieth abrió los ojos asustada por el posible final de Patrick. Estaba claro, no había salida, no tenían opción.
—No creo todas esas cosas Julieth. Ya no te preocupes — le dijo quitándole la botella de vino.
—Pero Patrick, no podemos darnos el lujo de no creer. Tú y yo hemos visto que todo esto es real. Y si no hacemos nada podrías… Podrías morir.
Patrick suspiró y fue asentarse cerca de ella para tomar sus manos.
—Bueno. Me ha frustrado un poco mis planes el conocer la fecha de mi muerte pero eso no me impedirá vivir. Aunque ocurra de un modo extraño.
—Esto es mi culpa. Si no le hubiera pedido a John esa noche que me besara, nada de esto habría ocurrido.
—Julieth, lo que él hizo fue porque así lo quiso. Por ti.
—Lo peor de todo es que ahora tú estás en este embrollo y… Y…
—Vamos Julieth. Tú eres más positiva que esto — dijo acunando su rostro para alzarlo un poco y poder mirarla a los ojos —. Esta bien. No me arrepiento de haber participado en esta locura — añadió con una sonrisa.
—¿No?
—Claro que no. Esta situación irreal me trajo aquí, a ti. Y si pudiera volver a hacerlo, lo haría con tal de verte una vez más.
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Editado: 08.09.2018