Un Faraón para Tammy

Capítulo 2

—¡Ay no!—Tammy lleva su mano a su frente —Te descontrole la cabeza con el golpe, confundes la realidad con tu papel de actor ¿Qué haces?

Ressur estaba rodeando el auto, un poco agachado, pasaba sus dedos largos por el auto, se detuvo en los dos focos delanteros del auto.

—¿Qué es esta bestia? ¿Cómo hicieron para meter las antorchas en este lugar tan pequeño?

—¿Antorchas? —ella frunce el ceño y casi se pone a llorar ahí mismo —Estás desvariando ¡Por Dios! ¿Por qué yo? No lo golpeé mucho, pero le freí el cerebro al parecer.

Ressur hasta ese momento se fija en la pequeña mujer, su cabello brilla como el sol, con la luz de la antorchas.

Camina hacia ella, toma un mechón de cabello de Tammy entre sus dedos, ella da un grito porque lo tomó con fuerzas.

—¿Qué haces? —ella busca a separarse, pero él no suelta su mechón.

—Un rayo de sol atrapado en tu cabello, esto no es normal —ella lo mira, le había freido el cerebro a un tipo bellísimo, obviamente la comunidad femenina la iba a odiar, da un respingo al ver como el hombre lleva su mechón a su nariz, hace un gesto de asco.

—¡Oye! No me ha dado tiempo de lavarme el cabello, pero no huele mal como para que hagas esa mueca, no eres caballero.

—Sólo existe una explicación para que tengas atrapado los rayos de sol en tu cabello ¡Eres una diosa!

Tammy deja de pelear, sus ojos miran al hombre.

—¡Por Dios! Tienes el cielo atrapado en tus ojos —ella boca abierta mira como ese hombre guapo como de casi dos metros o era lo que ella creía se apoyaba en una rodilla —Mi diosa, que honor tenerte ante mi —ella abre más los ojos cuando siente que el hombre toma sus pies entre sus manos.

—¡¿Qué haces?! —lo ve inclinar su cabeza, iba a besar sus pies.

—¿Señorita está bien?—ella parpadea al ver como el oficial de policía está junto a ellos, alumbra con la lámpara al hombre, que seguía de rodillas. Tammy palidece no quería ir a la cárcel por haberlo atropellado.

—Si... oficial.

—¿Qué pasa con este tipo? ¿La está acosando?

—¡No! —responde rápidamente —No me acosa, sólo estábamos discutiendo un asunto.

Ressur molesto se pone de pie y mira al oficial.

—No puede interrumpir cuando estoy adorando a mi diosa.

—¿Adorando? ¿diosa? —el oficial mira a Tammy, con el cabello desarreglado, las grandes gafas de pasta en negro, la ropa sin forma que llevaba, las gruesas medias negras, las zapatillas que se parecían a unas que le regalaron hace dos años a su abuelita, Tammy hizo señas con su dedo cerca de su cabeza, dando a entender que el hombre está chiflado —Ya lo creo, el hombre si está chiflado —miró nuevamente a Tammy, pensó que las parejas de ahora eran extrañas en su sexualidad, quizás era una fantasía la que tenían esos dos, él vestia como el Faraón de las películas que pasaban cuando era niño —¡Vayan a hacer sus cochinadas a su casa o los detendré por inmoralidad en la vía pública!

—¿Inmoralidad? —Tammy no entiende de que habla, pero cuando cae en cuenta a lo que se refiere el oficial.

—¡Ay no!—grita.

—Señorita, vayanse ahora mismo o pasarán la noche en la cárcel.

—¡Vamos!—apremia, empuja al hombre guapo, luego vería que haría con él, no quería dormir en la cárcel.

Ressur iba a protestar, nadie se atrevia a tocarlo, él era sagrado, pero sus ojos oscuros se clavaron en la diosa del sol, así que se dejó guiar por ella, su hermano se iba a sorprender cuando le dijera que la diosa del sol bajó en una gran bestia, con dos antorchas atrapadas en minúsculos recintos extraños.

Ressur siento como fue empujado dentro de la bestia, la diosa lo había atrapado en ese lugar pequeño y oscuro, pero sintió alivio al verla entrar por otro lado, para su sorpresa ella tocó algo y la bestia se ilumino frente a él, empezó a ronronear y luego avanzaron. Él no era de naturaleza miedosa, era valiente, pero este lugar pequeño lo estaba superando.

Ella giraba una rueda, pero más pequeña.

—Imagino no tienes donde ir —murmura la diosa.

—Por supuesto que en el palacio —ella gira su cabeza, él seguía con el cerebro quemado, confundía su papel de actor con la vida real.

—Te llevaré a casa, no creo seas una amenaza, estas más loco que una cabra con el golpe.

—¿Qué es esto? Es una bestia extraña —extiende su mano para que la diosa entendiera.

Tammy suspira, esperaba que al dormir el hombre guapo, pudiera recordar.

—¿Te duele algo por el golpe?

—¿Golpe? —Ressur frunce el ceño y la mira —No tengo ningún golpe... bueno si, en la construcción fui atacado por los rebeldes, ya sabes los esclavos que han logrado escapar—se encoge de hombros.

—¿Esclavos? —Ressur asiente, Tammy lo miraba con los ojos muy abiertos.

Luego negó con la cabeza, el hombre creía que era de Egipto y que era un príncipe o¿era Faraón? No lo recordaba.

—¿Cómo dijiste te llamabas? —debía tener un nombre, aunque fuera el de su papel.

—Ressur príncipe de Egipto.

—Creo lo acortaremos.

—¿Acortar? 

—Si, nos quedaremos sólo con Ressur, es muy largo lo del príncipe.

Ressur iba a protestar molesto, pero calló, estaba delante de una deidad, no sabia como se podía tomar que él la contradijera.

—Esta bien, sólo Ressur, pero en el palacio no puedo hacerlo, cuando me anuncian en las reuniones deben gritar Ha llegado Ressur el príncipe de Egipto.

Tammy rueda los ojos.

—En el palacio o en las pirámides que te llamen como quieras, pero yo solo te diré Ressur.

—¿Cómo sabes de la pirámide? —Ressur se gira hacia ella, luego suelta el aire —Olvida mi torpe pregunta, es lógico que sepas que mi hermano esta construyendo la primer pirámide.

—Ambos sabemos que no sólo hay una pirámide —rueda los ojos —Son varias.

Él la mira sorprendido

.—¡Me estas revelando el futuro! Callaré diosa, por algo me has escogido —toma su mano, Tammy grita al sentir que él empieza a besarla.




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