Rouse suelta una carcajada al ver que el hombre guapo apunta a Tammy, quien no podía estar más desarreglada que nunca.
—Tienes buen sentido de humor —Tammy desvía la mirada, sentia las mejillas ardiendo por la vergüenza.
Ressur observa a la mujer de vestido rojo con el ceño fruncido, no entendía porque se reía de la diosa.
—Llamar a Tammy diosa.
—Lo es —Ressur siente dentro de sí, que la mujer no le caía bien, detectaba en sus palabras burla hacia la diosa —Tu eres un simple mortal por lo que veo, supongo te burlas porque no puedes estar a la altura de la diosa.
El silencio se poso en ellos, Rouse miraba con rabia contenida al hombre que tenia frente a ella ¿Cómo se atevia a insinuar que Tammy era mejor que ella?
—Me alegra que estés aquí Tammy —Frank metió las manos en los bolsillos de su pantalón —Iba a llamarte, necesito que recibas unos documentos, estarán entregándolos entre las nueve y diez de la noche, gracias por tu ayuda.
Tammy miró a Frank y luego a Ressur, esta noche no podía quedarse en la oficina, entre menos tiempo estuviera Ressur allí, seria lo mejor.
—Tammy —el señor Evans salía de las oficinas, la mira con una enorme sonrisa —¿Qué haces aquí? Deberías estar descansando en casa.
—Tammy recibirá los documentos de Adams & Asociados —Frank saca su móvil, sonríe y luego lo guarda —Nos vemos mañana.
—Frank —se detiene, la mira con una gran sonrisa, de esas que hacían que cualquier mujer se derritieran —No puedo quedarme, lo siento, solo vengo por las llaves de mi auto, tengo un compromiso.
Frank frunce el ceño.
—¿De qué hablas Tammy? Yo no puedo quedarme, tengo un asunto muy importante, te toca quedarte —se gira para marcharse.
El Señor Evans enarca una ceja, en ese momento repara en el hombre que está junto a su empleada.
—El cliente es tuyo Frank, es tu responsabilidad, no la de Tammy, por lo que me doy cuenta esta noche vino con su novio —Frank se detiene, mira furioso a su jefe y luego a Tammy, tenía una cita con una mujer que le había costado convencerla para que saliera con él está noche.
—Mi compromiso es importante —declara mordaz, el señor Evans se encoge de hombros.
—Tammy también lo tiene, no puedes pretender que cancele su compromiso por esperar documentos de un cliente que no es de ella y por el cual recibes un buen pago en tu cuenta sin compartirlo con Tammy.
—Vamos señor Evans, Tammy nos apoya con recibir los documentos de nuestros clientes por la noche —Rose estaba molesta.
—Algo que desde esta noche está prohibido —el señor Evans miró a Tammy —Si vuelves a quedarte a recibir documentos de los clientes de tus compañeros, recibirás llamado de atención de parte de Recursos Humanos, cada quién debe ser responsable de sus clientes, después de todo para eso se les paga.
Frank estaba furioso.
—Tammy tiene bien organizado su trabajo con sus clientes, nunca se queda por la noche por ellos, lo hace por los clientes de ustedes, no les importa que les entreguen los documentos a altas horas de la noche, porque no se quedaban, después de hoy, espero tengan mejor organización —el señor Evans miró a Ressur —Un gusto muchacho —extendió su mano, Ressur iba a protestar, no cualquiera podía tocarlo, era un príncipe, sintió el golpe de la diosa en sus costillas, así que extendió la mano para estrecharla con el hombre —Soy el señor Evans, el jefe de tu novia —él no entendía a que se refería así que no cambió su expresión seria —Cuídala mucho.
Ressur asiente.
—Protegeré a la diosa con mi vida si es posible —Rouse bufo, no entendía como ese hombre guapo, alto, con un cuerpo de infarto llamara diosa a la desaliñada de Tammy, la miró nuevamente y sintió repulsión por la mujer.
—Iré por mis llaves —Tammy estaba asustada, ella no tenía problema en quedarse después del trabajo en esperar los documentos, no imaginó que el señor Evans la iba amenazar con llamados de atención que sabia que irían directo a su expediente, cerró los ojos, con tres llamado de atención la despedirian.
Rouse miró a Tammy entrar, Frank trataba de convencer al señor Evans de que Tammy se quedara, ella miró una vez más al hombre guapo, caminó hacia él, los hombres no se le resistían.
—Creo comenzamos mal —ella se le acercó a él, sus labios rojos se curvaron en una hermosa sonrisa, él deslizó sus ojos oscuros por el hermoso rostro de la mujer —Soy Rouse Peraza —extendie su mano con uñas largas pintadas de rojo, llevaba un reloj grande rodeado de hermosas pulseras doradas.
—Eres bellísima —murmura Ressur, ella hace más amplia su sonrisa, por supuesto que era bellísima —Me recuerdas a las serpientes de Egipto —la sonrisa de borra.
—¿Qué? —él se cruza de brazos.—¿Serpiente?
—Son bellísimas, pero son traidoras y muy venenosas, puede parecer que son calmas, mansa, pero cuando menos lo esperan te atacan para clavarse su veneno.
Rouse estaba furiosa.
—¡Eres una total mierda!—Ressur abrió la boca asombrado.
—No eres una mujer educada como mi diosa, ella no alza la voz —Rouse da una patada en el suelo.
—¡No me compares con la vergüenza de las mujeres, por que eso es Tammy para nuestro género!
—¿Qué dices? —Tammy había escuchado las palabras crueles de Rouse.
Ressur mira a la diosa y luego al rostro rojo de furia de la mujer serpiente..
—Vamos diosa —avanza hacia ella y la toma del codo —Muero de hambre, alimentame nuevamente con el delicioso festín de hoy.
Frank dejó de mirar a su jefe para mirar a Tammy.
¿Acaso ese estúpido hombre hablaba en doble sentido?frunció el ceño. Quizás Tammy era una diosa en la cama, por eso tenía a ese hombre en la palma de su mano, vaya con la callada de Tammy, quien iba a pensar que siempre estuvo ante él una experta en la cama, a él le encantaba el sexo, sobre todo prefería a una mujer experta, con la que podía disfrutar tanto.
—Lo siento Frank, pero debes quedarte. Tammy ya se marchó con su novio y es lo correcto.