Un fragmento Sin Estructura

Entre humos y café

En búsqueda del ciclo rutinario:

Fue un proceso más agotador de lo que imaginé. No bastaba con enviar currículums, tenía que insistir, recibir rechazos, escuchar excusas vagas como "Estamos buscando a alguien con más experiencia", "Te llamaremos despues" (y nunca llamaban) o simplemente la indiferencia de un correo sin respuesta. Algunos conocidos decían que lo mejor era moverse por parientes, pero incluso ahí había trabas: "Te aviso si sé de algo", "Déjame preguntar, pero no prometo nada". La perseveren se iba desgastando, pero entendí que la búsqueda de empleo no era solo mandar papeles, sino una ruleta rusa de suerte y, a veces, pura casualidad.
En resumen, era agotador.

Durante el primer año de finalizar la escuela, algo aún me mantenía despierto: David. Aquel chico que se quito su propia vida.
Tal vez nunca tuve un vínculo con el, y era extraño, nadie parecía acordarse o haber sabido sobre el; Dónde Vivía, su familia, sus padres, nada. O al menos mencionarlo.

Tal vez seré yo quien se había quedado afectado por su muerte. Algo me sentía reflejado en algo en el, y a veces me venían dudas: ¿Y si le hubiese hablado? ¿Y si nos habríamos echo amigos?...
Ya no importa... El no está más en este frágil y palido mundo, y debo aceptarlo de algún modo.

El momento llegó. A través de contactos del padre de Luan, intenté conseguir trabajo. Algo sencillo para el currículum, ya sabes: Atención al cliente, seguridad, albañilería cualquier cosa que sirviera como experiencia.

El primer mes fue un desastre. Exigencias absurdas, horarios imposibles, requisitos que no cumplía, y mucho trabajo de fuerza.
No conseguí mucho pero ya era un indicio.

El segundo mes, en cambio, tuve más suerte. Mi primer trabajo fue de mesero.

—¡Más rápido, hey, más rápido!

No fue bonito. Fue agotador. Pero a veces creo que mi paciencia era implacable en ese entonces. Con el primer sueldo en mano, renuncié.

Luego, por parte de Luan, surgió otra oportunidad:

—Oye, hay una panadería que se está instalando, podrías consultar por ahí si necesitan empleados.

Finalmente, conseguí un nuevo trabajo. No era la gran cosa, pero era algo estable, y después de momentos frustrantes, me bastaba esto (Por ahora).

Los primeros días fueron erráticos: Horarios ajustados, mucha atención al cliente que llegaban a última hora y un jefe que tenía sus períodos de exigencia extrema. Aprendí rápido que los viernes eran sus peores días, pero los lunes y miércoles, después de su fin de semana, su carácter mejoraba. Era cuestión de moverse con cuidado, entender cuándo hablar y cuándo simplemente asentir en el momento adecuado.

El equipo era pocos: Mariano; El que trabajaba a mi lado, tenía el aspecto de alguien que había pasado por más noches de fiesta que de sueño. Se notaba en sus ojos irritados y en su voz rasposa. No me metía en su vida, pero era difícil no notar cómo se tambaleaba algunos días. Belu; Extrovertida, y posiblemente mejor amiga del mismo mariano.y por último Jessica; Para ser honesto no supe mucho de ella. Después de todo, los tres eran amigos de hace tiempo según las interracciones que veía por parte de ellos.

Luan y Nadia vinieron a visitarme una tarde, supongo que de casualidad:

—¿Hola, cómo te va?— Me había preguntado Luan con su típica expresión.

—Bien, creo—Recuerdo haberle dicho sin tanta emoción.

No había mucho más que decir. Era un trabajo, una rutina. No estaba mal, pero tampoco era algo que me fascinaba. Tal vez por eso nunca intenté conocer demasiado a mis compañeros de trabajo. Todo se resumía a saludos, respuestas automáticas y conversaciones que no llevaban a nada antes de salir en nuestro turno. Además, con el sueldo resguardado de varios turnos del trabajo, los dedicaba para futuros estudios en la universidad.
Ya me había adentrado ligeramente en eso, o al menos por un corto tiempo.

Los fines de semana veía cómo algunos de mis compañeros salían juntos. Algunos se despedían con gestos cansados, otros con risas animadas.

—Nos vemos— Decían mientras se alejaban—. Un día deberías venir con nosotros.

—Lo tomaré en cuenta. Que tengan buen finde.

Nunca lo tomaba en cuenta.

Los sábados y domingos eran iguales. Llegaba del trabajo, intercambiaba algunas palabras con mi madre quien a veces llegaba más tarde al trabajo que yo, preparaba algo de comer y luego me encerraba en mi cuarto durante varías horas. Pasaba el extenuante tiempo sin que hiciera gran cosa en particular: Un poco de celular, a veces escribía en una hoja suelta o en este mismo espacio, otras veces simplemente escuchaba música, etc.

Belu me insistía en que escuchara Linkin Park. Según ella, sus letras eran profundas, aunque yo apenas entendía el inglés como para apreciarlas realmente. Mariano, en cambio, me recomendaba más música nacional o rock Latinoamericano; Gustavo Cerati, Indio Solari, Sui generis , entre otros. Me sorprendió para ser sincero, lo había prejuzgado como uno de esos que solo escuchan reguetón. Supongo que lo juzgué mal, al menos en lo musical.

Tomaba en cuenta sus recomendaciones, pero muchas veces no podía concentrarme ni siquiera en eso. Había noches en las que me acostaba y, al cerrar los ojos, horas ya habían pasado. A veces despertaba y me daba cuenta de que no había dormido en absoluto. Soñaba cosas extrañas, imágenes sin sentido que no valía la pena recordar.

Tal vez la mayor parte de mi vida la pasé hablando solo. La gran interacción nunca fue lo mío. Mi comunicación con los demás era mínima, y las conversaciones profundas, casi inexistentes o inexactas...

Todo marchaba relativamente bien, hasta que empezó a marchar relativamente mal.
Aquella noche, después de otro día en la panadería, revisé el celular mientras volvía a casa.

<¡Vení por favor, se le explotó la casa a Luan!!!!!!>

No pensé. Solo corrí.

Cuando llegué, la calle parecía un limbo: Luces intermitentes, policías, bomberos moviéndose entre los escombros. Gente amontonada en bisbibeos. Un hogar reducido a pedazos y carbon; Con humo saliendo entre las ruinas, y olor a quemado putrefacto impregnándolo todo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.