Desde el primer momento que escuche sobre este fenómeno (lo digo bajo el sentido de asombro o prodigio) me pareció sensacional y simplemente maravilloso, por ello quise seguir investigando más sobre este.
¿Cómo no pudimos darnos cuenta que prácticamente cuando nos comunicamos el 85% es a través del lenguaje corporal y solo el 15% restante es mediante el habla?
El lenguaje fue creado por nuestros antepasados bajo instintos básicos de la necesidad de comunicarse, sin embargo después que el hombre lo dominara a la perfección, la prioridad de darnos a entender pareció haber quedado en segundo plano y desde pronto nace una nueva forma de conseguir las cosas. Mediante la manipulación y el engaño.
El hombre descubrió que podía conseguir más cosas engañando. Es decir, tergiversando lo que siente, lo que quiere y lo que hace, al darse cuenta que obtiene más diciendo lo que las personas quieren oír que lo que realmente deben escuchar. Y todo parte desde allí, nada volvió a ser lo mismo, por tal razón alguien con la ambición y la necesidad de ir más allá, descubrió el secreto que guarda el lenguaje corporal.
Y cuan necesario es saber entenderlo, con lo gran destruida que está la sociedad, las palabras no son seguridad de nada y eso no solo lo hemos aprendido de nuestras ex parejas, también lo vemos a diario en los discursos políticos y en las noticias
Pero si hablamos del lenguaje verbal, este sin duda alguna, es una estupenda y satisfactoria habilidad que debemos aprender a dominar, aunque en ocasiones nos da o damos una información incompleta mientras hablamos, es allí donde el lenguaje corporal juega un papel importante.
Entre manos sudorosas, miradas vacilantes y gestos descifrables, no solo pudiéramos tener la brillante oportunidad de descubrir las verdaderas intenciones de las personas hacia nosotros o hacia los demás, sino también podríamos salvarle la vida a alguien que se encuentre en una situación de maltrato, secuestro doméstico, acoso laboral o acoso estudiantil, entre otros.
En fin el lenguaje corporal está compuesto por distintas características que guardan un código real de lo que la persona genuinamente siente o desea.
A continuación revelaremos solo los más destacados, comenzando por lo que todos conocemos como “Las ventanas del Alma”. Los Ojos, estos se mueven de manera involuntaria cuando pensamos, imaginamos o recordamos, entonces la gran pregunta que nos corresponde hacer es:
¿Qué significado hay detrás de cada mirada?