Primeras Vacaciones en Familia Segunda Parte.

PRIMERAS VACACIONES EN FAMILIA

Segunda Parte...

Enrique; Me despierto al sentir una suave presión sobre mi cuerpo. Al abrir los ojos, me encuentro ante una escena que parece sacada de un cuento de hadas: una Pequeña Princesa está delicadamente reclinada sobre mi pecho. Su carita está sonrojada, lo que le da un aire de dulzura irresistible, y su chupete se mece entre sus labios de manera inocente. Sus pequeñas piernas están descansando sobre mi hermano Brandon, quien, al percibir la situación, no puede evitar sonreír como un niño travieso, intentando disimular la alegría que le provoca la escena. Sin lugar a dudas, este momento es único y especial para nosotros; despertar y contemplar una imagen tan tierna es un verdadero regalo que atesoraremos para siempre. Extendí mi mano con cuidado, intentando no despertar a la pequeña princesa que dormía muy plácidamente sobre mi. Logré alcanzar mi móvil y, al hacerlo, lo desbloqueé para verificar la hora; apenas eran las seis de la mañana. Después de comprobar la hora, volví a bloquearlo y lo coloqué en su lugar con delicadeza. Con suavidad, levanté a Diana y la deposité en el colchón, aprovechando ese momento para poder levantarme sin alterar su sueño. Tenía la necesidad urgente de ir al baño y empezaba a pensar en preparar los ingredientes que serían necesarios para el desayuno; dado que éramos doce personas, sabía que eso llevaría un buen rato. Con el paso de los días, es probable que nos adaptemos a esta nueva rutina y podamos ser más ágiles a la hora de preparar las diversas comidas. Brandon se levanta al mismo tiempo que yo, y antes de salir de la carpa se toma un momento para cubrir nuevamente a Diana con la sábana, asegurándose de que esté cómoda. Después de eso, salimos juntos y nos dirigimos hacia los baños. Caminamos con tranquilidad, tomando nuestro tiempo y disfrutando de cada detalle del entorno que nos rodeaba. Posteriormente, teníamos en mente ir a las duchas para refrescarnos. Cada paso que dábamos nos permitía apreciar la belleza del lugar y compartir momentos agradables en compañía mutua. Mientras Brandon y yo nos duchábamos, pudimos escuchar a Javier y Fabián entrar en las otras duchas que estaban libres. Sin perder tiempo, les preguntamos por nuestra esposa y los niños. Ambos nos respondieron que Lourdes estaba despierta, pero que los niños seguían dormidos. Mientras ellos continuaban duchándose, Brandon y yo finalizamos nuestras duchas. Después de eso, nos secamos y nos vestimos. Recogimos la ropa y las toallas que habíamos utilizado y comenzamos a salir de allí. Caminamos rápidamente hacia la carpa, apresurándonos un poco en nuestro paso. Al llegar, encontramos a Lourdes sentada en la mesa, rodeada por los trillizos y Christopher. Nos acercamos a ella y, en señal de cariño, la saludamos con un beso en los labios. Le deseamos buenos días a ella y a los niños, quienes nos devuelven el saludo con sonrisas y gestos amistosos. Mientras tanto, Lourdes se prepara para el día; levanta a Christopher en sus brazos y toma la mochila que contiene la ropa tanto de ella como del pequeño. Nos informa que tienen la intención de ir al baño y, posteriormente, ducharse. Los trillizos, emocionados, también recogen sus mochilas y toallas, y, juntos con su madre, salen en dirección al baño. Mientras nosotros estamos atentos a los pequeños que todavía están dormidos, seguramente por poco tiempo más, empezamos a preparar el desayuno. Un rato después, se acercan a nosotros Javier y Fabián, quienes se ocupan de Álex, Darío y Bruno, que se han despertado recientemente.

Fabián; Después de disfrutar de un desayuno en conjunto, todos colaboramos para lavar y organizar los utensilios que habíamos utilizado, guardándolos cuidadosamente en la camioneta. Una vez que finalizamos con las tareas de limpieza, procedimos a cambiar nuestra ropa por los trajes de baño, pues teníamos planeado ir a las termas una vez que todos estuviéramos listos. Subimos a la camioneta y, antes de dirigirnos a las piscinas, habíamos decidido hacer una parada en el supermercado para comprar los víveres que necesitaríamos para el día completo. Nuestra intención era pasar todo el tiempo posible en las termas hasta la hora de cierre, y luego disfrutar de una cena en el camping.

Después de haber realizado todas nuestras compras, subimos nuevamente a la camioneta y nos dirigimos hacia las termas. Todos nosotros ya llevábamos puestas nuestras pulseras, lo que nos permitiría acceder de manera más rápida y eficiente al lugar. Al llegar, nos bajamos del vehículo y recogimos todo lo que íbamos a necesitar para disfrutar del día en las termas. El guardia de seguridad se aseguró de que todos tuviéramos nuestras pulseras en la muñeca antes de permitirnos el paso. Una vez dentro, nos dirigimos hacia la zona de piscinas para niños. Unos metros más atrás, encontramos un espacio adecuado donde podríamos establecer nuestra base y dejar nuestras pertenencias con comodidad. Allí, organizamos nuestras cosas y nos preparamos para disfrutar de un día lleno de diversión y relax en las termas.

Después de que la familia se estableció y organizó sus pertenencias en la zona que habían elegido, Lourdes se dio cuenta de que cerca de la entrada del parque había tiendas que ofrecían una variedad de productos. Una de ellas le llamó especialmente la atención, ya que tenía un cartel que anunciaba la renta de gazebo, acompañado de una imagen de uno de estos. Intrigada, Lourdes compartió su descubrimiento con sus esposos. Después de un breve intercambio de ideas y llegar a un acuerdo, Javier y Fabián decidieron dirigirse a la tienda en busca de un gazebo que se ajustara a sus necesidades, considerando que el lugar donde se habían instalado carecía de suficiente sombra. Unos minutos más tarde, ambos llegaron junto con un empleado de la tienda que les había ayudado a armar el gazebo, ya que era bastante amplio.