Un Giro De 180 Grados

Regreso al Orfanato Central Four Segunda Parte.

Regreso al Orfanato Central Four.

Segunda Parte...

Mientras los miembros de la Familia Clark se deleitaban con una sabrosa merienda en el patio, rodeados de risas y abrazos afectuosos, Luisa y Francisco arribaron al orfanato acompañados de tres nuevos internos.

Al entrar en el orfanato, Luisa recibió la información de que tanto Jorge como la familia Clark habían llegado con bien hacía aproximadamente dos horas.

Según le informaron, se encontraban disfrutando de una merienda en el patio designado para tal fin.

Agradecida, Luisa dirigió unas palabras de gratitud hacia Fernando y le pidió que avisara a Jorge, que lo esperaba en su despacho.

Luego, Luisa se adentró en su oficina, acompañada por Francisco, quien le brindaba su ayuda para llevar a los niños a la sala de estar dentro de su despacho.

Una vez allí, se dedicaron a acomodar a los pequeños en los cómodos sofás, asegurándose de que estuvieran cómodos y felices en su nuevo entorno, Francisco decide salir de la oficina para acercarse y saludar a los Clark.

Mientras tanto, Luisa se queda al cuidado de los niños más pequeños, acompañada por Jorge.

Este último, aprovechando la ocasión, inicia una conversación amistosa con los dos niños mayores, estableciendo un ambiente agradable y divertido entre ellos.

Francisco se queda unos minutos contemplando a sus amigos y a los niños desde la ventana.

Una sonrisa se dibuja en su rostro al observar la escena que tiene frente a él.

Tras suspirar con cierta nostalgia, decide abrir la puerta y salir al patio.

Baja las escaleras con paso firme y se dirige hacia el grupo.

El primero en notar su presencia es Fabián, quien, al verlo, se levanta de la manta en la que estaba sentado y se acerca alegremente a saludarlo.

Fabián lo recibe con un cálido y fuerte abrazo, un gesto que rápidamente replican sus hermanos y su esposa.

Los trillizos, junto con Álex y Christopher, también se unen a la cálida bienvenida, creando un ambiente lleno de alegría y camaradería, los trillizos se acercan y le preguntan sobre Luisa, Él les responde que ella se encuentra en su oficina.

Sin embargo, antes de poder explicarles que está ocupada, los tres niños salen corriendo.

Detrás de ellos va Christopher, quien está ayudando a Álex, lo que provoca que Brandon, Enrique y Lourdes también comiencen a correr tras ellos.

Mientras tanto, Javier y Fabián levantan a los gemelos en brazos, y Francisco, decidido a detener la carrera, persigue a Álex y Christopher.

Finalmente, los agarra en brazos y acelera el paso, intentando impedir que entren en la oficina.

Los trillizos se apresuran hacia la puerta y la abren sin tocar, lo que provoca un sobresalto entre los presentes debido a lo sorpresivo de su entrada.

Gritos y risas de los tres niños, junto con las llamadas de atención de sus padres, resuenan en el ambiente.

Sin embargo, pronto todos los presentes optan por el silencio al darse cuenta de que, en el salón, hay otros tres niños que se encontraban tranquilos.

Estos estaban sentados junto a Luisa, Jorge y Andrés, quien había llegado apenas unos minutos antes.

La escena se torna un tanto confusa, pero la atención se centra en los trillizos que han irrumpido con su energía inagotable.

Brandon se dirigió a los trillizos, Diana, Bruno y Alán, con un tono de reproche: ¿No les hemos dicho ya varias veces que no pueden salir de esa manera? Y además, tampoco deben entrar sin llamar a la puerta primero, ¿verdad?

Los trillizos, sintiéndose apenados por la situación, respondieron: Lo sentimos, papá. No volverá a ocurrir, lo prometemos.

En ese momento, Christopher intervino para defender a sus hermanos: Papá, por favor, perdónalos. Tenían muchas ganas de ver a Luisa. No te enojes, por favor. Te lo suplico.

Brandon, con un aire de autoridad pero también de compasión, miró a Christopher y le dijo: Ah, mira tú, mi pequeño príncipe defensor de tus hermanos mayores. Está bien, los perdonaré, pero solo si se disculpan adecuadamente con Luisa, Jorge y todos los demás presentes por haber interrumpido de una manera tan inapropiada.

Los trillizos, tomando la lección con seriedad, se acercaron a Luisa y, en un tono sincero, dijeron: Lo sentimos mucho, Luisa. No volverá a pasar.

Luisa abraza a los tres con cariño y, mientras lo hace, les responde con tranquilidad: Mis adorados trillizos de oro, no se preocupen, están disculpados. Los he extrañado mucho. Sin embargo, su padre tiene razón; ustedes deben ser más cautelosos en sus acciones. En este momento, estoy bastante ocupada. Tenía intención de pasar a saludarlos a todos en cuanto tuviera un momento disponible, pero ahora necesito que se retiren por un instante. Francisco, Jorge y Andrés, es fundamental que atendamos a los niños en este momento, ¿de acuerdo? Prometo que más tarde pasaré un rato con ustedes.



#7792 en Novela romántica

En el texto hay: poliamor, adopciones

Editado: 07.04.2025

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