Un Giro De 180 Grados

Regreso al Orfanato Central Four Tercera Parte.

Regreso al Orfanato Central Four.

Tercera Parte...

Andrés pide a Lourdes y a sus esposos que lo acompañen hasta la sala de psicología.

Los cinco, junto con Francisco, se dirigen en grupo hacia la salida de la oficina, dejando a los niños al cuidado de Jorge y Luisa.

Una vez que llegan a la sala, Andrés entra sosteniendo varios documentos en sus manos.

Se sienta en el escritorio, mientras Lourdes y sus esposos se acomodan en las sillas dispuestas frente a él.

Francisco y Andrés se intercambian miradas cargadas de significado antes de que Andrés comience a hablar.

Sus ojos se encuentran brevemente, como si esa conexión visual dijera más que mil palabras, creando un instante de comprensión silenciosa entre ellos.

La atmósfera se vuelve tensa y expectante, presagiando que lo que Andrés está a punto de expresar será de gran importancia.

Andrés: Antes que nada, quisiera conocer cómo se sienten todos, pero en especial tú, Lourdes.

Ahora que has recibido la noticia de que, a partir de este instante, cuentas con tres nuevos integrantes en la familia, me gustaría saber tu opinión y tus emociones al respecto.

Lourdes: Con total sinceridad, todavía me encuentro bastante sorprendida por lo que he descubierto.Nunca habría pensado que el hermanastro de mi padre tuviera más parientes además de su novia, quien, para mi sorpresa, ahora sé que en realidad es su esposa. Sin embargo, hay algo que me inquieta y no me deja tranquila: ¿qué sucedió con ellos y con la abuela de los pequeños? Estoy completamente confundida con esta situación, así que quiero pedir disculpas por no entender del todo lo que está pasando.

Enrique: Estoy convencido de que hablo en representación de mis hermanos también; todos nosotros estamos igualmente asombrados por esta revelación que nos han hecho. Sin embargo, hay un aspecto que no logro captar del todo: si ellos se han trasladado a España, ¿cómo es posible que ustedes hayan podido reunirse con los niños?

Andrés, entiendo que esto ha causado confusión, pero les ruego que me presten atención. Para poder abordar cada una de sus preguntas de manera adecuada, es crucial que tengan claro todo lo que ha ocurrido antes de alcanzar esta situación actual. No es fácil comprender y absorber una historia de esta magnitud sin conocer todos los antecedentes. Iniciaré relatando lo que Zack me ha compartido desde que tiene uso de razón.

Lourdes, quiero que entiendas que este proceso que estamos a punto de vivir no será fácil, ni para ti ni para tus esposos. Por esta razón, les solicito que, una vez que hayan recibido toda la información pertinente, se tomen el tiempo que necesiten para reflexionar y evaluar las decisiones que deben tomar. Es esencial que cada uno de ustedes tenga la oportunidad de procesar de manera adecuada lo que está ocurriendo antes de proceder con cualquier acción.

Los cinco intercambian miradas y, tras un breve momento de reflexión, asienten con la cabeza en un gesto de aceptación hacia lo que Andrés ha expresado.

Es evidente que han estado lidiando con un sentimiento de opresión en sus gargantas, causado por la tensión de la situación, y con esfuerzo logran deshacerse de aquel nudo angustioso.

Un suspiro profundo escapa de sus labios, como si intentaran liberar toda la carga emocional que han acumulado hasta ese instante.

Ahora, se preparan mentalmente para recibir la información que Andrés les proporcionará acerca de los tres niños que han tenido la oportunidad de conocer.

La expectativa llena el aire, mientras ellos se disponen a enfrentar lo que vendrá.

No obstante, ninguno de los presentes habría podido prever que la revelación que estaban a punto de recibir les dejaría en un estado de asombro absoluto. La intensidad de esa sorpresa sería tal que, por primera vez en toda su existencia, se encontrarían completamente desprovistos de palabras; su capacidad para articular cualquier tipo de respuesta se vería completamente bloqueada. La magnitud de lo que estaban a punto de escuchar les llenaría de una sensación de asombro tan profunda que, incluso en medio de la expectativa, el silencio se apoderaría de ellos, convirtiéndolos en meros espectadores de un momento que cambiaría sus vidas para siempre.

Andrés comenzó a contarles sobre la aterradora experiencia de Zack en su infancia, la cual tuvo su origen cuando él tenía apenas tres años.

En esos años, su madre y su abuela aprovecharon la ausencia de su padre, quien solía estar fuera de casa por largas horas debido al trabajo, para llevar a cabo un castigo despiadado. Lo sometían a una situación verdaderamente angustiante: lo desnudaban por completo y lo metían en la bañera. Una vez allí, llenaban la tina con agua helada, sumergiéndolo en un frío intenso que parecía penetrar hasta los huesos. Este tormento podía extenderse durante largos periodos de tiempo, y en ocasiones, Zack se encontraba atrapado en ese calabozo helado hasta por una hora completa, aguardando el regreso de su padre, quien nada podía imaginar de lo que su hijo estaba sufriendo en su ausencia. Zack estaba prohibido de salir de la bañera. Cada vez que intentaba hacerlo, su madre o su abuela lo castigaban de manera cruel y despiadada. Le golpeaban en la cabeza con una regla de madera, y le propinaban tantos golpes que en numerosas ocasiones le causaban heridas que llegaban a sangrar. Cuando su padre regresaba a casa, ellas se encargaban de darle una versión alternativa de la realidad, haciéndole creer que Zack se había lastimado mientras jugaba, de esta forma ocultaban el verdadero abuso que su hijo sufría a manos de ellas. Zack conserva un recuerdo claro y vívido de esa experiencia hasta que cumplió cinco años. Durante esos años, el frío del agua le afectaba tanto que cada noche terminaba con fiebre. Esta situación obligaba a su padre a permanecer despierto y sin descansar, porque Zack sabía que Amelia le había mencionado a su padre que tanto ella como su madre se encargaban de cuidarlo durante el día. Por lo tanto, le correspondía a su padre asegurarse de que Zack estuviera bien durante la noche. Una de esas noches, Zack experimentaba un malestar considerable. Su fiebre había alcanzado niveles tan altos que comenzó a convulsionar, lo que generó una gran preocupación en su padre. Sin dudarlo ni un instante, tomó la decisión de llevar a su hijo al hospital. Una vez que llegaron, los médicos realizaron una serie de exámenes necesarios para entender la situación. Tras evaluar los resultados, le diagnosticaron meningitis benigna, lo que significó que Zack debía permanecer internado para recibir el tratamiento adecuado. Esta angustiante experiencia marcó un antes y un después en la memoria de Zack, dejando una huella profunda que lo acompañaría por mucho tiempo. Nunca pronunció ni una sola palabra a su padre, pues estaban ejerciendo una amenaza sobre él, advirtiéndole que, si llegaba a mencionar algo, lo apartarían de su progenitor. Esta constante presión lo mantenía sumido en un profundo silencio, con un miedo latente a las consecuencias que podría ocasionar el hecho de revelar la verdad. La inquietud lo consumía, y cada vez que trataba de abrir la boca, el temor a lo que podría suceder lo paralizaba, dejándolo atrapado en un estado de angustia y desesperanza. Cuando su madre descubrió que estaba embarazada, tanto ella como la abuela tomaron la decisión consciente de no recurrir a ningún tipo de castigo físico en su educación. No obstante, decidieron manifestar una serie de presiones psicológicas que, aunque no eran evidentes a simple vista, impactaron profundamente en su desarrollo emocional. Cada día, ambas le recordaban de manera sutil pero constante que, con la llegada de su nuevo hermanito o hermanita, su padre, quien en reiteradas ocasiones proclamaba su amor hacia él, podría cambiar sus sentimientos y dirigir su afecto hacia el bebé que estaba por nacer. Bajo esta constante insinuación, el niño sentía que su lugar en la familia podría verse amenazado, lo que le generaba una ansiedad constante y una inseguridad en relación a su valor y lugar en el corazón de su padre. Le hacían sentir que su existencia era una carga para los demás, sugiriendo que su sola presencia traía complicaciones. Esto se debía, en gran parte, a las constantes visitas al hospital y a las interminables noches de insomnio que habían llevado a su padre a perder su empleo. A raíz de esta complicada situación, le hacían entender que, como consecuencia de todos estos problemas, tenía que resignarse a conformarse con lo que sobraba de la comida, si es que, al final, quedaba algo disponible para él. Todo esto sucedía en los momentos en que su padre no estaba presente o cuando este necesitaba descansar. El impacto del trauma psicológico que experimentó Zack fue tan profundo que, como resultado, empezó a distanciarse de su padre. Sin embargo, lo que Zack vivió en ese proceso resultó ser incluso más desgarrador. Cuando había cumplido recientemente siete años, su madre, se vio atrapada en un ataque de furia incontrolable después de haber tenido una acalorada discusión con su padre. Acusándolo de infidelidad, el ambiente se volvió tenso y peligroso. En medio de esa disputa, su madre lo tomó del brazo con fuerza, arrastrándolo a su lado con una furia descontrolada. Mientras lo hacía, sus gritos retumbaban en la casa, llenos de una desesperación aterradora, advirtiendo con vehemencia a su esposo que se atrevería a dañar a su amado hijo. La situación se volvía cada vez más insostenible y tensa, y Zack se encontraba atrapado en medio del caos de gritos y la tormenta emocional que lo rodeaba. En ese momento, podía sentir cómo su pequeño mundo se desintegraba a su alrededor, desvaneciéndose como un castillo de naipes. Mientras ella, en un arranque de determinación, se dirigía hacia la ventana del tercer piso de su hogar, su abuela y un amigo de esta se esforzaban por contener a su padre, impidiendo que pudiera intervenir y tratar de salvar a su hijo en medio de la creciente desesperación. En un acto desesperado, ella abrió la ventana de un tirón, y sin pensarlo, empujó a Zack, quien se precipitó hacia atrás, cayendo de espaldas al suelo con un golpe sordo. La única memoria que Zack conserva es el momento en que despertó en un hospital. Lo que le resultó más desconcertante fue darse cuenta de que no había ningún miembro de su familia a su lado. Fue entonces cuando un médico se acercó a él para ofrecerle la noticia que cambiaría su vida por completo; le informó que había estado en coma durante cuatro años, lo que desató una mezcla de confusión y terror en su interior. Imaginen la angustia que sintió el pequeño al recibir esa devastadora revelación. Pero eso no fue todo, ya que el médico también le comunicó que, como consecuencia del accidente que había sufrido, había quedado paralítico. Zack compartió conmigo que, tras su despertar, su estancia en el hospital se prolongó un mes más, durante el cual tuvo que enfrentarse a la dura realidad de su nueva situación. Cuando finalmente le dieron el alta médica, su madre llegó al hospital acompañada de Erick. Para su sorpresa, se dio cuenta de que ella estaba embarazada. Esa revelación lo tomó por sorpresa, ya que no esperaba esa noticia en ese momento. Al llegar a casa, lo primero que notó fue la ausencia de su padre; no había señales de él en ningún lugar. Una sensación de inquietud comenzó a invadirlo, así que, sin poder contenerse, le preguntó a su madre sobre el paradero de su padre, deseando entender por qué no estaba allí. Con una sonrisa que iluminaba su rostro, su madre le explicó que su papito no logró soportar la desgarradora noticia de la muerte de su hijo. La tristeza y el dolor que le provocó esta pérdida fueron tan abrumadores que, incapaz de enfrentar ese sufrimiento, tomó la trágica decisión de quitarse la vida disparándose en la cabeza. El padre de Zack, a quien él adoraba con todo su corazón, había partido de este mundo solo tres días antes. En ese instante, Zack sintió cómo una oleada de tristeza lo envolvía por completo, pero tomó la decisión de reprimir ese dolor tan profundo que lo invadía. A pesar de la carga emocional que llevaba consigo, comenzó a considerar la posibilidad de buscar una manera de presentar una denuncia contra su madre y su abuela, convencido de que era necesario que estas personas asumieran la responsabilidad por lo que había ocurrido. Zack sentía en su interior que era fundamental que se hicieran justicia y que las acciones de quienes le habían fallado no quedaran impunes.



#7792 en Novela romántica

En el texto hay: poliamor, adopciones

Editado: 07.04.2025

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