HARUHI
¿Cómo fue que llegamos aquí? ¿De verdad estoy en mi cuarto arreglándome para tener una cita con kurama? ¿Voy a tener una cita con él? ¿Porque estoy haciendo esto? ¿Y por qué mis hijos están en mi contra en este asunto? ¿Por qué no me dicen algo?
Son demasiadas cosas en mi cabeza en este momento, el accidente de bulma, kurama declarándome sus sentimientos, ayato regresando a nuestras vidas, la cita con kurama, por dios una cita con kurama
-¿recuérdeme porque estoy haciendo esto?- miro la pila de vestido que tengo en la cama mientras mis hijas sacan más ropa de mi closet
-Porque es una manera de agradecerle por todo lo que ha hecho por nosotros- la miro a los ojos y me cruzo de brazos, ni ella cree esas palabras – que ¿es lo que querías escuchar no? Ahora que lo escuchaste te diré la verdad, vas a salir con el señor kurama tu jefe que era un mujeriego y dejo de serlo porque se enamoró de ti y tu dé el y vas a tener una cita con el por qué lo quieres mucho y estas tan nerviosa porque es tu primera salida en 10 años y no sabes que ponerte- la miro con la boca abierta, mientras ella tiene una gran sonrisa, esta vez creo que había atinado- pero por otro lado creo que este vestido azul es el indicado- agarra un vestido azul largo, con tirantes delgados, escote de corazón pegado a la cintura y suelto con una abertura en uno de los lado de la pierna
-¿crees que es el indicado?- lo sostuve en mis manos dudosa, discutir con mi hija a estas alturas sería inútil…aunque tenga razón no pienso decirle
-Definitivamente mama, pruébatelo-entro al baño, me quito la bata de baño me pongo el vestido me maquillo, me quito los rollos del pelo, una vez que termino arreglarme decido salir
-Guau mama estas hermosa- al verme en el espejo aliso un poco el vestido para calmar mi nerviosismo- te falta un bolso que combine con todo mama- bulma va a mi closet y busca un bolso pequeño con cuerdas pequeñas de perlas
Apenas terminamos sonó el timbre siento que me corazón latiera muy rápido, una vez que escuche voces abajo, supe que era kurama que había llegado y estaba hablando con Kazehaya, ya era hora de bajar y enfrentar la realidad, iba a tener una cita con kurama mi jefe
-Buenas noches- apenas pise el piso el último escalón de abajo, kurama y Kazehaya se me quedaron mirando, ambos tenían los ojos bien abiertos y la boca algo abierta
-Se les va a caer la baba chicos- bulma se empezó a reír atrás de mi al ver la expresión de los chicos yo por otro lado no sabía si también reírme o ponerme mas roja
-Buenas noches… guau haruhi estas bellísima- eso hizo que me ruborizara un poco
-Gracias bueno nos vamos – salimos de la casa, subimos a su auto – ¿a dónde vamos?
-Es una sorpresa – mostro una sonrisa que de cierta manera me tranquilizo y me altero el corazón, después de un rato paramos en un restaurante que mis ojos no podían creer
-¿EL PERSE?-era uno de los restaurantes más altos que se habían creado- ¿Cómo conseguiste reservación?- el me guiña un ojo
-Pedí un favor a un amigo, Espero que te guste, si no te gusta podemos ir a otro lado- me sentí tentada a decirle que era mejor que nos fuéramos pero al ver los esfuerzos que hizo por conseguir una reservación hizo que cambiara de opinión
-No está bien – le sonreír- es perfecto – el me corresponde la sonrisa y parece aliviado de que nos quedemos
Bajamos del auto y entramos al restaurante un mesero nos quío para nuestra mesa, el lugar era hermoso tenía una alfombra marrón, los techos altos blancos todo era hermoso y brillante, nos sentaron en una mesa algo apartada de los demás una mesa para 2 con una hermosa vista, se podía ver toda la ciudad
-¿segura que estas bien aquí podemos irnos si quieres?- termine de ver las luces de la ciudad para ver a kurama es idea mía o está más nervioso que yo
-No está bien – nos sentamos el mesero nos dio el menú y se fue
-¿Qué te gustaría comer?- me sorprendió la variedad de comida que tenía el menú de platos muy caros hasta una simple pizza
- Pechugas de pollo a la parmesana con Cabernet Franco y de poste un The Frozen Haute Chocolate, te parece bien- kurama me miraba muy sorprendido -¿Qué pasa algo?
-No nada solo, no creía que conocieras esos gustos tan caros – revise otra vez los precios si son algo caros pero no pensé que un rico como él se tomara tan enserio eso
-O perdón es demasiado, si quieres pagare por mío, para que no tengas problemas- el empieza amover las manos para llamar al camarero y tomar nuestro pedido
-No es problema solo me sorprende tu conocimiento de esas marcas- una sonrisa aparece en mi cara
-No me subestimes – nos empezamos a reír, la comida llego en pocos minutos la conversaciones salía muy casual, como si nos conociéramos de años que no me di cuenta que ya habíamos llegado al postre
-Me gusta verte así de relajada- le sonreí tiernamente la verdad si me sentía muy relajada con su compañía
-Bueno dale crédito a la bebida… hace años que no probaba un vino como este… la última vez que la vi estaba vacía al lado de mi ex – los recuerdos me llegan y con él las emociones
-Podemos ordenar otra cosa para pensar en eso – lo miro sorprendida puede que haya dañado un poco el momento pero aun así le sonrió con gentiliza
-Está bien, es un buen vino – empecé a jugar con el vino en mi copa recordando buenos y malos momento que pase justo a ayato
-Sé que tal vez arruine esta cita pero, si él era un golpeador de mujeres ¿Por qué te casarte con él? – hubo un momento de silencio no debería sorprenderme yo fui quien saco el tema de ayato, así que sol suelto un suspiro para mirarlo
-No siempre fue así, antes era detallista y romántico, siempre tuvo problemas con el alcohol pero jamás me di cuenta de la gravedad del asunto y cuando Salí embarazada decidimos casarnos para evitar problemas con mis padres… - recordar esa parte de mi pasado aun me duele- ya de por si ellos no lo querían tuvieron que aceptar mi decisión… - unas lágrimas empezaron a salir no podía contenerlas no cuando pensaba en ellos- se fueron de este mundo con la idea de que estaba atrapada con un alcohólico que no me amaba, solo quería tener un juguete que venía con muchos dólares como herencia- siento la mano de kurama sobre la mía