Víctor y yo teníamos una semana de novios el seguía siendo todo un caballero, y mi felicidad se notaba en todas partes, ese día me duche y me vestí temprano, arreglé mi habitación y preparé el desayuno mientras escuchaba música, cuando mi madre llegó al comedor se sorprendió al ver la mesa hecha y el desayuno sobre ella.
-Hola Nia -saludó todavía observando todo
-Hola mami -le devolví el saludó
-porque estas tan contenta?
-de verdad no me había dado cuenta
-a que viene todo esto?
-sólo tenía ánimo
-que te dijo Víctor?
-me invitó al cine -dije con una sonrisa
-quien más ira?
-sólo el y yo
-sabes que no me gusta que salgas sin la supervisión de un adulto
- No nos pasará nada
-eso espero, Nia se responsable
-si mami y gracias -le di un beso en las mejillas y salí corriendo, y casi chocó con mi padre.
-que le pasa a Nia? -preguntó mi padre mientras reía
-que crees, Víctor -mi madre respondió uniéndose a la riza
Sólo eso llegue a escuchar, ya que estaba corriendo, entre a mi habitación, no encontraba que hacer, por eso decidí cambiarme de ropa, me vestí con una falda corta y una blusa, esta vez me puse unos tenis blancos y no los que acostumbró a usar, cuando baje al comedor ya todos estaban comiendo porque había tardado mucho, me senté y empecé a comer, cuando terminamos todos salimos de la casa, mi padre llevaría a mi madre al hospital ya que mi hermana tenía cita con su pediatra, a nena le dieron el día libre y yo iría a la escuela.
*****
Estaba en mi aula hablando con Carlos, ya lo había perdonado por dejarme plantada, la profesora llegó y comenzó su clase, fue un día muy largo, sólo de acordarme cuando en el almuerzo le tiraron un pedazo de pizza con mucha salsa de tomate a Carlos y lo único que hizo fue bajar la cabeza, pero yo no lo dejé pasar, empuje a la chica que lo hizo y chocó contra una pared, lo malo fue que la directora me encontró en el justo momento y tuve que pasar el resto del día ordenando los libros de la biblioteca.
Cuando al fin sonó el timbre salí corriendo de la biblioteca, y me encontré con Víctor en la salida, le di un abrazo y un beso, paramos el autobús que pasa por mi casa, llegamos en poco tiempo, abrí la puerta de casa y Víctor fue detrás de mi, lo llevé hasta el mueble, cuando ya estuvimos cómodos, me empezaron a molestar los tenis, me había pasado toda la mañana con ellos y hace tiempo que no me los ponía, subí mis pies encima de los de Víctor y el me los quitó muy despacio, cuando terminó de acercó más a mi y me dio un beso en las mejillas y marco un camino de besos hasta mis labios, mientras nos besamos sus manos tocaban mis piernas por debajo de mi falda, y las mías en su cuello y se desplazaron por su cabeza para acariciar su cabello, Víctor intentó ponerse sobre mi en un movimiento muy torpe y tiró el vaso de mi hermana al piso mojando todo de agua.
-perdón -saltó Víctor del susto
- No te preocupes -dije con vos muy agitada -voy a buscar el secador
Salí de la sala, hasta la habitación de servicio ya que allí se encontraban los instrumentos de limpieza, entre y tomé el secador, cuando giré mis ojos se encontraron con unos obscuros Adolfo, salí corriendo y di un gran grito, sentí los pasos de Adolfo tras de mi, y los de Víctor acercarse, cuando llegue hasta donde Víctor lo abracé, mi voz no quería salir.
-A... A... Adolfo mi tío está aquí -tuve que separar cada palabra y a la lucha lo pudo entender, Víctor me puso detrás de el, cuando Adolfo llegó donde estábamos, Víctor intentó defenderme pero Adolfo era más rápido y fuerte que él, Adolfo le dio un puñetazo en el estómago y lo hizo retorcer de dolor, cuando Adolfo dejó a Víctor tirado en el piso se me acerco a mi con esa sonrisa que tanto odio, el intento dar otro paso hacia mi, pero Víctor le agarró los pies y lo derribó cuando calló se golpeó con la mesa del mueble en la cabeza y quedó tirando sin mover ni un pelo.
Cuando vi que Adolfo no se movía, corrí hasta donde Víctor estaba y lo ayude a ponerse de pie, fuimos hasta el teléfono y llamamos a la policía y a mis padres.
Cuando la policía llegó Adolfo todavía estaba tirado en el piso, se lo llevaron al hospital u un oficial se quedó con nosotros a esperar que mis padres llegarán, en el momento en que mi padre estaciono su auto frente a la casa mi madre salió corriendo y me abrazo con mucha fuerza mientras lágrimas salían de sus ojos, mi padre también estaba asustado, pero no se dirigió a mi, el fue directo hasta Víctor y le dio las gracias, ya que si Víctor no hubiese estado aquí no puedo ni pensar lo que había pasado.