Max no sabía que era lo que estaba haciendo exactamente, quería ser un buen chico y ayudar a la pobre Lily Price, que era tan timida que no era capaz ni de dejar una carta de amor anonima en un casillero...que cabe recalacar, estaba en un pasillo que en el primer periodo de clases estaba completamente desierto. Así que ahí estaba él, siendo un alma buena, después de todo ¿qué podía salir mal?
Caminaba con ese tipico andar despreocupado, el de alguien que ya no le teme a lo que pueda salir mal. En su mano llevaba un sobre rosa que contenía la carta, la que por cierto olía a fresas. Llego justo al casillero que buscaba, el 2-34, el casillero de Jason Cooper...el capitan del equipo de Soccer.
Max no conocía muy bien a Jason Cooper, pero lo había visto jugar en el campo y era realmente bueno, además de que era suficientemente valiente para aceptar que era atractivo. Era alto, de cabello castaño oscuro y con unos carismáticos ojos grises; aunque claro, todo eso era empañado con la arrogancía que desprendía.
Frunció el ceño y se concentro en su tarea. Tomó la carta y la posicióno en las pequeñas rejitas de la parte superior del casillero. No tenía mas que empujarla y todo estaría hecho.
—Pero mira que tenemos aquí.
Max dio un respingo y se giró bruscamente haciendo que el sobre rosa resbalara de sus manos. ¡santa mierda! Frente a él se encontraba nada mas y nada menos que Henry Miles, uno de los delanteros del equipo de Soccer y tras Henry...Jason Cooper.
—¿Qué estabas haciendo ahí?— Preguntó Henry con una sonrisa burlona.
—Ah...yo...— tragó en seco y trato de retroceder, pero su espalda topo con los casilleros. —Nada.
—Eso me huele a mentira— Jason dio un paso al frente . —¿Qué hacias en mi casillero?
—¡Me equivoqué! Si, eso...creí que era el mio. — las palabras salieron apresuradas de su boca, lo que dejaba en evidencía su mentira.
Ambos futbolistas compartieron una mirada de complicidad y dieron un paso más cerca. La vista de Henry se desvió hacia el suelo, en donde descansaba un sobre rosa, el cual en ese momento parecía estar pintado de neón o al menos era lo que Max creía ver.
—¿Qué es eso? — Henry se agacho para tomar el rectangulo de papel.
—¡No!— Max intento agacharse y tomarlo, pero la mano de Jason empujándolo contra el casillero se lo impidió.
"Estoy muerto" pensó Max, con sus lindos ojos azules abiertos de par en par.
—¡Oh por dios!—Henry solto una carcajada— Estabas dejándole una carta de amor a Jason.
Si Max creía que podía salir bien librado de todo aquello, empezaba a desistir de esa idea.
—Eso no es cierto.
—si, claro. —Henry abrió el sobre y sacó una hoja de papel igualmente rosa. —Todo el mundo sabe que tú eres una pequeña mariposita, así que no seria raro si estuvieras detras de Jason.
Claro que toda la escuela sabía de su orientación sexual. Lo sabía desde un año atras cuando Max había gritado en medio del pasillo "¡SOY GAY!", mientras Alice Jones, una chica que no lo había dejado en paz todo el bendito semestre, trataba de besarlo. Claro que Max no era el único chico homosexual en esa escuela, pero esa declaración pública lo había condenado.
—No estoy detras de nadie. —Se quejó Max inflando las mejillas. —Esa carta no es mía.
—¿Y entonces de quien es?— Pregunto Jason haciendo más presión en su pecho.
El chico de ojos azules apretó los labios y nego con la cabeza, sabía que lo mejor era soltar la sopa y confesar que la carta era de Lily Price, pero sabía que si lo hacia...Jason y sus amigos le harían la vida imposible a la pobre chica.
—Así que no piensas decirnos ¿eh?—Jason sonrió con malicia — Entonces asumire que es tuya y le diré a todo el mundo lo ridiculo que eres.
—No, por favor. — rogó inutilmente.
—Vamos Henry, lee la carta para saber lo que la pequeña mariposita quería decirme.
Henry asintió entusiasmado y se aclaro la garganta de manera exagerada. Max por su parte soltó un gemido lastimero.
—La carta dice así: "Querido Jason... —La voz fingida de Henry era graciosa y por poco hace que Max suelte una carcajada —Se que debería decirte esto en persona, pero no me atrevo a estar frente a tí sin que mi corazón se acelere y mi respiración se corte. ¿Es demasiado exagerado decir que te amo? Quizá lo sea, pero creo que realmente te amo. Y también aprovecho para decirte que eres el chico más guapo que he conocido en mi corta vida, tienes una sonrisa preciosa y encima eres talentoso...un chico perfecto.