Un gran cambio

Tres

Jacob

Mi cabeza da vueltas y por un momento no reconozco donde estoy, luego caigo en cuenta de lo que sucedió la noche anterior.

Eran las siete y decidí salir a conocer la ciudad a pie, obviamente mi descubrimiento turístico llegó hasta que encontré un bar que parecía muy concurrido por gente de mi edad, así que entré y me uní a un grupo de universitarios, bebí, conversé, seguí bebiendo, y para cuando dieron las diez ya estaba lo suficientemente ebrio como para olvidar el número de mi apartamento. Tomé un taxi y cuando llegué al edificio toqué una de las puertas que podría haber sido la mía, pero no era. Amber, la atractiva vecina a la que no le gusta la música un día martes, abrió la puerta y lucía muy bella, no estoy seguro de por qué me dejó entrar a su apartamento, pero fue un gesto tan protector, como nadie jamás había hecho por mi. Me sentí bien hablando con ella, escuchandola hablar, me dio galletas y me vino a dejar hasta el sillón, no es exageración cuando digo que nadie se había preocupado tanto por mí antes.

Mi celular vibra en mi bolsillo y leo la cantidad absurda de mensajes.

"Vamos subiendo al avión, manda tu dirección idiota" Harry, mi mejor amigo, quien apenas supo que me vine a vivir solo organizó mi fiesta de bienvenida con él y tres chicos más, siempre hemos sido amigos y la distancia no va a cambiar eso en absoluto. El mensaje fue enviado hace veinte minutos, así que le escribo, calculando que estarán llegando como a las siete de la tarde.

Los otros mensajes son de los chicos con los que me junté la noche anterior, preguntandome si había llegado bien a casa y si seguía en pie la fiesta de hoy. 

"Hoy a las 9, traigan alcohol" escribo para el grupo en el que me agregaron la noche anterior.

Quiero escribirle a Amber, para disculparme por el show que debí dar la noche anterior y para invitarla oficialmente a esta noche, pero no tengo su número debido a que la he visto dos veces y no se me ocurrió pedirselo anoche. Estoy a punto de salir de mi apartamento para ir a hablarle, cuando escucho gritos, no de terror, sino más bien el tipo de gritos que escuchas en un concierto, me acerco a la puerta a ver por la mirilla y veo a una chica como con tres maletas entrar al apartamento de Amber, así que desecho la idea de pasar a hablarle y me preparo algunas cosas para comer, cuando de pronto escucho que las chicas al otro lado de mi pared están riendo de manera escandalosa y se ponen a cantar karaoke.

Si que son delgadas las paredes, ahora entiendo por qué Amber me pidió que le baje el volumen el otro día. No puedo evitar sonreír al escuchar lo desafinadas que son las chicas y me pongo a cantar un poco también, hago la lista de cosas que debo comprar para esta noche y salgo con la llaves de mi Jeep en mano.

Amber

Sophia llegó pasado el mediodía, estaba tan emocionada por tenerla en casa que el tiempo se nos pasó volando, entre que devoró la comida que le tenía preparada, sacó de la maleta un par de vestidos que compro para mi en Francia y un perfume que se convirtió en mi favorito, nos pusimos a cantar karaoke y sentí como si el tiempo no hubiese pasado. Soph y yo siempre hemos sido como hermanas, ella y yo fuimos compañeras en primaria, sus padres querían adoptarme cuando se enteraron en donde vivía yo, sin embargo no sentí que fuera lo correcto, siempre paso las vacaciones con ellos, excepto esta vez, debido a que tenía mucho trabajo. Su familia me trata como una de ellos y sé que puedo contar con ellos para lo que sea, incluso se ofrecieron a pagar mi universidad si no conseguía la beca, aunque de nuevo, no lo siento correcto.

- Entonces, ¿Solo has trabajado y estudiado?- me pregunta haciendo una mueca.

- Eso y conocer gente nueva.

- Cuentame señorita, ¿algun chico digno de la exigente y perfecta Amber Steele?

Ruedo los ojos ante su comentario- Sabes que el amor no se me da, conocí a unos chicos en la cafetería, Ethan y Alía, son nuevos en la ciudad y hemos estado hablando por mensaje desde ayer, me pidieron que les muestre la ciudad- le cuento entusiasmada- y un estadounidense se mudó al apartamento de al lado.

- Extranjero- dice mi amiga con tono coqueto, Soph tiene la magia de enamorar a cualquiera, aunque es muy enamoradiza también- ¿te gusta?

Su pregunta me descoloca- ¿Qué? No, ¿por qué me gustaría?

- Arrugaste la nariz cuando hablé de el, lo que significa que ya le echaste el ojo.

- No le "eché el ojo"- digo haciendo comillas con los dedos- solo pienso que hay muchos peces en el agua y que no tienes que fijarte en el que vive al lado mío.

- Claro, no me voy a fijar en el que ojearte- ríe y la golpeo con un cojín.

- Otra cosa- digo recordando la invitación de la noche anterior- creo que vendrán más estadounidenses, Jacob me invitó a una fiesta de bienvenida que hará esta noche y no seré capaz de ir si no te tengo de apoyo.

- Suerte que te traje ropa de fiesta- sonríe con malicia- esta será una linda noche.

 

 

 

 




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