Un gran cambio

Cuatro

Sophia me hace probarme los vestidos que trajo para mi, el primero, es ajustado y de color turquesa, con escote en "v" y bastante largo, ambas concordamos en que es demasiado formal como para una fiesta en el apartamento de al lado, sin embargo el segundo vestido, de color rojo con matices rosas, es perfecto, es ajustado tiene mangas y deja un poco al descubierto los hombres, lo suficientemente corto como para lucir mis piernas y lo suficientemente largo como para cubrir lo necesario.

- Estas que ardes, nena- me halaga mi amiga-, con el maquillaje que estoy ideando para ti, lucirás preciosa.

- Nada demasiado exagerado- le pido con expresión afligida-, no quiero que piense que me esfuerzo demasiado.

Son las seis y Sophia y yo ponemos una película en la televisión para hacer tiempo, hago palomitas y disfrutamos de una cursi pelicula de amor, para cuando aparecen los créditos finales, ella y yo estamos con los ojos hinchados de tanto llorar. Escucho que tocan la puerta y asumo que es el repartidor de la pizza que pedimos hace un rato, pero cuando voy a abrir la puerta, me encuentro con Jacob mirándome con preocupación.

- Amber- dice al tiempo que agarra mi rostro en sus manos- ¿estás bien?

No puedo evitar soltar una risa y me seco las lágrimas que aún deben estar manchando mi cara, detrás mío escucho cómo Sophia se mueve en un intento por ver a Jacob, así que cierro la puerta un poco para evitarlo- Solo soy yo y mi sensibilidad por una película, no te preocupes.

Su cara pasa por la confusión, el entendimiento y la diversión en un segundo- Me asustó verte así, ¿pensaste en mi propuesta para esta noche?

- Creo que solo por esta vez voy a acceder a tu invitación, ya que asumo que la música no me va a dejar estudiar.

- Exacto- dice sonriente, como si le hubiesen dado un premio- y otra cosa, lamento mucho lo que sucedió anoche- me mira a los ojos mientras se rasca la nuca- no estoy seguro de cómo llegué hasta aquí, pero recuerdo perfectamente que me ayudaste y eso es algo que te agradezco mucho.

- No tienes que agradecerlo, la verdad fue muy divertido conversar contigo estando borracho- me río y el parece avergonzado.

- Otra cosa, necesito que me des tu número de teléfono- me entrega su celular con el teclado numérico- por cualquier emergencia, que vergüenza venir que tocar a tu puerta todo el tiempo.

Le dejo el número anotado sin guardar le entrego el celular- Entonces, ¿a que hora voy y que llevo?

- Puedes venir cuando quieras, pero como a las nueve cité a todos- me mira a los ojos y sentí que no estaba hablando específicamente de la fiesta- y si quieres puedes llevar lo que sea que vayas a beber.

- Y lo último- digo, como si no hubiese estado pensando todo el tiempo en cómo tirar la bomba- ¿Puedo llevar a alguien?

- Por supuesto, mientras más seamos, mejor.

- Excelente, nos vemos en un rato- le digo con una sonrisa, él se despide con la mano y entra a su apartamento.

Apenas cierro la puerta, veo a Soph con sus ojos como platos y expresión de admiración- Ese chico tiene una voz muy sexy- suelta sin más, abanicandose la cara con su mano- y su acento...

- Lo sé- le respondo en un chillido y me siento como una colegiala. 

Vuelven a tocar la puerta y esta vez si es la pizza.

Jacob

Las risas de mis amigos se escuchan en el pasillo, así que para cuando llegan a mi puerta, yo ya estoy esperandolos con una sonrisa.

- ¿Creíste que podías dejarnos así, sin más?- Pregunta Harry dándome un abrazo.

- Ni siquiera nos despedimos- Gruñe Douglas golpeándome con fuerza en el brazo, él suele estar en peleas clandestinas así que su fuerza no es menor y me quejo- Suerte que todos seamos unos hijos de papi y nos paguen pasajes a Europa para verte.

- Pasen- les digo antes de que los demás empiecen a cobrarme sentimientos.

- Este lugar está increíble- Chris silva mirando a su alrededor- aunque pensé que tendrías el penthouse.

- Yo también- me lamento- pero no me pagaron el penthouse.

- Tampoco es como que lo merezcas, Jacob- Harry se ríe.

- Tienes una vista increíble- comenta Nathan desde la ventana.

- Y este bebé- Phillip abraza el parlante- hoy lo haremos explotar.

Todos aullan y van a dejar sus cosas a una habitación, no teno idea de cómo entraremos cinco chicos en un apartamento con dos habitaciones, pero si es necesario que alguien duerma en la ducha y otro en la cocina, nos la arreglaremos.

Phillip conecta su celular al parlante y este comienza a sonar, todos comenzamos a cantar y gritar. Los cuatro chicos van por sus maletas y vuelven cada uno con dos botellas de vodka, ron, whisky y otras que no logro ver bien. No pasa mucho hasta que encuentran los vasos y comenzamos a servirnos.

Ay padre, estoy seguro de que esto no lo esperabas.

Pasa el tiempo volando y tocan a mi puerta los tres chicos que conocí la noche anterios, Andrew y Stephanie y Brandon.

- ¿Cómo es que sigues vivo después de lo de ayer?- me pregunta Stephanie por encima de la música.

- Hierba mala no muere- respondo con una sonrisa.

Les ofrezco a los chicos algo de beber y se integran rápidamente al grupo, siendo Steph el centro de atención de mis amigos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.