Un gran cambio

Cinco

Mi cabeza me está matando, siento mil pequeños martillos intentando matar todas y cada una de las neuronas que tengo, el tono de mi alarma no cesa e intento con todos los botones del celular, abro los ojos y me encuentro en la ducha, completamente vestida, claramente este no es mi baño y me río ante los recuerdos de la noche anterior. Salgo despacio del baño y veo a Sophia y Stephanie acostabas en el sillos, a Harry y Jacob abrazados en la alfombra, Chris dormido sobre la mesa, y Douglas en una de las sillas, decido tomar una foto panorámica para tener un recuerdo de este momento, me quito mis zapatos y salgo del apartamento. Una vez en el mío, me ducho a la velocidad de la luz y tomo un gran sorbo de agua, la verdad es que no tenía resaca desde la fiesta de quince de Soph y es una experiencia bastante desagradable, me pongo lentes de sol y salgo del apartamento en dirección al trabajo. Encima de no haber dormido más de tres horas, hoy tengo que tomar doble turno por haber faltado ayer, por lo menos ya es viernes y mañana podré recuperar el sueño.

"te dejé la llave donde siempre" le escribo a mi amiga y camino hasta mi perdición.

Soy más zombie que persona y quiero renunciar, han pasado recién tres horas de mi turno y no puedo mantener los ojos abiertos.

- Vaya señorita- escucho una voz detrás mio- ¿Estuvo buena la fiesta?- Ethan se sienta en una de las mesas.

- Juro que será la última vez que tome tequila- de digo a modo de queja- ¿donde está Alía?

-Se quedó en casa, yo tenía que volver por un chocolate como el del otro día.

- Te lo pido en seguida, ¿con qué lo acompañas?

- Pastel de fresa- dice y voy por su pedido- ¿a que hora sales hoy?- me pregunta cuando paso por su lado.

- Hasta las nueve- lloriqueo.

- Que mal, quería invitarte a cenar con nosotros- hace una mueca.

- Lo siento, hoy es el único día en que salgo tarde, tengo que recuperar el turno que cancelé ayer.

- Está bien, de todas formas ibamos a invitarte a salir mañana- dice sonriente- y no puedes negarte porque necesitamos ese tour, Alía y yo nos la pasamos de la casa a la cafetería y viceversa.

Ruedo los ojos- no iba a negarme, mandame la dirección y pasaré por ustedes después de almuerzo- le digo mientras voy por su pedido.

- ¿Quieres acompañarme?- me pregunta cuando llego a su mesa.

- Solo un rato- miro hacia la cocina, no quiero que me vean holgazaneando, pero de verdad necesito sentarme para revivir.

Ethan hace chistes de mi estado y comienza a contarme anécdotas de él y su hermana, para cuando termina su desayuno, hay dos mesas esperando a ser atendidas, así que me despido rápidamente y vuelvo a trabajar.

Cuando salgo a mi colación, veo el chat de grupo que crearon anoche y multiples mensajes. Leo los últimos y quiero que me trague la tierra.

Steph: ¿cuando se repite?

Chris: vendré a Londres más seguido

Nathan: Creo recordar que estamos invitados a una próxima.

Hay un video adjunto, una muy ebria Amber, con palabras apenas entendibles y una terrible expresión de diversión que dice:

- Chicos no se alarmen, este sábado están todos invitados a mi apartamento, para despedir a mis queridos estadounidenses favoritos- los vitoreos se escuchan y Chris me toma en sus brazos.

Amber: estoy seguda de que ese video es un montaje, y se me olvidó mostrarles lo adorables que lucían esta mañana.

Envío la foto que les tomé y comienza el bombardeo de evidencias de todo lo que pasó anoche, miro con mucha vergüenza todas las fotos en la que aparezco, besando desconocidos, bebiendo mi tequila y acostada en la ducha casi muerta. No puedo creer que esa chica sea yo, quiero decir, sé que es normal en los adolescentes, pero jamás habia sentido que fuera algo divertido hasta anoche. Quizá solo es cosa de compañía.

El resto del día se me hace eterno, las piernas me pesan y quiero dormir un año. Cuando llego a mi apartamento, Sophia me recibe con un plato de pasta.

- Eres la mejor- digo con agradecimiento.

- ¿Como te fue?- me pregunta sentandose conmigo en la mesa- yo dormí todo el día, gran show el de anoche, Amber, hay que hacerlo más seguido.

- Nunca más beberé tequila- digo sintiendo aún mis labios heridos por el limón.

Ella ríe y comenzamos a hablar de los momentos divertidos de la noche, me sorprende que Jacob y los chicos no estén haciendo ruido al otro lado, pero lo agradezco tanto como se puede agradecer, y me voy a dormir... Al parecer en mi día sábado de descanso me tocará ser guía de turismo y anfitriona de una despedida.




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