Cada mañana de lunes a viernes me tomaba el subte para ir a la universidad. Media hora de viaje, con mi mochila en el regazo, una coleta bien alta con algunos mechones cortos que la gomita de cabello no alcanzaba a agarrar. Mis anteojos enormes cuadrados de color caoba dándome un aspecto serio y a la vez divertida y mis auriculares siempre puestos escuchando a todo volumen mis canciones favoritas.
Rock nacional argentino. Mi subgénero preferido. Soy fan de esa expresión musical de rock. Si te fijas en mi playlist es todo lo que encontrarás.
Pero... esto que voy a contarles no se trata de mis gustos musicales, por un lado los gustos estan implicados en la parte de esta historia pero en realidad mi gusto esta vez va hacia una persona...
Hace dos meses lo vengo viendo todos los miércoles y viernes. Aparenta tener la misma edad que yo, aunque le doy tal vez un año de diferencia.
Siempre se sienta en el mismo lugar al lado de la salida del metro. Lo unico que trae distinto además de su vestimenta es que cada semana tiene la mirada fija en un libro diferente, algo que me llama mucha la atención y despierta curiosidad en mi.
Cada vez que lo observo mi mente se pregunta a si misma, ¿qué es lo que lo trae tan entretenido que no levanta la mirada ni para ver en qué estación vamos?
¿En cuál parada debe bajar?
¿Por qué estoy tan curiosa en saber sobre él?
¿Cuál será su nombre? ¿Será serio o debe tener su lado divertido? ¿Por qué le gusta leer tanto? ¿acaso lo distrae? ¿Estará estudiando lengua o literatura?
Al lado de aquel chico de cabello oscuro siempre lo acompaña una anciana de cabello corto y blanco. Ella solo va sentada sin decir ni una palabra, nada. Lleva consigo un pequeño bolso de cuerina y solo se dedica a mirar a cada rato el reloj de plata que lleva colocado en su muñeca. ¿Debe ser su abuelita?
No lo sé.
Me intriga.
Mi parada es en la calle n° 593, por lo tanto siempre me bajo antes que ellos.
No quiero parecer acosadora, tampoco ser entrometida en ir y preguntarles cosas que no deberia estar preguntándoles, como por qué solo van los miércoles y viernes, pero es que aquel chico me levanta tanto el interés..
¿Y por qué no le hablas?- dice mi conciencia cada vez que bajo de aquel bus pensando en mil preguntas, pero mi respuesta es la misma..
_Soy tímida, probablemente me trabaria al hablarle, además él parece ser el tipo de persona al que no le gusta que lo molesten o que interrumpan una de sus lecturas, no se fijaria en mi y menos dejaria de leer uno de sus libros para charlar con una desconocida, a lo mejor le gusta la soledad, es antisocial al igual que yo, no lo sé.
Mejor me dedicaré a observarlo de lejos como lo vengo haciendo estas ocho semanas.
Y bajo del metro sin mirar atrás.
Camino por las peatonales de la ciudad circuladas por gente yendo y viniendo a lo loco. La provincia de Buenos Aires es una de las mas transitadas del país. Mucha gente viene aquí por vacaciones, otras por trabajo, estudio, y luego estoy yo con un solo destino: llegar a la universidad.
Mi desesperada mente no deja de pensar en aquel chico curioso misterioso, no sé como llamarlo, y cada vez que lo recuerdo siento la necesidad de querer acercarme a él, no sé por qué. ¿Acaso ya cuenta como crush?
Subo el volumen de mi móvil y la pequeña parte de la canción que sale de aquellos auriculares dicen:
La suerte de encontrarte alguna vez
y sentir que para casi todo hay solución.
Me llenan el autoestima y mis fortalezas crecen.
No le hablaré. Ni empeda.
_¿Qué haras?
Ya verás conciencia querida.
_Pareceras una loca
Pues lo pareceremos porque somos un equipo
_Tonta, ¿Acaso no te das cuenta de como estan las cosas últimamente? Robos, secuestros, violaciones, muertes y todo a chicas jóvenes que deambulan solas sin protección.
¿Qué haré? ¿arriesgarme? ¿esto no valdrá la pena? ¿Ganaré algo por hacerlo? ¿Qué hago? Dime... por favor... dime..