Quedo acostada un rato más mirando el techo, nada nuevo se le ocurría la mente estaba blanquisima como un capullo de algodón, tampoco pensaba en nada sin embargo su estómago pedía a gritos un poco de comida.
Suena el teléfono se levanta con mucho esfuerzo y con gran lentitud logra llegar al comedor pero el artefacto deja de sonar y se ilusiona creyendo que Ricardo llamo para desearle un buen día y saber de su existencia física y saludable.
Otra vez vuelve a sonar el teléfono pero al menos está a mitad del camino y podría llegar sin apuro antes que Ricardo corte la llamada.
Es su madre que está llamando, con intuición nata huele en el aire que su hija tiene algún problema y necesita su ayuda.
-¡Hola nena!...Te llamé al trabajo, me dijo tu jefa que estás enferma.Yo quiero ir a tu departamento en el caso de que estés sola porque no deseo encontrarme con el sinvergüenza de tu marido, ¡porque te juro nena que yo le canto la cuarenta y me tendrá que escuchar! ¿entediste? Y a propósito ¿necesitas que haga algo por ti? ¿Que te parece si te preparo un bizcochuelo? O bien paso más tarde a visitarte y te llevo un pollito al horno.
las tripas le crujían mientras Rosa le hablaba de ricas recetas de comidas livianas y bajas en calorías es que su madre sufre el síndrome del nido abandonado y tiene el otro síntoma que es peor el de la parloteria desmedida, Hilda quería escabullirse antes de que la mujer cambié de opinión y se le instale durante todo el día en el departamento, es una mujer muy insistente de carácter fuerte , siempre dice lo que piensa sin colgarlo menos va a callarse al ver a Hilda demacrada, destruida, arruinada y abandonada es capaz de ir a buscar a Ricardo hasta el confin del mundo y traerlo al departamento para que le explique con verdades acerca de su ausencia de tantos meses en el hogar para luego ejecutar su propia justicia.
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Editado: 23.12.2021