CAP 3

Se queda sentada frente al teléfono y el razona mientras disca el número de Rosa su madre y corta, por primera vez en su vida reconoce que ella no es mejor que su madre y aunque odia la manera de ser de Rosa se ve reflejada en ella porque está repitiendo las mismas historias ¿como puede ser que un mísero gusano mute en mariposa? ¡ Es un misterio, pero ese misterio también puede ocurrirle a Hilda si lo desea  protundamente! su madre se arrastró toda la vida por un hombre Que no merecía si esencia rodeandolo, alas le salieron cuándo falleció su padre y ya había  desperdiciado lo mejores años de su vida, Hilda  no quiere esperar mil años para ser plenamente felíz y sin necesidad de albergar la idea de que una mujer es feliz por causa del amor que le otorgue un hombre. 

Le gruñen las tripas, el estómago pide a gritos comida regresa la cocina en busca de alimentos, siempre es bueno dar un vistazo dentro de la heladera se queda firme mirando un trozo de carne,  ese deseo es tan profundo que arde su interior.

Se sienta en el piso recostada en la heladera a esperar que la mente no la acuse, se para y se sienta en la silla conmovida por inquietante impaciencia trata de  ttranquilizarse golpeando la mesa con la yema de los dedos, levanta la cabeza y  mira al techo en busca de algún objeto extraño qie la distraiga, se mira el brazo con deseo desesperado de satisfacer su sed, nunca antes había tenido la loca necesidad de ver sangre humana ni deseos de comer un bocado de su blanca piel de pechuga de pollo, se muerde y le duele en gran magnitud que grita ¡ mujer inhumana que te hice para que me trates asi y quieres comerme! Las marcas de los dientes quedan grabados en profundidad y la piel de color amoratado. Salta y va a la heladera ya no soporta más esa necesidad escalofriante que la lleva a alucinar y tomando un cuchillo de cocina se produce un corte en el brazo, sin razonar se encuentra succionando cada gota de su sangre logrando satisfacer a ese monstruo interno.