Un heredero para el playboy (#1 de la saga heredero)

Capítulo 17 (Parte 2): El pequeño playboy.

Amaia

Se puede decir que han pasado seis horas de que ingresado a Duncan a a la habitación. Y pués yo no me he movido de su lado.

No puedo alejarme de él, porque no me perdonaría que le sucediera algo y que yo no estuviera aquí para ese entonces.

Me acomode en la silla y un quejido de dolor salió de mis labios.

—Amaia -me levanté de la silla como quemará al escuchar mi nombre de los labios de Duncan.

—Estoy aquí, Duncan. Estoy aquí -dije mientras tomaba su mano —No te dejaré nunca....

Me desperté abruptamente tras soñar con el despertar de Duncan.

Enfoque mis ojos en él y solté un suspiro al ver al playboy dormido.

Me dolía verlo tan palido, pero más me dolía no poder escuchar aunque fuera sus regaños.

—Lucha por mi, Duncan. Lucha por nosotros. -dije mientras apretaba levemente una de sus manos. —¡Te quiero!

Susurre estás palabras mientras dejaba un corto beso en los labios del playboy. Tras besarlo acaricié su cabello y coloque mi cabeza en la camilla.

Tras colocar mi cabeza en la camilla, escuché cómo la puerta de la habitación se abría y por ella entraba mi padre, quien hizo una mueca al ver a Duncan.

—¿Papá, qué haces aquí? -pregunté mientras me levantaba de la silla.

—Por culpa de este idiota casi te perdemos, Amaia. Y yo no permitiré que te maten por culpa de él. Vengo a llevarte conmigo, ya llamé al abogado para que redacte tu divorcio.

Negué con la cabeza. ¿Cómo se le ocurría que yo haría lo que él me estaba mandando?

—No me separé de Duncan, papá. Te guste o no, él y yo no queremos y nadie ni nada nos hará separar –dije con decisión, logrando con esto que mi padre hiciera una mueca —Otra cosa... ¿Quién te dijo lo que había pasado? ¿Cómo lo sabes?

Mi padre perdió el color por completo, lo que me hizo enarcar una ceja.

—¿Tienes algo que ver con lo sucedido, padre? ¿Tú te atreviste a conspirar contra la vida de Duncan? O peor aún, ¿contra mi vida y la de tu nieto?

Mi padre negó con la cabeza y justo cuando estaba a punto de seguir reclamándole, el doctor encargado del expediente de Duncan entró a la estancia.

El médico tenía un rostro serio y preocupado mientras se acercaba a nosotros.

—Amaia, lamento interrumpir, pero hay algo importante que debemos discutir -dijo el doctor con voz grave —Pero antes, quiero asegurarme de que estés bien y que no haya ninguna complicación después del incidente.

Miré al doctor con atención, dejando de lado por un momento el conflicto con mi padre.

—¿Qué está pasando, doctor? ¿Hay algo malo con Duncan?

El doctor asintió y suspiró antes de responder.

—Lamentablemente, los resultados de las pruebas han revelado que Duncan estaba siendo envenenado. Lo hacían una sustancia tóxica potente, pero afortunadamente llegó a tiempo al hospital y pudimos contrarrestar sus efectos. Duncan está fuera de peligro ahora, pero necesitamos determinar quién fue el responsable de este acto.

Mis ojos se abrieron de par en par, y sentí cómo mi corazón se aceleraba. ¿Alguien había intentado hacerle daño a Duncan? La idea era aterradora.

—¿Envenenado? ¿Cómo... cómo pudo haber pasado? —pregunté, sin poder creer lo que escuchaba.

El médico miró a mi padre y luego a mí, evaluando la situación.

—No podemos descartar ninguna posibilidad en este momento. Es por eso que es importante que cooperen con las autoridades y brinden toda la información que tengan. Necesitamos descubrir quién está detrás de esto y asegurarnos de que no vuelva a ocurrir.

Mi padre permaneció en silencio, visiblemente afectado por la noticia. Por un momento, pareció que la realidad de la situación había hecho mella en él. Miré a mi padre con una mezcla de desconfianza y preocupación.

—Padre, si tienes alguna información relevante sobre lo que ha sucedido, debes compartirla. No podemos permitir que esto se quede sin resolver. Duncan es parte de mi vida y de la vida de nuestro hijo, y haré todo lo posible para protegerlos.

Mi padre pareció comprender la gravedad de la situación y asintió lentamente.

—Amaia, yo..

El médico nos miró, fijamente sin apartar los ojos de los dos.

—Colaboren con las autoridades y proporcionen cualquier información relevante que pueda ayudar en la investigación. Necesitan encontrar al responsable lo antes posible. Porque puede ser quién menos piensan.

Asentí con determinación, decidida a hacer todo lo necesario para descubrir quién había intentado hacerle daño a Duncan y asegurar la seguridad de nuestra familia. Y pobre de él que esté detrás de esto cuándo yo coloque mis manos sobre él, porque cuando lo haga dejaré mostrar la peor versión de mi.

Por mi familia soy capaz de cualquier cosa, y más  si se trata del hombre al que amo.

La situación había dado un giro inesperado y aterrador, pero estába dispuesta a enfrentarlo juntos. No permitiré que nada ni nadie nos separara, y lucharíamos por la justicia y la seguridad de nuestra familia.

Tras unos minutos  después de escuchar las alarmantes palabras que el doctor había dicho, recordé las palabras que había dicho Duncan sobre desayunar fuera.

—Ve a cambiarte Amaia. Iremos a desayunar fuera de casa. - frunció el seño y él  me miró tratando de transmitirle preocupación con la mirada. Le devolví la mirada con los ojos llenos de confusión, y me fijé en el desayuno que estaba sobre la mesita.

—¿Pero, nos acaban de traer el desayuno, Duncan? ¿Estás loco playboy? -dije, tratando de comprender la situación.

Él negó con la cabeza y se acercó a ella, tratando de mantener la calma en medio de la incertidumbre.

—Haz lo que te digo, Amaia -me pidió en un susurro.

Resoplé porque no me gustaba que me mandará, me levanté de la cama, mostrando la gran frustración que tenía en ese momento. Y camine con paso lento y dubitativo, entré al baño.




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