¿un hilo rojo o un amor de verano?

Los amigos no se besan

JETT MORRISON

¡¿Nos gusta la misma chica!?—dijimos al mismo tiempo, claramente sorprendidos.

Dylan y yo vimos la foto de la chica que nos gustaba y de sorpresa era la misma. A Dylan siempre le había gustado Elía y a mí hace meses, me pase una mano por el cabello frustrado, sentí confusión sobre que hacer. No podía salir con la chica que le gusta a mi mejor amigos, entre hombres también hay códigos.

Dylan me observó

—¿Que hacés idiota?

—¿Como que, que hago?

—Si, tienes una cita con Elía, arreglate.

—¿Arreglarme? ¿De que hablas? No voy a salir con la chica que le gusta a mi mejor amigo.—admiti.

Okey, si, yo tenía muy claro mis códigos, creo que siempre me he caracterizado por ser así, siempre he tenido códigos que respeto fielmente, un claro ejemplo, Clark, yo lo quería mucho pero cuando le rompió el corazón a mi hermana, adiós amistad, hola enemigo.

Claro, ahora ya no es así pero, había que entenderme, es mi hermana y aparte la menor, soy sobre protector con ella desde siempre. Sin embargo, en el tema de amistad, en la situación en la que estoy no podía salir con Elía, preferiría mil veces perderla que perder a Dylan, bueno en realidad no prefiero a ninguna de las opciones que dije.

Pero si escogería primero a Dylan.

—Pues lo harás, Jett—me miro seriamente—Ella ya me rechazo, no tengo porque intentarlo, además ponte a pensar cabeza hueca, ya durmieron juntos, apenas si conmigo se abre, ve por ella.

—Pero.. A ti..

—¡No!—me interrumpió—Elía me gustara y todo, pero acá hay dos cosas Jett, me rechazo y a ti por primera vez una chica te gusta, así que métete tus códigos por donde te quepan, Ponte decente y ve a por ella, no seas idiota, por favor.

Mire a Dylan, nunca lo había visto tan decidido en toda su vida, pero por otra parte me sentía mal por el, dejar a la chica que le gusta para dejarsela a su amigo, era genial. En realidad no sabía si realmente hacer lo que el me sugería, después de todo, Elía desde hace días que esta rara.

Seré idiota a veces pero no soy tonto, claro que sabía que algo le pasaba a Elía, solo que es tan reservada que no le cuenta nada a nadie. No quería preguntarle porque sabía perfectamente que no me iba a decir, con lo orgullosa que es.

Se que puede lidiarlo sola, es fuerte, confío en ella. Pero aún el más fuerte necesita ayuda de vez en cuando y yo estaría las veces que ella me necesitará. Sin embargó algo dentro de mi me decía que entre las cosas que le pasan por la cabeza a Elía de cierta manera también estoy incluido y me asustaba.

No quería dejar de tener contacto con ella, ella realmente me gustaba. Mucho. Más que eso, la admiraba, la respetaba y al mismo tiempo me daba ternura. Siempre que la veo, esos impulsos de ir hacia ella, cargarla en mis brazos, besarle sus labios, sus mejillas, sus manos y decirle lo linda que es cada que sonríe me querían ganar, afortunadamente me acuerdo que somos amigos y no lo hago.

Porque si fuera mi novia, no le preguntaría, simplemente lo haría.

Dylan me devolvió a la realidad y me miro con impaciencia.

—Esta bien, esta bien—me cruce de brazos—Iré.

—¡Gracias! Por un momento casi te golpeó para ver si, así reaccionabas.—me miro seriamente y luego sonrió—Ve. Luego me cuentas.

Sonreí con agradecimiento y salí de su cuarto, de su casa para ir a la mía. Al entrar a mi casa vi a Cooky acostado en el sofá durmiendo, me acerque y lo acaricie del lomo.

—Cooky con todo respeto, voy a ser tu futuro papá, ve el lado bueno, sales ganando—sonreí emocionado mientras lo acariciaba.

—¿Ahora hablas con animales?—dijo Lucy de la nada.—Si que eres raro.

—Aparte de molestar ¿no tienes.. —decidí callarme cuando me di cuenta que Lucy era muy buena para vestir e impresionar y si le decía algo seguramente no iba ayudarme.

Lo malo de tener hermanas es que uno las tiene que tratar como princesas para que accedan bueno que a veces ni eso funciona.

—Hermanita, linda, preciosa, que bella estas. —sonreí.

Lucy alzó una ceja sabiendo lo que intentaba hacer, se cruzó de brazos y me miro seriamente.

—¿Que es lo que quieres? Antes de que me digas, no tengo dinero y no, no te voy a cubrir. De ahí, lo que quieras.—me dio una sonrisa amablemente falsa.

Ay, ¿no será don amargada?

—Punto número uno, no necesito dinero, yo si me lo ganó trabajando, dos no necesito eso y tres, necesito que me ayudes. Por favor. —suplique.

Me estoy humillando por Elía, no importa vale la pena.

Lucy sonrió con malicia y me miro.

—A ver dilo de nuevo y puede que lo haga.

—Lucy.

—Es eso o no hay ayuda de mi parte—vio sus uñas con victoria—Ya que pareces desesperado hermanito.

Hija de...

Suspire pesadamente y accedí.

Carajo, lo que hago por impresionar.

—Lucy necesito tu ayuda. Por favor.

—Más fuerte.—dijo con una sonrisa.

La voy a matar... Juro que la mató.

—Lucy, necesito tu ayuda, por favor, hermana no tengo mucho tiempo. Por favor. —suplique esta vez más fuerte, humillandome.

—Okey—accedió con una sonrisa dulce.—¿En que me necesitas?

—A vestirme, sabes que apesto en ese aspecto.

—Apestas en todo, diría yo. —dijo.

Tranquilo jett.. Tranquilo.

—Necesito que me ayudes a vestirme para una cita.. —desvíe la mirada—Con Elía.

—Ahora tiene sentido el porque te humillas, es que por ella hasta te pones de rodillas—sonrió—Vamos arriba, vamos a ponerte presentable al menos.

—Gracias, yo también te quiero.

Subí las escaleras detrás de Lucy y entró a mi cuarto y no estoy orgulloso pero había un desastre total. Ropa tirada en el piso, ropa aventada en mi cama, la cama destendida y mi bote de basura llenó.

—No voy a decir nada.—dijo Lucy mirando mi cuarto con desagradó.

—Gracias.

Mi hermana se metió a mi armario y comenzó a buscar que iba a ponerme mientras yo me sentaba en la cama completamente nervioso porque si era honesto, ella me ponía medio nervioso y eso nunca pasaba, normalmente yo las ponía nerviosas a ellas.




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