Oh mierda

ELÍA DONSON

—¿¡TUVISTE UN SUEÑO SUPER ERÓTICO CON JETT!?

Rachel se cubrió la boca ocultando su gran sonrisa sorprendida. Soltó una risa con las cejas alzadas viéndome.

—Oh por dios. ¿Y... lo hace bien o neh?

Oh por dios. ¿Por qué le cuento esto? Ah sí, claro porque nos contamos hasta lo que no deberíamos y por qué necesitaba hablarlo de algún modo.

—Rachel, basta en serio...no hablemos de ello.

—Pero... ¡Tu empezaste! Además, me da curiosidad saber. —hizo un puchero. —Se ve de esos chicos que te harían temblar y decirte cosas cursis y sucias al mismo tiempo en el oído. ¿Así fue?

—¡Rachel! —proteste mientras me ponía roja.

—Ay, ya, perdón señora modesta. —dijo parando las manos, en señal de rendición.

Suspiré. No podía creer que ahora las cosas con Jett eran muy incómodas. Lo había rechazado, eso claro le dolió, durante meses me ha insinuado e insistido que quiere algo serio conmigo, pero a mí me da miedo y tampoco siento que tenga cabeza para un novio en este momento.

Además...Kelly, me daba muchísima inseguridad, es su mejor amiga hace muchos años y se que no la dejaría de lado por mí. Tampoco se lo pienso pedir, pero no sé qué me pasa últimamente, soy como una bola de nieve que va creciendo por cómo va avanzando.

—Y...yo supongo que el sueño erótico no fue lo único que pasó ¿No? —pregunto mientras se acomodaba en la cama y se preparaba para pintar sus uñas de los pies.

—No, no fue lo único. —suspiré un poco frustrada. —Lo rechacé, tuve celos de su mejor amiga, otra vez...y para empeorarlos me fui de su casa sin avisarle. Después de que me escucho, me consoló y me acogió en su casa.

Cuando lo pensaba no sonaba tan mal, pero cuando lo decía en voz alta, sonaba horrible. Parecía una persona totalmente desagradecida.

—Amiga...das un paso hacia adelante y dos hacia atrás. —Se cruza de brazos y me miraba con preocupación. —¿Por qué lo hiciste? ahora ¿cuál fue el miedo?

El miedo es lastimarlo, no ser lo suficientemente buena para él. Él siempre era tan lindo, amable, caballeroso, respetuoso conmigo. incluso sigue cuidando a Cooky como si fuese suyo. De repente la puerta de la habitación se abrió, se asomó mi madre viéndonos con una pequeña sonrisa, Rachel solo sonrió y yo la mire con curiosidad, por lo general mi madre no interrumpía si no era importante. Espere que mi madre hablara, pero parecía nerviosa.

—Vengo a dar buenas noticias. —amplio su sonrisa. —Nos vamos a mudar a otra casa.

Rachel y yo abrimos la boca sorprendida, mi madre solo dio la noticia y después se fue de la habitación, mi mejor amiga y yo nos volteamos a ver al mismo tiempo.

—¡NOOO! ¡Mi niña preciosa se va! —Se abalanzo sobre mí y me abrazo con fuerza. — ¡No te vayas! ¡Prometo ya no roncar en las noches!

—No es decisión mía. —la miro con tristeza. —Te voy a extrañar tanto

—Yo más, eres el amor de mi vida.

Sonreí de manera divertida, me recordó cuando ella decía que el amor de su vida era Prince Royce.

—¿Que no era Prince Royce?

—Bueno tu eres el segundo amor de mi vida. —cerro los ojos y se aclaró la garganta para después verme. — Perdón bella, pero hay prioridades.

no pude evitar volver a sonreír, de verdad iba a extrañarla, claro íbamos a seguir hablando, pero una cosa era verse de vez en cuando, otra verse todos los días a casi toda hora.

Ahora me iba a mudar, me alegra, pero también me ponía triste, amaba a Rachel y ya no la iba a tener cerca para platicar de cualquier cosa, de hacer cosas juntas, aunque al mismo tiempo me alegraba iniciar una vida con mi madre a solas. Ya podía decirle a Jett que me diera a Cooky, aunque algo me decía que eso le iba a doler, Jett ya se había encariñado mucho con él. Parecían padre e Hijo, Cooky también no se despegaba de él. Me iba a dar lastima, pero también ya extrañaba a mi gato, tenerlo conmigo, abrazarlo, consentirlo, escuchar sus ronroneos a la mitad de la noche y sentir sus uñas afiladas sobre mi piel cada que me amasaba. ¿cómo iba a pedirle a Jett que me dirá a Cooky? las cosas con el estaban sumamente incomodas, además debía pedirle una disculpa por haberme ido así, sin más pues da la casualidad, que no hemos hablado desde que me fui sin avisarle, él tampoco me ha hablado y me deja pensando si está molesto, dolido, resentido, triste, incomodo, ni la más mínima idea.

Fruncí el ceño mientras pensaba, ahora que me ponía a pensar tenía que ponerme al corriente con mis prácticas de la universidad, todavía averiguar quién era mi padre oficial, ya tenía un nombre y era Manuel Nava, mi madre me platico que él era ingeniero en sistemas, era lo único que sabia, pero es obvio que en mundo hay muchos con ese nombre, ni siquiera tenía una foto de él.

Debía de saber quién era él, de donde provenía yo, porque se fue, tenía dudas y no respuestas.

Di un último suspiro y decidí ir a hablar con mi mama sobre cuando íbamos a mudarnos y donde. Me levante del piso, salí del cuarto de Rachel y me dirigí a la sala en donde estaba mi mama comiendo unas nueces en el sofá, me pare a una esquina y la mire ligeramente insegura y no por la mudanza pues no paraba de pensar en Jett, mi mama me miro y alzo una ceja esperando a que hablara.

—Ma ¿cuándo vamos a mudarnos? Pregunto para ver cuando empiezo a empacar. —hablo con una voz suave.

—Nos vamos en dos días mi amor. —me da una leve y ligera sonrisa, se levanta del sofá y se me acerca. —Se que vas a extrañar a Rachel, pero no podemos quedarnos aquí toda la vida. Debemos de seguir con nuestra vida. —me puso una mano en la espalda intentando consolarme.

—Eso lo sé, Ma, créeme no es por eso, bueno...—lo pensé— en parte sí, pero no se basa todo en ello, tengo muchas cosas en la cabeza.

—¿Qué es lo que pasa? —pregunto viéndome con preocupación.

En realidad, no sabía si contarle, a mama jamás le había hablado sobre algún chico, ni siquiera de mi ex, no estaba segura, pero algo en mi corazón me decía que debía hacerlo, que debía de hablar con alguien más que no fuera Rachel. apreciaba a mi mejor amiga y sus consejos disparatados, pero necesitaba el consejo de una adulta. Así que me limite a suspirara y comenzar a hablar, sabía que mama iba a entender.