Un hombre lobo, por favor.

Capítulo 3

 

 

Después de semejante noticia todas, pero todas, se volvieron locas e intentaron llegar hasta el nuevo jefe y presentarse animadamente, bueno, yo no necesito hacer eso, ya que, nos conocimos un poco en privado.

Los tacones me están matando, solo deseo que esto termine pronto, la música comienza a ambientar y algunos bailan en los rincones, acaso no tienen una casa a donde llegar. Pero que puedes esperar si el hijo del dueño está con ellos. Ramsés el hijo menor y el más descarrilado del jefe, ese chico es fastidioso y soberbio con el personal, pero bueno, más de una vez el jefe adorado lo ha puesto en su lugar. Siento un escalofrío en todo mi cuerpo, tengo el presentimiento que me están observando, comienzo a mirar de un lado a otro disimuladamente y bomba. Mi nuevo jefe habla con un grupo de personas, pero me está mirando fijamente. Es algo descarado porque lo estoy viendo y no deja de hacerlo.

La mirada que me está dedicando es difícil de descifrar, pero está cargada de un sentimiento tan puro, demonios, tenía años sin que un hombre me mirara de esa manera. Pero ahora es mi jefe y más vale mantener una distancia profesional. Si eso es lo mejor, distancia y agua fría, necesito agua fría.

Me muevo rápido hacia la barra para tomar un poco de agua, me escondo detrás y me quedo allí lo que resta de la noche. Son cerca de las once cuando comienzan a recoger las cosas, como es costumbre yo siempre me quedo hasta el final y reviso un pequeño inventario de los de montaje, junto al mío, para corroborar que todo este.

Mi celular sonó y corrí hasta mi bolsa, tengo cinco llamadas perdidas de mi novio junto a un mensaje que me jala los pelos.

No puedo pasar por ti, surgió un problema, lo siento, nos vemos mañana, te amo.

Sabe perfectamente que termino molida después de días como estos y mi día no ha sido nada fácil, tengo mucho coraje y quiero llorar, diablos, malditas hormonas. Esta maldita sensibilidad me vuelve loca cada mes, decidí no contestarle ni mucho menos marcar, porque le sacaré los ojos vía celular. No es la primera vez que me deja varada a mi suerte, después de hacer planes para pasar la noche con él. Leticia debe de estar en el departamento haciendo algún ritual extraño con una clienta y me va a maldecir si la interrumpo. Me resigno, no queda más que buscar cómo irme sola.

Cerca de las doce y media por fin puedo irme, caminé hasta la salida principal, siempre soy la última. Observé como cargaban las cosas, ahora debo buscar cómo irme.

— Gracias jefe —. Escucho a algunos de los cargadores despedirse, entonces ahí está.

Alexter se despide de todos, ya no lleva su saco y ha recogido su camisa hasta los codos, se ve algo menos formal, mucho más relajado y cómodo. Se gira hacia mí, porque ¡obvio!, estoy tan embelesada viéndolo que no avancé, desaproveche mi oportunidad de pasar desapercibida.

— Ya te vas María José.

Se acerca hasta a mí sonriéndome amablemente, es una imagen cálida y tan sofocante para mis castos ojos que han estado tan ajenos de ese manjar de hombre.

— Sí, ha sido un día largo —. Compongo mi poca cordura y me despedí de él simplemente alzando mi mano.

— Permíteme llevarte, creo que no es seguro para ti andar tan noche sola o ¿alguien ha pasado a recogerte?

— No, yo... me iré sola, pero está bien, usted debe de estar cansado y debe llegar a su casa.

— Alexter, por favor no me hables de usted.

— Pero es ahora mi jefe — digo marcando un límite entre los dos. Es necesario, es justo y necesario por mi seguridad e integridad como mujer con novio, un maldito novio que me dejó sola. Calla Majo me terminé diciendo internamente.

— Por lo tanto, la seguridad de mis trabajadores es prioridad — indico abriendo la puerta de lo que parece ser su automóvil, momento no tenía un chofer, se recargó contra una de las puertas mirándome fijamente, sin intención de desistir de su ofrecimiento. 

Me regaño internamente aceptando que me lleve a mi departamento, tengo sueño, es tarde y no debo negarme a su hospitalidad, él maneja por la ciudad tranquilamente. El ambiente es cálido y estoy intentando no comenzar a hablar y decir alguna tontería, estoy tan nerviosa, siento mi corazón palpitar con fuerza.

Pero si ponemos las cosas sobre la mesa, el hombre es guapo, atento y sobre todo misterioso e interesante para alguien como yo o cualquier mujer con dos dedos de frente, este hombre no pasa desapercibido por nadie, por lo tanto debe de tener a alguien, no lo había pensado, esta clase de hombre no puede estar soltero, bueno, solo si es un mujeriego, que pinta si tiene, aunque, no lo vi coquetear con nadie, momento, acaso coqueteo conmigo, ay Dios mío que maraña me estoy haciendo, ya deja de pensar tanto Majo.

Tengo sueño, mucho sueño así que mi mente no esta clara ni un minuto, debería sentirme incomoda, pero no lo hago. Comienza a sonar un celular y me despabilo un poco.

— Alexter estás cerca ya...

Escucho la voz de una mujer en el altavoz y ahí esta mi respuesta. Como podía estar solo, ahora le causaré problemas, él contesta un simple si y cuelga.

— Puedo seguir sola de aquí son solo tres cuadras, no quiero que tenga problemas con su novia.

Digo rápidamente, pero él solo sonríe de lado y me mira con curiosidad antes de contestarme.

— Yo no tengo novia María José.

— ¿Su esposa?

Y ahí voy, pero es que debo saber que no saldré mañana en las redes sociales como la peor mujer y me atacaran como la otra.

— Soy soltero, la que habla es mi hermana, es algo protectora con su hermano menor.

— Ya veo...

Yo y mi querida boca y mente, ninguna se queda quieta, pero bueno, él es soltero.

— Y tú...

— ¿Cómo?

— ¿Tienes novio? —. Me pregunta, era de esperarse que lo hiciera, yo saque el tema.



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En el texto hay: humor, hombreslobo, romance

Editado: 06.08.2020

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