Un Huracán para el lobo

CAPITULO VIII

MAXIMILIANO

Ver esa cantidad tan grandes de ramos de flores me ha dejado impresionado, el lobby dejo de ser un lugar para recibir a nuestros huéspedes, ahora parece que fuéramos la recepción de un evento para concursar "Quien a enviado el arreglo mas grande a la señorita Serrano".

FLASHBACK

  • Que significa todo esto? - pregunto a la recepcionista totalmente impresionado al entrar al lobby y observar la cantidad de arreglos de florales que se encuentran allí.

Hay de todos los tipos y tamaños amontonados alrededor de la recepción convirtiendo el lugar en lo mas parecido a un centro de floricultura y como si eso no fuera suficiente una fila de sobres se encuentran desbordados por todo el mostrador de la recepción haciendo que el lugar parezca una oficina postal, todo es un caos en ese lugar.

  • Son para la señorita Serrano - dice ella con evidente desesperación por no saber que hacer con todo aquello y su cara empeora mientras observamos como otro grupo de arreglos llega y no hablo de uno o dos parece como si vaciaran los depósitos de las floristería y el pobre portero solo está tratando de indicar donde pueden ponerlos para que no obstaculicen la entrada.

Si siguen llegando no abra espacio por donde caminar pienso, pero trato de mantenerme con la misma seriedad que llegue para no terminar haciendo que la pobre chica colapse frente a mi.

  • ¿Y que esperan para llevar todo esto a su habitación y que ella se haga cargo de este problema? - le digo señalando lo evidente - no creo que este sea el mejor lugar para que esten todos esos arreglos si estan dirigidos a la señorita Serrano - trato de razonar con la chica y que reaccione en vez de estar petrificada por la escena.

Mientras tanto tomo uno de los sobres al azar y lo abro, y dentro observo hay una tarjeta bancaria junto a un boleto de avión y una pequeña misiva que no tengo reparo en leer y en ella se extiende una invitación con todos los gastos pagados para pasar una temporada en el Líbano.

No puedo evitar recordar al libanés con esa interpretación tan bien ensayada de hombre amable y caballeroso con Kathryn y a ella junto a él gran parte de la noche, se muy bien quien es el sujeto y desde mi posición pude observar como le prestaba bastante atención a cada uno de sus movimientos fingiendo no hacerlo.

Era como un depredador cazando a su presa, esperando pacientemente el momento oportuno para atacar y mientras era acechaba sigilosamente y poco a poco la acorralaba atrayéndola hacia su círculo con su aparente actitud de hombre que solo busca su amistad, un lobo disfrazado con piel de cordero.

Y ella cayó ante aquella actuación tan patéticamente artificial, estaba tan cómoda con su compañía que no veia amenaza en ellos, bailo y se dedicaba a reirse junto a ese grupo enorme de hombres como si no hubiera peligro alguno, era como un tonto mosquito que iba directo a la falsa luz que ellos le ofrecían, en un acto reflejo arrugó la carta y rompo esa tarjeta para luego tirar todo en el bote de basura.

  • La señorita dejo la habitación a prisa hace como media hora - dice con nerviosísimo la recepcionista ante mi reacción pero abriendo los ojos sorprendida por mi acción, aunque prefiere no hacer comentario alguno - y ni siquiera nos dio la oportunidad de notificarle que todo esto era para ella.
  • Entonces saquen todo esto de aqui - digo empezando a sentirme irritado por todas las flores que están en el lugar y que ahora solo me recuerdan que tengo un rival que aunque no está a mi altura sabe fingir y mover bien sus fichas, porque aunque ella tiene una pareja ese noviecito suyo estoy seguro que no es mas que un mocoso sin chiste y aspiraciones - botenlo o hagan lo que sea con ellos si la huésped ya no esta o no se intereso por saber de su existencia, pero no quiero mas arreglos obstruyendo el paso - y la pobre chica solo asiente mientras marca la extensión de las housekeeping para que vengan a sacar todo aquello de la recepción.

Al salir veo como más flores y cestas con cosas llegan, esto definitivamente se convertirá en un caos muy pronto y puedo sentir como la vena de mi cabeza se tensa, esa mujer va a traerme muchos problemas con o sin intención.

Cuando decidió irse de esa manera tan rápido de la cabaña pensé que solo huia por el temor a la conversación que le había propuesto o sencillamente por el hecho que el dichoso noviecito se enterara que había pasado la noche en otra cama y con compañía masculina, pero era evidente que si tenía un compromiso como lo expresó probablemente con el hombre que la llamo porque ese desfiles de flores no es algo que una mujer que busca atención se perdería y no puedo evitar sentir una enorme punzada de celos por la forma en que salio tan desesperada apenas ese hombre la llamó.

  • Quiero que coloquen en una caja todos las tarjetas dirigidas a la señorita Serrano - le digo a nuestro portero - y que las envíen directo a mi oficina - no voy a permitir que el contenido de ellos llegue a sus manos, seguramente abran mas mensajes de invitaciones abiertas a visitar lugares que ella de manera irresponsable aceptara poniendose en peligro.
  • Como diga señor - es solo su respuesta, no cuestiona ni pone en tela de juicio mi petición - enseguida comunico su orden.

Mi palabra siempre ha sido ley y no es cuestionable por lo que su respuesta no me asombra, es la que esperaba.

FIN DEL FLASHBACK

Decido al final que llamarlo no es lo mas sensato por lo que solo le paso un mensaje a Angelo preguntando si Adahya tiene algún un plan para ver si podemos reunirnos asi si su amiga decide armar un plan deberá llegar a mi pero mi plan es cancelado porque el dice que el día de hoy no puede, porque quiere disfrutar de su mujer, que cualquier cosa quedamos para mañana, guardo mi teléfono y pido la cuenta cuando anuncian la llegada del vuelo que esperó y me dirijo a la puerta de desembarque a esperarla.

  • Vaya, ¿que tenemos aqui? - dice a penas me ve y me toma por el brazo - quiero un martini y los detalles.




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