KATHRYN
Apenas sali de los sanitarios hui del lugar fui directo al auto sin despedirme de nadie para evitar que él me siguiera, afortunadamente el chofer se encontraba adentro y yo solo subi sin esperar que el abriera la puerta en ese lugar me sentia segura de algún modo, como si ese reducido espacio pudiera contener lo que él me hace sentir porque a pesar de estar feliz por dejarlo sin palabras mi victoria no es como pensaba no se siente dulce, puedo sentir un sabor amargo en mi boca por su bendito empeñó de seguir insistiendo en que no puedo con la carga que significa llevar el proyecto, solo porque él en su cabeza así lo decidió.
Le solicito al chófer que me lleve al hotel donde me estoy quedando, pero estoy muy consiente que no puedo seguir evadiendo lo que sucede por lo que estoy decidida que después de la boda volveré a casa y contactaré a mi madre para hablar y que las cosas queden claras entre nosotras, no puedo ni quiero seguir el ejemplo de Selene en el sentido de endosarle los problemas que no quiere asumir a otros.
El viaje se me hace largo o solo es la sensación de soledad que me embarga, he conseguido el proyecto de mi vida sin siquiera buscarlo y no tengo con quien celebrar esa dicha como cualquier simple mortal, siento un nudo en la garganta y reprimo las ganas de llorar, soy sociable pero de muy pocos amigos realmente, confiar en la gente es para mí muy difícil y las amigas que tengo tienen sus vidas, literal soy la única soltera que queda a estas alturas, todas tienen alguien quien las esperan de noche y celebran sus triunfos y consuelan sus caídas.
Sonrió de manera triste porque yo nunca experimentare aquello, mi confianza en las relaciones tiene un hueco demasiado grande que dudó que alguien quiera tratar de repararlo, aprendí a querer mantenerme a salvo del sufrimiento que causa cuando te sumerges en una relación. Soy fuerte gracias a mi deseo de mantenerme a salvo, ese instinto de supervivencia que se activó estando muy chica y no quiero ser diferente ahora, me digo a mi misma que es la boda de mi mejor amiga, la falsa magia que se desprenden ellas.
Haciendo que añoremos y romanticemos un sentimiento que la mayoría de las veces no es un para siempre ni mucho menos un felices por siempre y sobretodo el hecho que ya no la voy a tener 24/7 lo que me tiene tan nostalgica, extrañando algo que definitivamente no necesito, porque no me hace falta un hombre que me jure amor eterno mientras las hormonas y la química esten a flor de piel para que luego me traicione de la manera que le plazca, no estoy dispuesta a cederle el poder a nadie de romperme.
Llego al hotel y despido al chofer y subo directo a mi habitación, el lugar no es cinco estrellas pero esta bien ubicado y es bonito, tuve que inventar la excusa que estaban fumigando el edificio para evitar que Adahya buscara a mi madre, aunque le conte de su matrimonio no le hable de la razón real por la que estoy huyendo de ella, no quiero que se preocupe por mi en su luna de miel, ella merece ser feliz, es su momento crea o no yo en ese sentimiento.
Me paro en el balcon y aunque son apenas quince para las 6 de la tarde se puede empezar a observar el ocaso, como el cielo se tiñe de sus colores y me quedo mirando como se van haciendo mas intensos los matices que se desprenden, pese a que la ropa que llevo ahora es muy ligera de esas que no dejan nada a la imaginación y el frio empieza a sentirse me quedo con la mirada fija en el cielo observando mientras tomo un sorbo del vino que me he servido, el momento siempre es mágico para mi, como si lo viera por primera vez.
Tocan la puerta y supongo que es la cena que pedí, por lo que dejo la copa en la mesita y me dirijo a abrir pero para mi sorpresa quien se encuentra del otro lado de la puerta no es la chica que me ha traído mis alimentos hasta ahora, de manera instintiva trato de cerrarla pero es mas rápido y pone su pie impidiendo que esta se cierre.
Hasta que se percata de mi ligera vestimenta, haciendo que me reprenda a mi misma por no ser más cautelosa al abrir, lo veo tragar grueso mientras sus ojos empieza a oscurecerse y adquirir ese tono plomo que no puede disimular, me escanea con la mirada logrando que no solo mis pezones se pongan duros sino que mi centro empiece a humedecerse.
Su mirada es como el roce de mil caricias viajando lentamente por mi cuerpo repasando cada centímetro de mi anatomía, esa sensación que me provoca aunque no soy tocada me deja sin aliento, me mira a los ojos por unos minutos y luego le dan un recorrido lento a mi cara y a mi cabello alborotado y me queda mirando absorto deleitándose de lo que ve, es la primera vez que me mira sin maquillaje pero no se pierde cada aspecto de mi rostro, luego baja a mi cuello y hombres que solo son cubiertos por un par de delgados tirantes que justamente para mi desgracia uno reposa a un lado de mi brazo dejando al descubierto una parte de mi pecho, el cuál no disimula como su mirada lo devora.
Yo solo estoy parada como pegada al piso, pareciera que mi cerebro trata de dilucidar si es real o no la figura que tengo enfrente y el simplemente aprovecha ese momento para dar un paso y pasar, cerrando la puerta, el click del sonido que produce me saca de mi trance y doy un paso hacia atras tratando de poner alguna distancia entre los dos pero la manera en que me ve y devora mis pechos me vuelve incapaz de tomar una acción real para escapar, puedo ver como sus pupilas están dilatadas val mirar como mis pezones ya erectos por el frio se endurecen aun mas ante su escudriñó y forman una visibles marca en la escasa tela que los cubre pareciendo dos misiles que solo esperan la orden para cumplir con su deber.
Pero no soy la única a la que su cuerpo traiciona emitiendo señales porque puedo ver que sus fosas nasales reaccionan con lo que su vista esta observando porque se agrandan ligeramente y su respiración se vuelve mas profunda algo que en vez de darme una salida por el peligro eminente de lo que anuncia su expresión corporal me envuelve mas en el deseo naciente que ambos estamos experimentando, no me muevo, manteniendome mi prisionera de la deliciosa sensación que me provoca. Baja su mirada para continuar con está travesía lenta y tortuosa para mi, porque donde su mirada ha estado la piel me queda quemando, observa mi cintura y mis caderas y puedo ver que su anatomía también ha respondido y lo único que deseo es restregarme, perverso y sucio tal vez pero no puedo evitarlo, y baja la mirada a mis muslos y mis pies para luego volver a hacer el recorrido nuevamente pero con una lentitud aún mayor que solo intensifica el deseo ya existente.
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Editado: 07.11.2025