III. Conociendo
EMMA SLATER.
Voy bajando,
en unos minutos estaré ahí.
Finalizó la llamada y giro sobre mis pies para darle el último sorbo de mi café, y salir de la cocina hacia la pequeña mesa donde esta mis pertenencias.
Las acurrucó en mi brazo derecho y camino hacia la salida, mis tacones resuenan bajo el piso brillante.
Ahora es el día que entró a la universidad, lo cual me tiene un tanto nerviosa, pero definitivamente lo que gana es la intriga y la preocupación.
¡Aish! ni yo misma me entiendo.
Al salir del apartamento, camino rápidamente al ascensor, pero cuando esta a punto de cerrarse una mano lo detiene, y mi vista se centra en la chica que entra con rapidez.
Viste de manera casual, a diferencia de mi.
Su lacio cabello caoba va amarrado en una alta coleta.
Sus bellos ojos ébano me observan, de manera muy inquietante y curiosa.
<<Actúa normal, nadie te notara.>>
Decido dar yo el primer paso.
—Hola soy Emma, tu compañera de piso. —me presentó. Le sonrió con amabilidad.
—Hola mi nombre es Camille, un placer conocerte.
Me sonríe y acto seguido la observó completamente, por lo que me doy cuenta que posiciona su mano en su vientre.
¡Oh! Esta embarazada.
Camille al darse cuenta que miro fijamente su vientre sonríe y yo no puedo evitar preguntar.
—¿Estas embarazada?. —Que pregunta más estúpida la que hice, me doy un golpe mental por eso— disculpa no quería incomodarte, solo que soy automática, lo que pienso, lo hablo sin tapujos.
—No te preocupes, no es primera vez que preguntan. —me sonríe con dulzura. Sus ojos se azules se tornan con brillo y distingo en ellos la felicidad.
Le encanta hablar de su bebé.
—¿Cuánto tiempo tienes?. —pregunto.
—25 semanas. —comenta. No entiendo nada, se ríe ante la confusión plasmada en mi rostro— son aproximadamente 6 meses y medio.
Mi boca se abre en asombro, y en eso las puertas metálicas se abren.
Ambas salimos y caminamos hacia la salida, pero ella se detiene de golpe y contrae su rostro.
Yo me detengo y la intento sostener.
—¿Estás bien? ¿Te duele algo? ¿Necesitas ir al hospital? —la bombardeo de preguntas.
Ella inhala una bocarada de aire y se recompone.
—Estoy bien, solo es que se mueve muy fuerte, al parecer le gusta tu voz, no ha dejado de patear desde que te ha escuchado.
Mi corazón se apretó con sus palabras.
Ella toma mi mano y la coloca en su vientre, en eso el bebé patea fuertemente y siento una opresión en mi pecho, una emoción extraña me embarga.
¿Por que hay madres que abandonan a sus hijos, si son lo más hermoso?
¿Sentirán arrepentimiento?
¿Por que abandonan?
Siempre he tenido esa clase de preguntas en mi mente, sin embargo, nunca he obtenido respuestas.
Una vibración instantánea en mi teléfono me hace volver a la realidad.
—Eso me hace sentir orgullosa, ese bebé tiene buen gusto. —bromeo y quito mi mano.
Camille se ríe y retomamos nuestro camino.
Al salir, observó el auto parqueado a las afueras, que espera por mí.
—Espero seguir conversando contigo. —menciona Camille— no tengo muchas amistades por acá.
—Dalo por hecho. Nos vemos pronto.
Camille camina en dirección al estacionamiento y yo me dirijo al auto polarizado.
Al entrar Mustafa se pone en marcha.
—Buenos dias señorita Emma, ¿Cómo está? ¿Lleva todo lo necesario?
—Buenos días para ti también Mustafa, estoy bien, talvez un poco intrigada por ser la nueva, pero bien después de todo —respondo— Creo llevar todo. Dejé todo planeado desde ayer, y ahora he vuelto a revisar, por si omití algo.
—Eres muy aplicada.
—Ni me lo digas, lo que me preocupa más es que me inscribí después de comenzar el ciclo.
Mucho después.
Por no decir que casi a medio año.
—No creo que tenga problemas. Por que de ser así no hubiera sido aceptada. Además sus promedios hablan por sí solos. —se encoge de hombros viendo al frente.
—Eso si, pero simplemente no puedo evitarlo.
—Son normales, no tiene de qué preocuparse. —su motivación aplaca un poco mi preocupación.
Los siguientes minutos transcurren en silencio, hasta que se detiene frente a unas inmensas instalaciones, leo el encabezado en letras doradas que se encuentra.
HULT INT'L BUSINESS.
Ya hemos llegado.
Aspiro una bocarada de aire. Observó a unos pocos estudiantes en la entrada, muchos de ellos conversando y bromeando entre ellos.
—¡Suerte señorita!, Cualquier cosa no dude en escribirme o llamarme, estaré al pendiente.
Asiento y abro la puerta del copiloto, tomo mis documentos y cierro.
Camino hacia la entrada, muchos estudiantes lucen con sus trajes finos, ríen entre ellos y otros pasan a mi lado.
Pocos me notan.
¡Bingo!
Punto para mí.
Al llegar a la entrada, hay un hombre en traje, permanece casi inmóvil, me acerco a él.
—¡Hola!, Disculpa la molestia ¿Quisiera saber dónde se encuentra la oficina del rector?.
—Sígame la guiare hasta allá. —comenta con seriedad.
Camino a su lado por los pasillos, algunos caminan ajetreados a sus clases, solo escucho mis tacones resonando, o eso creo yo.
Hay hombres con trajes en cada pasillo, por lo que distingo la seguridad del lugar.
Llegamos hasta donde se encuentra una señora, sentada en un amplio escritorio, con muchos documentos apilados, luce visiblemente agitada.
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Editado: 05.11.2021