Un jeque para Emma

Capítulo 5

IV. Encuentros Fortuitos.

 

EMMA SLATER.

 

—Mira te presento a los chicos. —con su mano los señala— El es Abel.
El susodicho me da una sonrisa amable, su cabello castaño y sus ojos verdes contratan con su piel trigueña. Una leve barba adorna su barbilla. —¡Bienvenida Emma!.

 

—Daniel. — continua Mila.
El mencionado tiene el cabello de un rubio oscuro, sus ojos negros y su tez blanca le dan un toque agradable a su apariencia. —¡Un gusto Emma!. —dice.

 

—Y Kalen.
El último agranda la sonrisa al escuchar su nombre. Sus ojos miel y su cabello ébano le dan un toque despectivo y amigable.

 

Pero los tres se ven rudos. Además de guapos, claro está, sus cuerpos son fornidos y grandes. Fácilmente hacen pequeño el lugar al levantarse.
—Me roban las palabras. ¡Hola Emma!. —me guiña el ojo.

 

Esa última frase me hace sonreír un poco, enmedio de la tensión que siento al estar con personas desconocidas.

 

<<Relájate.>>

 

—Idiota. —gruñe Mila— ya te acostumbrarás —me mira— ¿Cuéntanos sobre tí?.

 

Ah caray.

 

—¿Que quieren saber?. —respondo dudosa.

 

—Todo. Si se puede —Daniel se encoge de hombros— Soy curioso.

 

—Y metiche. —le ataca Mila.

 

—Buena respuesta —hago un chasquido con mi boca— Pero bien ¿Algo en específico?.

 

<<Pon en práctica lo que has aprendido.>>

 

—¿Edad? —pregunta Mila.

 

—17.

 

—Cariño, creo que te equivocaste de lugar. —Abel cuestiona.

 

Y otra vez con el mismo cuento.

 

—Creo que te equivocaste de primaria. —Daniel cuestiona.

 

Sus respuestas me hacen reír sarcásticamente, y jadear ofendida.

 

Casi me dicen cría en mi cara.
¿Pueden creerlo?.

 

Estaba a punto de hablar, pero me quitan la palabra.
—Pero haber ¿Que año estas haciendo? ¿Que carrera? —Abel me pregunta.

 

—Último año de gerencia. —Su respuesta es un jadeo asombrado.
No sé lo esperaban.

 

—¿Cual es su edad? —cuestiono.

 

Kalen se rasca la parte posterior de su cabeza.

 

—Todos tenemos 21. Estamos en último año de gerencia.

 

¿21?
What?

 

—¿Enserio? —todos asienten— Ya están viejitos. —contraatacó divertida.

 

Los tres chicos tienen cara de póker, al parecer les di en su ego.
¡Ja!.

 

—Bueno sigamos, no se desvíen del tema. Sigue Emma cuéntanos más.

 

Aparto el cabello de mi frente para continuar.

 

—Soy de Estados Unidos, específicamente de New York, empecé mis estudios allá, pero quería levantar alas supongo. Y por eso me encuentro aquí.

 

<<Bien. Buena respuesta>>.

 

—¿El rector te dió la aceptación? —asiento a las palabras de Mila— Es muy raro que acepte solicitudes a casi medio año.

 

—¡OH! Carajo, tienes que ser una nerd. —Kalen me sobresalta con sus palabras —Pásame de tu inteligencia, necesito inspiración. —toca levemente mi brazo, como si necesita un poco de tacto para tener más sabiduría.

 

Sus cómicas palabras me hacen reír. Supongo que me divertire con ellos.

 

Siento una leve incomodidad a mi espalda. El peso de una mirada.

 

Giro sobre mi hombro para ver el panorama.
¿Cuál panorama?. Es que ni disimular puedo.

 

Mi vista se dirigió exactamente hacia la mesa donde se encuentra el rector platicando alegremente.

 

Mi corazón se detuvo.
Mi garganta se secó.
Mi ser se estremeció al ver al arabe de melena oscura y ojos grises que ha embargado hasta el últimos de mis pensamientos.
¡Que ojos!
He quedado embelesada.

 

Ayer desde que se presentó, no he podido apartar los pensamientos y el latir activo de mi corazón al recordar sus labios  y el toque de nuestras manos.

 

<<Deja de pensar en eso, mejor busca quién es el que te mira>>

 

Enfocó mi vista, Leylak me observa y agita su mano, le sonrió y le agitó mi mano en respuesta.
Eso hace que los que están a su alrededor me observen, incluso el señor Sabbagh.

 

¡Hay no!.
Mierda.

 

Malik enfoca su mirada en mí, les juro que casi me desmayo ahí mismo, ese traje azul le queda de maravilla.

 

Se ve lamible.
Comestible.
Besable.

 

Aparto esos pensamientos, cuando me sonríe, mi vientre se aprieta en respuesta, le devuelvo la sonrisa.

 

Borra la sonrisa de su cara, cuando Brionne lo abraza de costado.
Su mirada se dirige a mi, una mirada altiva y su sonrisa de perra en celo.

 

¡Dios! Siento un calor en mi cuerpo.

 

No hago ningún gesto.
Nada.
En cambio un chico rubio que se encuentra en la mesa, me dedica una mirada curiosa y sonríe. 
Le devuelvo el gesto.
Al parecer Leylak y ese chico le preguntan algo sobre mí al señor Sabbagh, por qué se gira para verme.

 

Volteo mi rostro rápidamente. Mila me observa con seriedad y aclara su garganta. Los chicos se han sumido en su propia conversación.

 

—¿Los conocés?.

 

—Algo así.

 

Suspira y me mira.
—Vamos te enseñaré tus aulas, y te diré algunas de las reglas.

 

—¿Reglas?.

 

—Reglas. —responde mientras se levanta— Chicos iré a guiar a Emma a sus clases, nos vemos en el aula. Me deben terminar esa información.

 

—Claro Mili, nos vemos después Emma —Abel responde.

 

—Chao Babys —Kalen tira un sonoro beso en el aire y Daniel se despide con la mano.

 

Y así empezamos a caminar.
¿Reglas?
Tengo curiosidad sobre ellas.

 




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