Un juego mortal

CAPÍTULO 8

 

CAPÍTULO 8

 

Han pasado los meses desde que me casé con Harry, ha pasado momentos en que ni un solo día me he sentido sola. Siempre estaba él para animarme cuando me sentía peor, el luto en Pandora comenzó a cambiar a un festejo por tenerme, las tantas cosas difíciles se encargaban Callum para que no sienta tanto estrés.

—¿Qué piensas? —dice Harry de pronto, estábamos caminando por el parque.

—Nada, sólo estoy disfrutando este lugar… contigo.

—¿Sabes Kami? —dice volteándose a mirarme, esos ojos redondos que tanto estoy amando se asoma más a mi vista, —Me estoy enamorando de ti, no sabes cuanto… pero no quiero que te quedes atrás, te seguiré amando hasta que-

No lo dejo hablar porque presiono mis labios contra los suyos. Él responde de inmediato agarrándome de la cintura, jalándome más a él. Necesito más de él, lo necesito cerca porque lo amo. Me he enamorado de él y no hay explicación para demostrarlo, los días y noches que compartimos fueron de ayuda para que me gustara un poco más su físico y su personalidad, su gran cariño y de la forma que me demostraba seguridad.

—Te quiero, Harry. Te quiero mucho —dije separándome un poco de él. Estaba enamorada hasta el suelo seguramente pero no me importaba, mi amor por él era real.

—Yo también, hermosa

Escuchamos el un pequeño trozo de madera rompiéndose cerca de nosotros, nos separamos y Harry me indico que estuviera detrás de él que fue quien quiso indagar quien estaba detrás de aquel arbusto. Por mi parte, utilicé un poco de mi poder para sentir su energía, pero no lo sentí hasta que retrocedí y choque con un cuerpo.

—Kamila, ¿qué haces aquí? —dice Daniel sorprendido, luego miro a Harry que estaba nervioso por su presencia, —¿Qué hacen ustedes aquí? ¿No deberían ir a la tribuna a…

—Se está encargando Callum, no te preocupes —digo cortando lo que quería decir. Observo sus ojos que me miran distinto, no reconozco ese sentimiento, por lo que trato de meterme en sus recuerdos, pero no me permite.

Lo hago de nuevo, pero nada. Cierto, eso me había pasado con Harry y con él, como me había olvidado.

—¿Qué haces Kamila? Deja de mirarlo —dice Harry atrayendo mi cuerpo al suyo, —Querida, debemos irnos

—Si, entiendo —digo sin quitarme de la cabeza la mirada de sus ojos.

 

****

 

Abro lo ojos en plena noche, veo todo oscuro a mi alrededor. La poca luz que me dan son las cortinas, observo a Harry durmiendo plácidamente a mi costado, así que no lo interrumpo con su sueño. Tengo sed, por lo que decido salir de la cama.

Bajo las escaleras bostezando en busca de un vaso de agua, los sirvientes se encuentran durmiendo por lo que no hago ruido para que no se despierten. Lo primero que hago al llegar al primer piso es quitarme las pantuflas y caminar descalza, luego abro la encimera y saco un vasito de vidrio para llenarlo de agua.

Cuando ya lo tengo listo, siento una presencia detrás de mí, doy la vuelta y encuentro delante de mi a Daniel con los brazos cruzados. De casualidad se me cae el vaso y utilizo mis poderes para que no caiga al suelo, si eso pasa, me escucharán: pero me doy cuenta de que tengo compañía por lo que sólo agarro mis manos los vidrios rotos, haciéndome cortes por la mano.

—No tenías que atrapar un vaso en el aire, te ibas a cortar

—No me digas nada, Daniel —digo molesta. Si él no hubiera estado…

—Ven conmigo, te voy a curar la herida —dice agarrando mi muñeca hacia él.

Al llegar a su habitación, me sienta en su cama y saca un botiquín para limpiar mi sangre que brota gotas gigantes en mis manos. Se sienta a mi costado con un trapito de algodón que lo pone en mi herida, arde y duele mucho. Hago un quejido haciendo que con su otra mano me toque la mejilla para calmarme.

 —Esto sólo dolerá un poco, ten calma —dice acariciando mi mejilla con suavidad. Se siente tan tranquilizador que no me quejo, sólo observo como un mechón de cabello ondulado cae por su frente… tan lindo.

No, no debes tener esa curiosidad por él. Ya no.

Agarra un pañuelo de tela y lo pone por mi herida, haciendo presión, me amarra con una cinta blanca. Lista.

—Todo se cura, recuérdalo

Lo observo porque siento sus ojos en mí, veo como sus ojos brillan de a poco y sin darme cuenta, este se acerca un poco más mientras su mano que se encuentra en mi mejilla me acaricia en círculos.

—Harry es muy suertudo en tenerte, pero no todo es lo que aparenta ser

—No conoces a Harry, no puedes decir cosas sin pruebas —digo bajito. Me siento como si estuviera sólo él y yo en esa habitación que poco a poco, se cierra aún más.

—¿Quiero pruebas, K?

—Soy Kamila —digo quitando su mano de mi mejilla.

—Para mí, eres K y no me harás de cambiar de opción… K.

Daniel se levanta de la cama y yo hago lo mismo, pero un poco molesta. Nunca me ha gustado que alguien me llame K, las pocas veces que me molestaban con eso… Kami o Kamila es lo único que puedo aceptar, sino no me hablen.




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