Un juego mortal

CAPÍTULO 26

 

CAPÍTULO 26

 

Ya íbamos dos meses desde que me puse a entrenar y por fin, después de tanto, controlo mis poderes. Me siento orgullosa a dar mi siguiente paso, a verle la cara y decirle muchas cosas de frente.

Esta vez no seré la persona ingenua, enamorada y tonta que fue Kamila Brown. La que tuvo una aventura con el hermano de su esposo, cuya persona también estaba metido en el plan secreto que hasta el momento no tengo ni idea.

¿Por qué matarme? No querían mis tierras.

¿Por qué me mató? ¿Acaso nunca se enamoró de mí?

La hermana de Daniel me termina de peinar. Llevo una corona de trenzas de mi propio cabello alrededor de mi cabeza mientras lo demás lo tengo suelto en ondas; de ropa llevo una camisa blanca, unos pantalones negros ajustados y unas botas altas del mismo color.

—¿Estás segura de que no quieres ayuda? —dice Andrea preocupada.

—Estaré bien, no te preocupes —dije segura, —Tengo que hacerlo.

—Estoy segura de que mi hermano no te dejará ir sola, no después de que ese...

—No me matará. Y si lo hace, aunque las posibilidades son pocas, voy a revivir

—Confío en que lo harás bien —dice ella con una pequeña sonrisa mirando detrás de mí, doy la vuelta y Daniel se encuentra en el muro de la puerta, este me mira fijamente a los ojos.

Me acerco a él y lo beso en los labios. Desde aquel beso, fue como si el pequeño lazo que tenemos reviviera, por lo que los besos y los toqueteos siguieron. No estaba enamorada de él, al menos no como lo era en mis recuerdos, pero estaba segura de que pronto lo seré.

—¿Lista, traviesa? —dijo él mirándome a los ojos, coqueto.

—¿Cuándo será el día que me dejes de llamar Traviesa?

—Cuando te cases conmigo y te llame Mi esposa

—Estoy casada...

—Eso no cuenta, ese lazo nunca va a existir en tu piel —dijo tocando el lazo con Connor, —Cuando lo termines, estoy seguro de que ese lazo desaparecerá con el tiempo.

—Te quiero —digo con sinceridad.

—Yo te amo aún más

Me quedo mirándolo a los ojos. Daniel fue de ayuda, fue mi motor de seguir adelante con mi plan aún cuando no tenía idea de controlar perfectamente mis poderes. De pronto, sentimos una tosida detrás por lo que nos separamos y caminamos hacia la salida.

No te olvides que tenemos este medio de conversación

No lo olvido, tonto

¿Tonto?

Los tontos tienen el rostro como tú

Mmm... pues no me quejo, una vez te gusté y ahora te gusto un poco. Tu tipo son los tontos.

Pero-

Traviesa

Deja de llamarme Traviesa, no me gusta. Se ve raro frente a otras personas...

Entonces te lo diré en privado. Escucho su risa en mi mente, por lo que bajo la cabeza para ocultar mi enorme sonrisa. No olvides que cuando necesites ayuda, llámame. Estaré contigo, cariño.

¿Cariño?

Mi pequeña Traviesa. Tengo que irme, que tengas buen viaje, hermosa.

¿Hermosa?

No sentí su presencia en mi mente por lo que sentí que ya se había ido, agarré la mochila negra que tenía a mi costado y comencé a caminar donde me había encontrado Daniel hace ya varios meses atrás.

Desaparecí la mochila que tenía en la mano y cerré los ojos. Un poder en mi era transportarme a otro lugar, algo no común en mí peros supongo que después de mi muerte, se agrego a mis listas de cosas que sólo yo puedo hacer. Mi vista iba muy rápido por el agua, daba mareos, pero ignoré el dolor hasta llegar al otro continente.

Quiero estar allí.

Abrí los ojos y me sentí feliz de que mi poder me haga caso por una buena vez, puse visible la mochila y lo agarré. Había unos hombres vigilando la zona, tal vez desde que escape del lugar, han estado vigilando.

Alcé la mano y eché un ruido hacia otro lugar. Despistar, eso me ganaría tiempo. Los hombres lo escucharon como cualquier otro del continente, escuché decir a uno de ellos que la orden de Connor eran llevar a todos a un lugar oculto, después, todos los que estaban, se fueron yendo.

Esperé un rato más. No quería que fuera tan difícil matarlo, tenía que quedarme a solas con él. Encontrarlo, matarlo y nada más, algo fácil.

¿Estás bien? Dijo Daniel en mi mente.

Estoy despistando a los guardias...

Dime si necesitas ayuda, puedo llamarlos...

No, por favor, este es mi plan de venganza.

Tengo miedo de que te pase algo...¿si no te vuelvo a ver?

Eso será imposible. Tengo que irme.




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