CAPÍTULO 27
En mi mente se reproducía una canción lenta de desamor, tal vez estas eran las vibras que me daba este continente. Ya había pasado un buen tiempo desde que llegué a este continente, mi camiseta blanca larga se había vuelvo sucio de tanta tierra que había estado pisando, al igual que los zapatos.
Escuché un ruido cerca y me escondí detrás de un árbol. Era Karina. Hace tiempo no le había visto su cara, por lo que, ahora mirándola de lejos, pude ver lo cruel que es.
Que ingenua fui.
Karina estaba con una chica que le estaba cortando el cabello de mala forma, la chica lloraba y ella simplemente la golpeaba en el estómago. Me acerqué un poco y le amarré en una cuerda de energía, ella gritó, pero de inmediato la callé. Al verme, como si viera un fantasma, abrió los ojos.
Tal vez me veía por su conciencia.
—¿Quién eres? ¿cómo tienes poderes? ¡Eres la que están buscando! —dijo bajito, mi poder no la podía hablar tan alto.
O no.
—Karina, me das pena en esta situación. ¿David? —dije con una sonrisa en los labios.
—¿cómo conoces a mi novio? ¿Por qué sabes de mi novio?
—Me lo presentaste hace un buen tiempo... pero lamentablemente morirá —dije apretando la mano para que la cuerda de energía la ahorqué, —Pero seré buena, también te mataré a ti y estarán juntos en el infierno.
Karina sacó un aparato y presionó el único botón que había, maldije mentalmente y apreté más cuando algunos guardianes se acercaban, era ahora o nunca. Ella cayó después, ya muerta. Ya no había opción, por lo que cerré los ojos y fui hacia la entrada del Palacio.
Era ahora o nunca.
Daniel, borra la memoria de todos por favor
No lo escuché, no lo sentí. Por un momento mi cabeza comenzó a decirme que no tenía que confiar, que era malo y era de nuevo la ingenua y tonta... hasta que apareció detrás de mí, al parecer ya lo había hecho por su vestimenta.
—¿Qué haces aquí? —digo acercándome a él, pero soy detenida al ver que alza su brazo hacia mi dirección.
No te muevas, ese no soy yo. Es una ilusión.
¿Cómo?
Es mi poder, traviesa.
Pero si te siento...
Porque sólo tú me puedes ver. Debo irme, ten cuidado Ka.
Observo como el cuerpo se va desapareciendo de mi vista, volando entre pedacitos pequeños, resoplo y me doy la vuelta hacia la puerta. A lentos pasos me acerco hacia el lugar que hace unos meses atrás lo conocía.
Los momentos que llegué aquí para conocer al líder, cuando ya lo conocía.
El momento en que decidí jugar aquel juego,
Me sentía dolida por haberles creído, por haber confiado, por haber amado.
Me detuve un momento y me puse a recordar a mis padres, los buenos que siempre estaban para mí, el momento que descubrí mi poder y mi padre me enseñó. Aquellos días de práctica, de lucha, de afrontar el dolor... eso es lo que me convierte lo que soy ahora.
"Aunque te den varios golpes y ya no des para más, nunca lo muestres ante tu enemigo y saca fuerzas, incluso gritando si es posible"
De pronto escuché un grito de una mujer, supuse que algunos debían de estar allí, por lo que camino hacia aquel grito, observo todos los lugares mientras camino, pero todo esta oscuro como cuando estuve aquí.
Hasta que lo veo y mi corazón vuelve a latir con más fuerza.
Delante de mí está él.