Un juego perdido

Capítulo 7: Debes pagar

Alex
Observo mi reloj y monto en mi auto, pienso que aún faltan tres horas para conocer a nuestro nuevo socio, la verdad estoy algo nervioso y entusiasmado también. Todo este misterio hace que solo piense en eso, ayer ni siquiera quise ver a Alicia.

— Diga— respondo mi móvil cuando ya he llegado a la empresa

— ¿Es usted Alex Park?

—¿Quién pregunta?

— Su amigo, Mike Winter está en el hospital — escucho las palabras y mientras pregunto la dirección del hospital monto en mi auto y arranco enseguida.
Al llegar al hospital pregunto el número de la habitación y corro hasta esta y entro

— Mike hermano— me acerco a él, está sentado y tiene el rostro con moratones— ¿Qué pasó?

— Alessandro— dice el nombre y comprendo todo— por qué no me dijiste que aún le debes dinero Alex?

— Lo resolveré, ya vendimos las acciones y lo resolveré Mike

— Tienes 24 horas, eso te mandó a decir— paso las manos por mi rostro

— Le pagaré, ¿sí?

— Joder Alex, casi me matan y luego Irán a por ti

— Te recuerdo que fue tu idea pedirle dinero— lo señalo con el dedo, él ríe y se acerca a mí

— Y te recuerdo que luego ganamos dinero y me dijiste que le pagarías, ¿qué hiciste ese dinero Alex?

— Tuve que usarlo en algo más

— Eres fantástico — ríe y camina hacia la salida

— A donde vas? estás herido Mike

— Hoy conoceremos a ese socio, no me lo voy a perder—niego mientras camino a su lado

— ¿Y qué dirás? Qué te asaltaron? — asiente con la cabeza y sigue caminando, yo maldigo en voz alta y miro mi teléfono cuando recibo un mensaje, es Alessandro diciendo que tengo 24 horas para pagarle y esta vez quiere el doble, ¡maldición!

— Ya son las 10 y nada — comenta Mike desesperado en la sala de juntas, debe dolerle hasta la vida

— Si te sientes mal te puedes ir — me mira con mala cara

— No, no puedo perderme esto

— Ya veo que todos están aquí — veo a Leonardo entrar y nos mira a todos, Casandra, Mike, Jack y yo lo miramos sin entender nada

— ¿Y el socio?— pregunto al solo verlo a él luego de segundos de silencio

— Socia — escucho su voz y la recuerdo, luego miro su cara y veo como sonríe de la misma forma en que lo hacía, me he quedado de piedra sin poder apartar la mirada de ella y esta vez no es una visión

Me levanto de la silla tan rápido que esta cae al suelo, verla luego de tantos años me deja sin habla, diría que está más bonita, algo casi imposible, su rostro, su cuerpo, todo en ella emana perfección y algo mejor, en sus ojos no se ve esa inseguridad de antes, no son los mismos ojos inocentes que me miraban en el pasado

— Vi.. Vicky— tartamudeo como estúpido sin apartar mi mirada de la suya

— Señor Park— el abogado con el que hablábamos hace minutos se levanta y se acerca a ella— Vicky Roberts, la nueva accionista de la empresa

— ¿accionista? — mi desconcierto es enorme, es ella entonces? La socia misteriosa?

— Así es señor Park— habla Vicky, mi mirada cae en sus ojos verdes que brillan— tengo el 40 % de esta compañía en mis manos

— Eso no es posible, yo solo vendí el 10— me acerco un poco a ella, necesito tocarla

— Pero Jack me vendió el resto, alguien sobra en esta sala— el susodicho baja la mirada y sale de la sala, no entiendo nada y estoy hipnotizado con su voz y sus ojos— así que ahora tengo la misma

— cantidad de acciones que yo— termino la frase por ella que me mira como si no nos conociéramos, es Vicky, pero solo es su rostro y su cuerpo, está tan cambiada que parece otra con su actitud

— Salgan todos— son mis palabras — quiero hablar a solas con Vicky —agrego y todos obedecen, excepto el abogado de ella, al cual ella le murmura algo y luego de tocar su brazo este sale, ¿quién es para que la toque y por qué parecen tan cercanos?

— No tenemos aún nada de que hablar Alexander, solo vine hoy a presentarme

— No entiendo nada Vicky— me acerco más a ella— ¿qué haces aquí? ¿Por qué haces esto?

— Volví para destruirte — es su respuesta dejándome anonadado— te haré pagar todo lo que he pasado en estos cinco años por tu culpa Alex, todos pagarán y no me iré hasta que todos los que me hicieron sufrir terminen destruidos

— Es eso entonces? Vienes a destruirme?

— A terminar el trabajo diría yo, ya estás destruido Alex, yo solo te daré un empujón— su mirada es fría y desafiante, no la reconozco ahora

— Mamá— bajo la mirada al ver entrar a una pequeña rubia, es igual a ella— ¿ya nos vamos?

— Aylen te dije que esperaras fuera— masculla mirando a la niña que se encoge de hombros y luego me mira

— Así que tienes una hija— la miro— era cierto, rehiciste tu vida— ríe sin la más mínima alegría — ¿qué edad tiene?

— Tiene tres años— es su respuesta algo tensa, sonrío, nuestra hija tendría cuatro años, pero estoy seguro de que sería igual a esta pequeña de ojos grandes y bellos

— Vicky debemos hablar sobre

— Solo trabajo Alex, eso nos une, nos vemos mañana socio y cuídate, no olvides la razón por la que estoy aquí — comenta y toma a la niña de la mano, las veo salir y por primera vez siento algo llamado arrepentimiento, quiero y necesito su perdón y lo voy a obtener, ¿ella juega a vengarse? Pues yo jugaré a conquistarla otra vez y ya veremos quien gana este juego.

Me dejo caer en mi silla con una sonrisa estúpida en mi rostro, ella está aquí, volvió, llevo las manos a mi rostro y siento lágrimas en mis ojos

— Sabías que estaba aquí? — miro a Casandra cuando entra

— No, claro que no

— Diablos! No puede ser posible— la veo maldecir— y ahora trabajará aquí, dime que es una broma Alex, dime que vas a romper ese contrato— agarra mi camisa cuando me pongo de pie

— Jamás haría eso Casandra, la vida me está regalando otra oportunidad

— No seas imbécil! — me grita histérica — ella tiene una hija de otro hombre, ama a otro y quizás hasta siga casada




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