Un kilo de amor ¡por favor!

Capítulo 5

 

Lorenzo

 

—¿Es en serio lo que me cuentas? —me pregunta Arnaldo al escuchar mí relato, sobre cómo fue vestida la babysitter de mis hijos.

—Tal cual lo escuchaste, esa mujer está loca, no sé porque no puede vestirse normal, parece sacada de una revista de temporada de verano —exprese al recordarla.

—No hablaba de los colores, sino de tu comportamiento Lorenzo, ella va a hacer lo que le venga en gana si no le aplicas un correctivo...

—¿Tú me estás diciendo que fui blando con ella?

—¡Más que eso! Te dejaste manipular con su cara de dulce de leche.

—Nunca nadie me doblegó, ella no va a ser la excepción, además que lo de hoy no termino aquí —Arnaldo me mira y sonríe.

—¿Qué vas a hacerle a la loca de los colores?

—Hacerle ¡Nada! Solo que quien ríe último ¡Ríe mejor!

—Solo espero no te dejes ganar por ella.

—Hoy tú vas a acompañarme a la casa de modas y a la agencia Nannys.

—¿Qué vas a hacer? —consulto curioso.

—Ya lo sabrás, solo ten paciencia...

—Siendo así, me retiro a hacer mí trabajo, te veo en el almuerzo —Arnaldo me dio la mano y se fue, al quedarme solo vino a mí mente, lo sucedido está mañana en mí casa, cuando Juliana hizo aquella pregunta tan peculiar.

 

Inicio Flashback

—¡Yo si se! Mi papi es lindo ¿Quieres ser mi mami? ¿Tú que dices papi? —escuche al llegar a su habitación, había pasado a dejarle un beso antes de ir al trabajo, Juliana me había visto, pero la niñera no, por eso se sorprendió cuando me vio en la puerta.

—No creo que ella quiera, seguramente tiene sus propios hijos —no quería darle falsas esperanzas a Juli.

—¿Tú tienes hijos? —le consultó Juli y esperé ansioso su respuesta.

—¡No cariño! Pero claro que me gustaría tener a una princesa igualita a ti —le respondió con una sonrisa.

—Puedo ser yo, si tú aceptas ser mi mami —exclamo con entusiasmo Juliana, pero tuve que cortar esta fantasía que se estaba creando.

—Juli, cariño, mejor deja de preguntar tanto a la niñera eso, además esta Charlotte, ¿La recuerdas? —la niñera se levantó de la cama y se paró a un lado y no se fue, quería correrla, pero no podía hacerlo delante de mi hija.

—¡Ella no me quiere papi! Y tiene cara de bruja mala —la niñera se rio por lo bajo y la miré con desprecio.

—Disculpe señor Heraldrys, voy a preparar el desayuno de los niños—se excusó para retirarse y no le respondí, me miro un instante esperando mi respuesta y se fue.

—¿Por qué no quieres a Connie? Ella es muy linda y será una buena mami, lo siento aquí —señalo mi pecho y me enterneció lo que dijo.

—Juli, papá no busca novia, estamos bien así los tres solos —traté de no ser duro con mi respuesta, sabía que ella y Ciro sufrían la ausencia por la perdida tan temprana de su madre.

—Bueno, pero no quiero que la despidas como a las otras, esta si me gusta ¡Hoy hicimos muffins! ¿Quédate a probarlos? ¡Los hice yo! —dijo con entusiasmo y no podía no hacer lo que ella me pedía.

—¡Está bien! Vamos a ver como salieron —ella pegó un grito de felicidad y se colgó de mi cuello, luego me dejo un largo beso en la mejilla.

—Primero despertemos a Ciro así nos ayuda a decorarlos —manifestó.

—Vamos entonces —la levante en mis brazos e hicimos lo que ella quería.

Fin flashback

 

Almorcé junto con Arnaldo en un restaurante italiano, me gustaba mucho la pasta, era mi lugar favorito. Por lo general almorzaba en casa junto con mis hijos, pero hoy tenía pendiente el nuevo uniforme de la niñera y la charla con la agencia. Antes de salir llame a casa para pedir que la babysitter se quede unas horas más.

—¿Aquí es? —pregunta Arnaldo al llegar al local de modas.

—¡Sí, vamos! —ingresamos y fuimos al área de uniformes.

—Buenas tardes, caballeros, ¿En qué puedo ayudarles? —nos recibe una de las empleadas.

—Buenas tardes, soy Lorenzo Heraldrys, aquí mando a mis empleados a buscar sus uniformes —la mujer abrió grandes sus ojos al verme y al parecer se asustó cuando me escucho.

—¿Hay alguna queja, señor? Disculpe que lo interrumpa —dice rápidamente —¿Puedo llamarle al encargado? O entregarle el libro de faltas.

—No se preocupe, no es nada de eso, solo quería un uniforme, igual al que le entrego ayer a mi empleada —ella me escucho atenta, pero al parecer mi pedido le pareció extraño.

—Eh si, enseguida vuelvo señor —la muchacha paso unas cortinas y me voltee a mirar el local. Lugar que jamás había pisado.

—¿Qué pretendes hacer? No entiendo nada… —me consulto Arnaldo.

—¡Ya lo sabrás! —le respondí y el asintió, la muchacha no tardo en regresar y me entrego el uniforme, mismo modelo que la nueva niñera uso hoy.

—Aquí tiene señor, la señorita pidió el uniforme de la casa Herladrys, pero decidió llevar este en lugar del gris — miré a Arnaldo y el a mí.

—Muy bien ¿Puedo abrir la bolsa? Quiero ver el modelo.

—Si señor —ella sacó el uniforme y lo extendió sobre el mostrador de madera.

—Vaya es muy rosa —exclamo entre risas Arnaldo.

—Si, este uniforme es de una guardería maternal, su empleada quiso este porque quedaba bien el color de acuerdo con su trabajo y dijo que usted sabía de los cambios, por eso cargamos la boleta en su cuenta —nos informó la mujer.

—¿Tienen más de estos? —ella relajó su rostro y asintió, al parecer creía que iba a hacer un escándalo, pero era todo lo contrario, porque quien tendrá problemas será la niñera —¡Pero en otro color!

—Si, señor, tenemos todos los colores, ¿Cuál quiere usted? —pensé muy bien que diría y di con el indicado.

—¡Marrón! —Arnaldo me miro sin entender que hacía, pero todo tenía su explicación —Y quiero cinco del mismo talle que ella llevó ayer.

—Enseguida se los traigo ¿Va a querer algo más?



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En el texto hay: comedia, amor, babysitter

Editado: 29.05.2022

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