Un latido más.

Narrado por Camil

Ha pasado un año y cinco meses desde aquella tarde en que llegamos por primera vez a esta casa. Desde que Enrico me dio la sorpresa más hermosa y me mostró que, aunque todo parezca perdido, todavía se puede empezar de nuevo.

Hoy, el sol cae lento sobre nuestro hogar. La sala está llena de luz suave, el sonido de una película animada se escucha de fondo, y Sol, con su pijamita de ositos, se acurruca entre nosotros como si fuera parte de nuestra piel.

Tiene un año y cinco meses… y aunque sigue siendo pequeñita, ocupa todo el espacio del mundo en nuestros corazones.

Está quedándose dormida, luchando contra el sueño mientras juega con mis dedos. Enrico la sostiene con tanto amor que a veces me dan ganas de llorar de lo afortunada que soy. Él, que alguna vez creyó no merecer una familia, se convirtió en el hombre que sostiene la mía.

Y yo…

Yo tengo algo que decirle.

Lo miro. Siento cómo se me acelera el corazón. Y sé que es el momento.

—Voy a necesitar que hagas espacio en ese pecho para alguien más…

Él frunce el ceño, confundido al principio. Pero cuando llevo su mano a mi vientre, lo entiende.

—Estoy embarazada, Enrico.

Por un segundo, no dice nada. Solo me mira. Y en su mirada caben todos los milagros.

Luego, sus ojos se llenan de lágrimas. Me abraza. Nos abraza. Y ahí estamos, los tres, fundidos en ese instante que guardaré en mi alma para siempre.

—No sé cómo explicarlo —me dice—. Pensé que ya no podía sentir más. Pero contigo… la vida siempre me da algo nuevo. Algo hermoso.

Y yo le sonrío.

—A veces —le digo—, la vida te golpea tan fuerte que crees que ya no te queda nada… que ya diste todo. Pero solo es un paso más. Porque incluso cuando tu corazón parece tener un latido pausado… todavía está ahí. Latiendo. Esperando que sigas luchando.

Y yo seguí.

Y él también.

Y ahora…

Ahora no solo tenemos una vida que construimos desde cero. Tenemos un hogar. Tenemos amor. Tenemos a Sol. Y pronto… tendremos otro latido acompañándonos.

Porque a veces, lo que parece un final…
Solo es el primer latido de algo hermoso por venir.