Un libro escrito con el corazón.

12

Nicolás no pudo ponerse en contacto con Benjamín esa tarde incluso cuando trato de hablarle desde el celular de Bianca. Claramente los estaba evitando y debía sospechar que estaban juntos o al menos esa fue la conclusión que pensó el joven escritor.

—Ese celular es solo temporal, ya estoy revisando opciones para poder jugar mi juego con gráficos altos— Bianca lo decía porque Nicolás le miro extrañado al notar que ese celular tenía botones.

—Supongo que tendré que ir mañana a la editorial— Nicolás dejo caer sus hombros, haciendo una mueca mientras le devolvía el celular a Bianca, sentándose para terminar de comer aunque esos últimos bocados no le supieron a nada. La disculpa que tendría que dar sería enorme.

—Pensé que la editorial te habría avisado.

—Eso estoy verificando— Nicolás estaba revisando sus correos desde su celular. No es que no los leyera con regularidad pero con lo último que había pasado, prefirió no abrir ninguno— Ah, pues sí, me avisaron…

­—Entonces mañana ¿Dónde nos vemos?— Bianca aplaudió para llamar su atención.

— ¿Para qué?— Nicolás le miro con una ceja levantada.

—Para ir, claro. Yo también estoy preocupada— Bianca le sonrió como si nada.

Nicolás se preguntó si eran tan cercanos… Termino preguntándose si él y Benjamín eran tan cercanos.

Nicolás le miro con una expresión de poker pero termino soltando un suspiro y dejando caer sus hombros de nueva cuenta— Supongo que nos veremos en el metro más cercano a la editorial ¿Sabes dónde está?

—Sí, ahí fui donde presente la obra…

—Ah cierto, que la escribiste en máquina de escribir…— Fue hasta el escritorio para tomar el manuscrito y entonces comenzar a leerlo. Se lo prometió, además, sospechaba que sería algo que también le pediría Benjamín.

Aquella tarde se la paso revisando el libro, haciendo notas en una hoja aparte, aunque la propia Bianca insistía que en las hojas estaba bien. Las que terminaba de leer eran tomadas por la chica para comenzar la copia digital, haciendo las ediciones pertinentes, aun así, era un proceso largo y tedioso pues a veces no era solo una hoja, a veces eran varias a la vez.

—Ya es hora de que te vayas…— Nicolás término la última hoja y se estiro en su lugar.

—Pero si es temprano— Bianca levanto la vista de la laptop de Nicolás.

—Sí pero anochecerá y será peligroso para ti— Nicolás se comenzó a sobar los ojos para ayudarlos a reposar.

Bianca levanto la vista hacia la ventana y asintió— Cierto ¡Muchas gracias! Entonces…

La puerta sonó.

Nicolás fue a abrir la puerta solo para encontrarse con Rita, ahí de pie con los brazos cruzados y moviendo rítmicamente la punta de su pie— Hola ¿Cómo estás? ¿Qué haces aquí tan noche?

—Tu mejor que nadie debería saberlo— Rita le lanzo una mirada furiosa.

Nicolás levanto las manos en señal de rendición— Escucha, tranquila ¿Si? Lo que paso fue algo que no pude controlar ni hablar con nadie, incluso ahora como tal no lo hablo ¿Entiendes? Así que…

Rita piso el suelo con fuerza.

—Vale, lo entiendo ¿Quieres que te invite algo de cenar?

Bianca soltó un grito desde donde estaba, apuntando a Rita con una mueca brillante, sorprendiendo a ambos chicos que seguían en la puerta.

— ¡Es Rita Vita! ¡¿Verdad?! ¡No puedo equivocarme!— Bianca pareció transportarse frente a ella para estrechar su mano— ¡Me encanta Amor de Verano! ¡Su narración es tan melosa y me encanta!

— ¿Eh? Ah, gracias…— Rita se sonrojo un poco pero acepto estrechar su mano— ¿Y tú eres…?

—Mi nombre es Bianca Mora— Sus ojos seguían brillando.

—Es la protegida de la que te hable— Nicolás se encogió de hombros.

—Ah— Rita pareció entenderlo.

— ¿Ustedes son amigos? ¡Increíble!— Bianca parecía una fan enloquecida en ese momento— Supongo que el mundo de los escritores es bastante pequeño ¿No? ¡Por dios, que genial!

—Como vez, deberíamos hablar después— Nicolás se rasco la nuca.

—Invítame a cenar— Rita se mantuvo impasible— Las hamburguesas de…

— ¡Yo también quiero!

—A ti no te voy a invitar…

— ¡Oye! ¡¿Por qué no?! ¡Soy tu protegida!

—Sabía que no debía decirlo en voz alta, además, ya te tienes que ir, se te hará noche y…

—No te preocupes, yo te llevo si se hace muy noche— Ofreció Rita con una sonrisa.

— ¡Genial!

Nicolás no supo que más replicar por lo que termino comprándoles hamburguesas a las dos, lo que no ayudaban a sus finanzas aunque de alguna forma agradeció que el estar deprimido le impidió comprar cosas caras. Quizá por eso estaba comiendo tanto en este momento.

—Son hamburguesas increíbles— Aseguro Bianca con la boca manchada de cátsup.

—Lo sé ¿Verdad?— Rita no pudo evitar mostrarse de acuerdo y entonces miro a Nicolás— ¿Sabes que es horrible? Que parece que me tengo que presentar cada que algo malo pasa y eso es frustrante…



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En el texto hay: celos, drama, drama -romance

Editado: 18.04.2025

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