Un libro escrito con el corazón.

17

Nicolás se encontraba luchando contra una mancha de café que estaba sobre la barra, tallando con bastante fuerza mientras hacia una mueca de desagrado ¿Cómo diablos termino tan pegada? No pudo evitar levantar la vista hacia la culpable quien movía la cabeza al ritmo de la canción hasta que lo miro.

Coleta le sonrió de forma inocente desde donde estaba acomodando los libros en su lugar.

Sin más opción, continuo tallando, entonces la campana sonó, anunciando la llegada de un cliente, lo que le hizo levantar la cabeza, notando que de hecho, era alguien que no quería ver porque ya la veía mucho tiempo y casi diario.

Hizo una mueca casi imperceptible o eso esperaba.

— ¿Podrías no ser tan obvio?— Pregunto Bianca poniendo los brazos en jarra, mientras hacía un puchero. Venia acompañada de dos personas, una chica y un chico quienes miraron la escena con una ceja levantada.

Nicolás dejo el trapo a un lado y se acercó a ellos, sosteniendo su libreta— Una disculpa ¿Qué se les ofrece el día de hoy?

Para el chico era un trabajo fácil hasta que su jefa le miraba con esa sonrisa desde detrás de los libreros.

— ¿Lo conoces?— Preguntó el chico hacia Bianca de forma nada discreta.

Era un chico delgado, de ojos oscuros y cabello largo castaño que lleva atado con una coleta, de labios delgados, pestañas largas. Era bastante alto, quizá de más de uno setenta y aparentaba unos veinte años, casi como Bianca.

—Sí, es mi maestro— Bianca respondió como si nada y luego miro a Nicolás— No pensé que trabajaras aquí, digo, la realidad es que no vengo mucho pero lo he visitado un par de veces, creo y no te había visto.

Nicolás nunca la había visto y eso que ya lleva casi tres años trabajando ahí ¿O quizá más?

El joven mesero esbozo una sonrisa y dio un toque con su dedo en el menú, los cuales casi siempre estaban acomodados en las mesas antes de que los clientes llegaran— Ya vez, como sea ¿Qué se les ofrece? Aunque también podría esperar…

El chico se giró para irse.

—Espera, entonces ¡¿Tu eres Nicolarte?!— Preguntó la otra chica, señalándolo con una mueca incrédula lo que por poco hace que Nicolás haga mala cara pero la chica al instante negó con la cabeza— ¡No es lo que quería decir!

La chica media, quizá un metro cincuenta de estatura, de tez clara, ojos castaños aunque no tan claros, de cabellos lacios castaños largos con un mechón rojo pintado, de nariz respingada y labios delgados. Era delgada y con grandes atributos. Ella usa unos lentes de pasta amarilla. Se veía joven, al menos más que los otros dos.

Nicolás reconoció que se parecía a Bianca.

­ —No te preocupes— Nicolás le sonrió de lado— Entonces ¿Qué desean pedir?

—Déjalo, es un poco raro pero es agradable— Le dijo Bianca sonriendo un poco hacia Nicolás y luego señalo al chico— Este es Thiago, mi mejor amigo y esta es mi hermana menor, Evelyn.

Nicolás acertó respecto al parecido.

Por otro lado, no quería decir que no le interesaban sus amigos pero no supo cómo decirlo por lo que insistió con lo que gustaran del menú, tocándolo de nuevo con la yema de sus dedos en un pequeño ritmo.

—Ya, ya, tranquilo— Bianca comenzó a revisar el menú junto con los chicos.

—Todo parece demasiado elegante— Thiago hizo una mueca mientras rascaba su barbilla— ¿No tienes algo así como hamburguesas o refrescos? La verdad es que un café y eso por la tarde no es para nada bueno para mí.

—Claro, del otro lado tenemos un montón de platos para degustar que son más llenadores que pan y leche y también contamos con bebidas con gas y bebidas del día, por si gusta algo natural…

—Chévere.

Nicolás se sorprendió de escuchar esa expresión después de mucho tiempo.

—Yo quiero un café moka y una dona de chocolate, ah y una de cajeta— Le dijo Bianca a lo que Nicolás lo anoto, entonces miro a los otros, notando que de hecho Evelyn no había apartado la vista de él.

Ambos intercambiaron miradas, Evelyn se sonrojo y volvió la vista al menú, muy interesada en este.

—Me traes una hamburguesa con piña y un refresco rojo.

— ¿De tutifruti?

—Eso dije, del rojo— Thiago se rio un poco por eso.

Nicolás no pudo evitar sonreír y anotar, entonces miro a la menor.

La menor tomo aire— Quiero un frappe de chocolate y dos galletas de chispas de chocolate, por favor.

Le dijo con un tono de voz súper tranquila.

—Bien, en un segundo les traigo su pedido— Les dijo Nicolás mientras anotaba eso ultimo y regresaba a la barra para notar que la mancha seguía ahí, entonces miro a su jefa quien pasaba la vista entre los chicos de la mesa y él, avanzando lentamente hasta la barra, todo para recargarse ahí de forma para nada natural.

— ¿Los conoces?

—No, solo a la chica del medio…— Nicolás dejo caer sus hombros y se concentró en cocinar mientras su jefa le miraba con interés— No es nada de lo que crees, es la chica que tengo bajo mi mando, en la editorial y tiene novio, y no me interesa, pero supongo que ya nos llevamos bien.



#6466 en Novela romántica
#676 en Joven Adulto

En el texto hay: celos, drama, drama -romance

Editado: 18.04.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.