Un libro para mí

Prólogo

La vida es una horda de acontecimientos, parece que te pasa tanto y a la vez sientes que no te pasa nada y te estás quedando atrás, tan atrás de todos que ya no eres perceptible para nadie, ni para ti mismo, te hundes a día en tu mente y tus pensamientos, siempre un poco más, justo como lo hago ahora.

 

A menudo le pongo atención a las personas, lo que hacen y lo que no hacen, lo que dicen y lo que no, o por otro lado lo que intentan decir, y esto con el propósito de salir de mi propia historia.

Observar al resto hace que te desencapsules de aquel sitio en el que llegas en tu mente, puede ser incluso entretenido, puedes ser testigo de grandes acciones y otras desagradables que enervan la sangre.

No creo ser la única persona que muchas veces se siente sin orientación, que no sabe si tiene que continuar, si debe cambiar de plan o debe cambiar de meta. Que siente esa necesidad de gritar a los 4 vientos aunque no sabe porqué solo quiere tener ese sentimiento liberador, como si eso le fuese a dar seguridad, como si eso pusiera todo en calma, como si eso le ayudara a sentirse una persona decidida que tiene una meta clara, que no tiene miedo, que no le abruma a cada segundo como puedan salir las cosas, pero aunque dicen que todo eso en normal, la realidad es que no quiero sentir esa ansiedad, ya que el valor no es la ausencia del miedo.

Me siento abrumada por más que quiero sentirme fuerte y valiente, me siento tonta y perdida.

….

No se que tan normal sea sentirse perdido a los 18, cuando se supone estas en el punto donde inicia tu vida, tus proyectos de vida, donde tienes metas que quieres alcanzar y sueños que quieres cumplir, el mundo es una maravilla y lo quieres explorar. Todo eso suena tan esperanzador, tan vivo que te llena de energía, pero cuando las cosas no salen como esperas inevitablemente caes al suelo y no precisamente por no haber tenido una meta, pero no todo sale siempre como quisiera.

Es deprimente, el pecho duele, un día estas bien pero otro no, te sientes sin ganas, sin propósito porque parece que lo que llevas haciendo no ha rendido frutos o quizá no ha sido suficiente y eso te hace sentir vacío, sobretodo cuando pierdes esa seguridad y certeza que creías tener.

Un día estas haciendo la inscripción a los exámenes de la universidad y a otro estas trabajando, no es un mal trabajo, realmente no esperabas estar haciendo eso, pero te genera ingresos y te mantiene ocupada para no sentir que te has estancado porqué sabes que preferirías estar haciendo otras cosas y después de todo necesitas el trabajo, necesitas eso, aunque no siempre lo aceptes.

Mi nombre es un misterio y mi futuro parece incierto.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.