Un lobo alfa con olor de omega

CAPÍTULO DOS: EL SELLO DEL LOTO

…………………………………….18 años atrás……………………………………

Narra Renata Taunen

_Tu puedes Renata_ me decía Paul, _tu puedes ya lo logras ya lo veo, un poco más y lo vamos a escuchar llorar, falta poco para conocerlo sé que puedes, hazlo por nosotros, por nuestra pequeña familia_.

Siento mi cuerpo irse poco a poco, quiero conocerlo, quiero verlo, lloro de impotencia, no los pude proteger, ni a mi compañero, ni a mi hijo, mi cuerpo va perdiendo su fuerza, sé que me queda poco tiempo y no lo puedo desperdiciar, respiro fuerte, cuando lo escucho, un fuerte llanto mi niño, _quiero verlo_, le digo por conexión a Paul.

Le observo, a la persona más maravillosa que el destino puso en mi camino.

Él me acerca a nuestro hijo, envuelto en una de las mantas que compramos para, cuando Luca naciera, yo le sonrió y dejo fluir los últimos retazos de mi magia para completar, la primera parte del hechizo de transición, a mi lindo bebe.

Le transferí parte de mis poderes, él va poder controlar los cuatro elementos, que yo controlaba, por eso el sello de loto, tiene los cuatro colores simbolizando cada poder que le traspaso con mi hechizo, el rojo, del fuego, el celeste del agua, el blanco del aire y el marrón que puede manejar el suelo.

Beso la frente de mi hijo, murmurando un hechizo más de protección y camuflaje, transmitiendo el amor, pidiéndole perdón y comprensión, por no poder estar allí, cuando crezca, en su vida, ni en su futuro, el ríe, y sostiene mi cabello.

Lo observo, y veo el sello del loto en su brazo, y sosteniendo mi vida lo más que puedo, _ amor ven_ le digo por la conexión a Paul, el asiente_ no lo hagas vas a morir, no me dejes, _ me dice.

_Perdóname amor pero con la maldición, el dragón está completándose, quitándome mis poderes y mi vida, por eso fui haciendo el hechizo transfiriendo el poder a nuestro hijo, y parte a ti también_ le digo.

_Mis días estaban contados, _ mis lágrimas me ganan nuevamente, es la única manera de dejarme ir en paz sabiendo que están protegidos, con mis últimos momentos de vida hago la última parte del hechizo de transición a mí amado compañero.

Transfiriendo el poder de sanación, y el poder del trueno, una hoja y un rayo se forman en su frente, yo sonrío, _sabes que te amo junto a nuestro hijo más que a mi vida propia, volveré, no te preocupes, y en nuestra otra vida si disfrutaremos, hasta morirnos de viejitos como tanto soñamos en esta_.

Con mi último suspiro, murmuro mi último hechizo, volviendo mi cuerpo ceniza, para que no pueda ser utilizado, en algún hechizo o trampa de los brujos oscuros, esparciéndose con el viento, creando vida, en medio del bosque de sangre, creando un pequeño bosque de cerezos, para que les refugie por la noche.

Narra Paul Runet.

_Mi compañera, _ mi lobo chilla desconsoladamente, su perdida.

Donde estaba su cuerpo, creció un árbol de cerezo, más grande que el resto que creció alrededor donde sus cenizas cayeron, hasta hacerse grande haciendo un refugio para ambos.

_Hasta el último momento piensa en nosotros, _ se lamenta mi lobo, me transformo cuando escucho el llanto fuerte de mi bebe, dándole cobijo, para que no pase frío, él sonríe y suspira, durmiéndose enseguida.

Despierto cuando una pequeña mano, me tira de la oreja, y sonríe fuerte cuando mi lengua pasa por toda su carita.

_Pronto debemos irnos_ habla mi lobo, _los que nos venían siguiendo están a diez minutos_.

Me transformo, de nuevo, cuando veo al pie del cerezo una canasta, y a un lado veo un bolsón, quiero llorar, nuevamente pero no puedo, las circunstancian ameritan, que no me derrumbe aun.

Llevo a Luca hacia la canasta, y muevo el bolsón a mi hombro transformándome, cojo la canasta en mi hocico, y corro en dirección a mis padres, esta como a tres horas de aquí, _Dest_, le hablo a mi lobo, _debemos llegar a la manada “Runet”, mis padres protegerán a nuestro hijo, ellos lo van a ayudar_.

Corrimos lo más rápido posible de vez en cuando en círculos, cuando creo que los perdí, siento un zumbido en el aire, me muevo en el último segundo, cuando veo una flecha pasar rosándome el costado, gruño de dolor cuando siento los efectos del veneno, corro más rápido.

Ya no está muy lejos, olfateo, y veo que mis padres no están en casa.




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