Un lobo en el bosque

19

Había pasado pocos minutos desde que Neithan y yo estábamos en la misma posición, el silencio que rodeaba aquel lugar era agradable para ambos.

Aún tenía muchos pensamientos rodeando mi ser, debía de buscar soluciones para aquel pequeño porque se supone que es una nueva responsabilidad diferente en mi vida.

Es una persona, una vida y ahora está en mi manos lo que será de él.

No conocía mucho de Neithan; como era su estilo de vida, como era su relación con su familia, cuántos años tiene, qué pasó aquella noche antes de que llegara a ese lugar. Tengo tantas preguntas en mente pero, ¿será el momento correcto?

¿Acaso existirá un momento preciso para hacer las cosas?

Suspiré al resignarme a mi lucha interior, Neithan debe estar pasando por momentos difíciles y quizás no tenga la suficiente madurez para asumir lo sucedido y no debo presionarlo pero podría comenzar poco a poco.

—¿Te encuentras bien?

Mi lucha interna fue interrumpida por aquella voz, Neithan no se movió de su lugar pero pude darme cuenta del cambio en su voz a causa de mí.

—¿Por qué estaría mal? —Evadí aquella pregunta.

Fingí un tono desentendido y traté de calmar mi respiración, haciendo que esta se sintiera más natural y menos afligida. ¿Era posible hacer eso?

No escuché una respuesta por parte de Neithan, desvié mi vista del techo para mirar sus cabellos y tratar de visualizar alguna reacción de su parte pero logré ver sus pestañas negras y sus párpados descansado. Decidí alejar mi brazo de su pecho para volver a recorrer con las yemas de mis dedos su sedosa melena. Podía describir aquella imagen de Neithan con los ojos cerrados como hermoso.

—La respiración de tu cuerpo ha bajado y acabas de soltar un largo suspiro —murmuró como si fuera algo obvio lo que pronunciaba sus labios y como si mis sentimientos fueran transparentes para él.

Fruncí el ceño sin poder evitarlo, creo que ni ya sabía como respirar de manera calmada o ¿Alegre? Empecé a recorrer de manera lenta cada mechón de su cráneo en movimientos rectos y circulares mientras calmaba mi propio ser.

—Solo pensaba —aclaré serena sin tomarle importancia.

Copié la acción de Neithan y cerré los ojos por breves momentos.

¿Acaso ellos eran capaces de sentir nuestras emociones?

¿Habían cosas que ellos podía hacer que nosotros no?

Neithan. ¿Puedes leer los pensamientos? Porque si fuera así me avergonzaría de los míos.

—¿En qué? —preguntó de manera curiosa.

De ti pero no lo diría en voz alta, así que si puedes leer mentes responde a esto con una pregunta.

Esperé cerrando con algo de fuerzas mis ojos, quizás un pequeño sonido, algo, pero nada. Liberé la presión de mis párpados y rompí con el pequeño silencio que comencé.

—En soluciones.

Fue lo primero que vino a mi mente como una respuesta precavida y adecuada para ese momento.

—¿Y cómo te va en eso? —lo escuché decir de manera afligida

Le respondí con un "Bien" para luego no escuchar más palabras de su parte y aquella habitación se hundió en un pequeño silencio. Agradezco que Neithan no siguiera preguntando acerca de mis pensamientos porque para mí eran confusos de explicar y de alguna manera no quería preocuparlo.

—¿Cómo te sientes? —el silencio fue interrumpido por aquella voz y luego sentí la ausencia del peso de Neithan.

—¿A qué te refieres? —también tomé asiento confundida por su actitud.

Observé su mirada intensa hacia mí en busca de alguna explicación más detallada, también pose mis ojos a su cabello el cual estaba despeinado por mi causa. Al decir aquellas palabras algo cambió en la mirada de Neithan, primero había desviado su vista al piso para luego fijarla otra vez en mis ojos.

—Ya sabes, la muerte de tu madre —aclaró.

Oh. Bien, ¿cómo responder ante eso? Por un momento desvié mis ojos hacia un punto fijo de la habitación, tenía la mente en blanco en ese momento pero, traté de responder sus palabras.

—Fue muy dolorosa su partida pero, desde que estoy aquí mi mente se preocupa por otras cosas y no me ha dejado espacio para seguir hundiendome en la tristeza —expliqué soltando un suspiro.

Noté la mirada curiosa de Neithan por mis palabras y presentía que tenía deseos de seguir preguntando, de alguna manera me impresionó que fuera él quien sacara este tipo de tema.

—¿Por qué te preocupas? —preguntó ladeando la cabeza.

Solté una pequeña risita pero sin gracia y sin ningún tipo de vida, como si fuera de lo más obvio la respuesta.

—Por ti, tienes el protagonismo de la mayoría de mis pensamientos —respondí de manera sincera.

Neithan alzó levemente las cejas sorprendido por aquellas palabras, no podía sentirme tan avergonzada como en aquel momento donde confesé mi pesar, aunque, al mismo tiempo me sentía patética al sentir eso.

—¿Eso es bueno? —preguntó con un nuevo brillo en sus ojos, no comprendía la mirada que me estaba dedicando en ese momento pero de alguna manera me incomodaba.

—No lo sé, Neithan.

Por fin solté eso con un pequeño suspiro pero la respuesta de él no duró en llegar.

—¡En realidad creo que es genial!Mamá me decía que no me transformara en frente de nadie, al menos que fuera de confianza y tengo que confesar que me siento muy cómodo contigo —dijiste de manera ansiosa, por un momento aguanté la respiración por aquellas palabras y seguiste—; Níveo y yo pensamos que eres aquella persona que envió nuestra madre para protegernos. Quizás, como una segunda madre.

Quedé perpleja ante aquella suposición, se veía tan animado. Al decir aquellas palabras lanzó sus brazos hacia mí para darme un gran abrazo mientras me quedé tiesa por unos segundos para luego corresponderle

—Claro, como una segunda madre —susurré sin saber lo que sentía en aquellos momentos.
 

¿Por qué siento esta presión en mi corazón?
 

 




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