Un lobo en el bosque

32


Mis piernas estaban posadas en el suelo de mi habitación, incliné mi espalda para ver por debajo de la cama, esperando conseguir algo de utilidad.

—Jenny, ¿qué buscas? —escuché la voz de Neithan pero no le presté demasiada atención.

—Pensé que dormías.

Tenía una linterna en mi mano mientras buscaba pero no encontré nada. No creí que se pudiera despertar tan rápido, luego recordé que tiene un buen oído.

—Tampoco te mueves en silencio —replicó, molesto.

Solté un suspiro, después de la charla que tuve con Adelén y después que me contara toda la verdad acerca de mi madre no pude dormir tranquila, por tal razón decidí investigar en su habitación. ¿Por qué nunca me habló acerca de mi padre? ¿Quién podría ser?

Salí de la cama y observé su rostro, Neithan estaba sentado mirándome. Hace días me sentía confundida con mis sentimientos hacia él pero, ahora me doy cuenta que son puras tontería, solo siento aprecio. No es algo que deba confundirse, en estos momentos no tenía tiempo de distraerme con sentimientos como esos.

—Lo siento, vuelve a dormir.

Por fin me levanté y tomé asiento en la cama, casi ni sentía mis piernas.

—Ya no tengo sueño, puedo ayudarte a buscar.

Lo pensé por breves segundos y me dije, ¿qué pierdo con eso? Dos cabezas piensan mejor que una, debo decir.

—Está bien.

Pude observar una sonrisa de Neithan y vi como sacó la manta de su cuerpo para levantarse.

—Primero, necesito alguna prenda de tu madre.

Oh, claro, su olfato.

Me acordé del gorro que había traído en la maleta y con prisa lo saqué, como dije anteriormente, casi no había empacado ninguna de mis cosas, solo agarraba lo necesario de ahí y lo acomodaba.

Se lo entregué, agarró el tejido para empezar a olfatearlo.

—hmm, listo —lo dejó en la cama y dejé que hiciese su trabajo.

Empezó por la mesita de noche y se consiguió con ciertas cosas sin importancia, como unos guantes, algunas colas para cabello, un collar con su inicial, pero parecía de aquellas que se enlazan con otra.

Un dato interesante, guardamos aquello en un cajón a parte para juntar la información. Me levanté para ayudar a buscar, traté de buscar algún escondite secreto; le dije que olfateara la mochila que era de mi madre pero me dijo que no había nada sospechoso así que la tache como información.

En el clóset había algunas prendas de ropa que le pertenecían, buscamos en los bolsillos pero no había nada, buscamos en los cajones pero la mayoría estaban vacíos.

—Jenny, puedo oler algo pero creo que esta arriba —me avisó señalando arriba del clóset.

Busqué una silla y me subí para estar a la altura de poder observar lo que estaba guardado ahí, saqué las cosas que me parecieron relevantes, cuando me bajé de la silla ya estaban algunas cosas en la cama.

—Bien. Busquemos.

Tomé conmigo un cajón con llave, un cuaderno, unas hojas de papel y algunos dibujos.

Neithan se encargó de abrir el cajón, quien diría que aquellos bracitos tuvieron la fuerza de romperlo hasta que se abrió, observamos el contenido y solo había algunas joyas que se veían de valor, algunas fotos donde salía su imagen de joven y alguien posaba a su lado pero, no pude distinguir su rostro porque estaba rayado por completo.

—¿Será mi padre? No se ve ninguna pista de quien es, no se detalla si es ropa masculina o femenina.

—Bueno, todavía queda otras cosas 
—me alentó Neithan.

Dejamos de lado el cajón y vi como agarró una de las notas para leerlas.

—Bueno, no dice nada. Es un dibujo.

—Quiero verlo.

Neithan dudó por algunos minutos pero luego cedió en dármelo, cuando lo vi sentí un vuelco en mi corazón. Era una familia de tres, parecía dibujado por una niña pequeña, todo parecía normal pero quien agarraba su mano parecía un monstruo; tenía pelaje en todo su cuerpo, unos colmillos como dientes y unas orejas puntiagudas. Las demás parecían comunes y corrientes con unas sonrisas de oreja a oreja.

—Eh, está bien —la dejé al lado del cajón.

Las otras hojas sueltas también tenían unos cuantos dibujos y rayones.

Solo nos quedaba observar el cuaderno, nos sentamos juntos y empezamos a ver su contenido, el principio de las hojas estaba en blanco, no había nada del otro mundo. Decidí irme por la parte de atrás y pude admirar su escritura en algunas páginas.

—C ama a T, pero él nunca la amó en realidad —empecé a leer—. Todo fue un juego de niños, donde salí perjudicada.

Guardé silencio por breves segundos, ¿qué acababa de leer? Al parecer la inicial de mi padre es "T" al menos eso supongo.

—T amaba con todo su corazón a alguien más, ¿por qué me permitió amarlo? T solo amó a esa perra —Neithan siguió al ver que estaba pensativa.

Abrí levemente los ojos al escuchar decir a Neithan esas palabras, lo miré con una cara asombrada pero más me impactó lo que decía, después de eso había escrito otra cosa pero la había tallado con tinta. Traté de mirar algún indicio de la inicial.

—Parece una "E"

Neithan y yo dijimos aquellas palabras al mismo tiempo, así que mi padre empieza por T y aquella mujer empieza con E, pero nadie venía a mi mente, ¿quiénes eran?

Seguimos buscando en otra página porque ya no había nada más en la anterior. Le advertí que sería yo quien leyese todo esta vez.

—Sus belfos cálidos solo tenían mentiras, sus besos eran veneno que amargó cada parte de mi ser. Su sonrisa se complementaba con aquellos labios, su mirada arriba del hombre combinaba con su sonrisa socarrona. Ambos eran el uno para el otro, porque ambos jugaron conmigo y me quitaron la felicidad.

—E lo hizo desde el momento que me propuso ese jueguito, susurrando a mi oído que aquel que ganase su corazón se lo quedaría por siempre. T cuando me dio falsas esperanzas, me dejó volar hasta poder ver las hermosas nubes del cielo, para luego dejarme caer como una piedra al más profundo y oscuro océano.




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