Un lobo en el bosque

37

Observé el rostro avergonzado de Neithan por breves segundos, cuando noté que estaba a punto de hablar lo detuve, no quería que terminara en algo incómodo.

—No me digas nada aún.

—Okey —fue lo único que dijo.

Así terminó la conversación. Creo que después de todo logré el efecto contrario.

Ahora estaba acostada en el sofá junto a Cam, no podía sacar de mi mente la conversación que tuve con él, de alguna manera lo sentí como si me apoyara para luego dejarme sola en la tormenta, esperando que saliera yo misma de aquello. No podía negar que todo me sirvió para bien durante el desarrollo de los años fuera del pueblo así que no podía culparlo.

Si hablamos del beso tampoco podía quitarlo de mi cabeza, era algo que mi corazón quería y lo hice.

 

—¿Qué hiciste qué? —la pelirroja le lanzó un puñetazo—. ¿¡Solo le dijiste okey!? 

—Auch, no seas así. Solo sucedió.

—Ajá, solo sucedió, conozco esas excusas.

—Entonces, ¿por qué me juzgas? 

—Porque está mal y lo sabes, tienes que contarle a Jenny.

—Lo haré.

—Tendrás dos días o se lo diré yo.

—Bien.

                                           ⛄

Pasaron varios minutos y mis pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de mi teléfono, al revisar pude ver que era un mensaje de Elyse.

—Soy yo o la señal ha mejorado en este lugar —le mencioné a Camile.

—Quizás sea por arte de magia — supuso Camile, bromeando.

Después de eso seguí mirando mi teléfono y abrí el mensaje que me había dejado.

Elyse

Jenny, ¿puedes venir hoy a mi casa? Estaremos en los columpios :)

Eh, claro. ¿Algo en especial?

Elyse

Sip, debo decirte algo importante.

Bien, estaré ahí en breve.
Visto.

Me pregunto que será.

 

Después de una breve caminata ya me encontraba sentada en los columpios junto con Elyse, a quien noté medio rara.

—¿Recuerdas aquel dejá vù que me mencionaste años atrás? —dijo con una voz nostálgica.

Fruncí el ceño por breves segundos, ¿a qué venía eso?

—Sí, cómo olvidarlo.

—Debo confesarte que sé la relación detrás de eso.

—¿Qué?

Dejé de mover mis pies para así detener el columpio.

—Jenny, antes que te cuente todo espero que puedas comprender en vez de culparme. ¿Si?

—Me estas poniendo nerviosa, Elyse. Dime que sucede.

Hubo un momento de silencio en el ambiente, por fin sabría el origen de mi sueño, pero ya no me sentía como antes, ¿saben?

—Bien, empezaré a decir el día que nunca he olvidado —hizo una pequeña pausa—. Mi madre y la tuya siempre fueron las mejores amigas, recuerdo que un día la señora Cecilia vino a visitarnos junto contigo, parecía un día más para mí pero todo cambió al momento de escuchar gritos provenientes de mi hogar. En ese momento te pedí que te quedaras en tu lugar, no quería que presenciaras una situación mala como fue aquello. Cuando llegué a la puerta que dirigía a la cocina no me atreví a entrar e interrumpir, me dispuse a observar y a escuchar atentamente la situación.

—¿Qué pasó? —dije con interés.

No creí que se relacionara con mi madre.

—Había una taza tirada en el suelo y podía ver la imagen de mi madre apretando con sus manos el cuello de la señora Cecilia, casi se me sale un quejido de mis labios sino hubiera sido por las palabras de mi madre —explicó—. "Fue divertido mientras duró pero ahora sabes quién ganó, si no quieres que tu hija sea huérfana, deberías cuidar tus palabras de ahora en adelante y vete lejos de aquí. No queremos que Elenio se entere de tu accidente, ¿verdad?" Esas fueron las palabras frías de mi madre, una acción que jamás esperé de una persona tan cálida como pensé que era.

—Espera, ¿el nombre de tu madre no era Milez? 

—Ese es el apellido de mi padre, ella se llama Tania.

¡Son E y T! 
¡No puede ser!

Sentí una pequeña corriente en todo mi cuerpo al recordar su sonrisa cuando me observó años atrás.

Ya todo tenía sentido.

—¿Qué deseaba callar? —le pregunté sabiendo la respuesta a eso.

—Tampoco sabía en ese momento, fue años más tarde luego de tu partida que lo supe. Mi mamá solía tomar pastillas para dormir cuando estaba con mi padre porque solía balbucear palabras estando dormida —explicó brevemente—. Un día le pedí que durmiera conmigo por una tonta razón, ella aceptó y en plena noche pude escuchar como decía "No fue mi culpa, ella quiera robarme a Elenio" Y en ese momento comprendí todo.

—Eso significa que nosotras-

—Somos hermanas —terminó la frase.

—Medio hermanas —aclaré.

—Sí, se podría decir. 

Hubo un silencio después de eso, solo podíamos escuchar el viento entre las hojas de los árboles, si ella se atrevió a decirme la verdad también debía ser sincera.

—Ya lo sabía.

—¿Qué? —dijo asombrada.

—Antes de irme descubrí un cuaderno con notas de mi madre pero solo mencionaba las iniciales E y T, después de lo que dijiste solo ate cabos —dije con una voz tranquila.

No podía negar que durante aquellos días no actué de aquella manera, solo sentía desesperación y tristeza.

—¿Por qué no me dijiste nada?

—Tenía muchas cosas en la cabeza como la partida de Neithan y no pensé en decírselo a nadie.

—Entonces-

—¿Entonces qué? 

—¿Le contarás a papá la verdad?

Cuando escuché aquellas palabras no me sentí identificada con la palabra "Papá" ¿para qué se lo diría? ¿Cambiaría todo lo que tuve que pasar en estos años?

—No, si nunca supo de mí existencia prefiero mantenerlo así.

Sentí el capítulo medio sencillo, luego lo edito babys:(.

Faltan como dos capítulos para el final.




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