Un lobo en el bosque

39

—Como soy tu media hermana, ¿no hay posibilidad que sea mitad licántropo? —pregunté sin demasiado interés.

—No lo sé, si no has sentido síntomas desde pequeña entonces, no —me explicó—. Me refiero algo como "Hola, soy tu parte animal" o algo similar.

—Entiendo.

Pude sentir el toque cálido de la mano de Elyse en mi hombro.

—Jenny, sé como te sientes —dijo con su dulce voz—. De joven tuve que rechazar a una persona que quería mucho por algo parecido.

—¿Cómo lo hiciste?

—Solo fui sincera y tú, ¿qué piensas a hacer con Neithan?

—Deseo hablar con él por última vez  —le expresé con seguridad para luego agregar—. ¿Puedes decirle que quiero verlo en el granero?

—Vale.

Le regalé una pequeña sonrisa y me acerqué a su cuerpo para así darle un breve abrazo de despedida.

—Te extrañaré a pesar de todo.

—Tampoco he sido tan mala —se quejó—. Solo he dicho algunas cosas tarde —dijo con leve tono burlón.

Y así fue la mitad de la noche con ella, luego de salir de su casa decidí dirigirme hacia el cementerio del pueblo, no sin antes asegurarme de llevar una flor que encontré cerca de los árboles, la traje conmigo ya que la vi presentable. Luego de entrar al lugar solo podía guiarme gracias a la luz de la luna que alumbraba el lugar. Se podía ver los fragmentos de piedra donde decían el nombre de varias personas enterradas.

Donde pisaban mis pies estaba lleno de grama verde pero a medida que avanzaba al lugar, este desaparecía viéndose como tierra.

Al llegar solté un pequeño suspiro, había dos fragmentos de piedra que ahora se situaban juntos, uno de ellos era donde estaba Adelén.

Esta parte del cementerio se encontraba un poco desolada, ya que a nadie la gustaría estar enterrado con un monstruo, ni si quiera después de muerto ya que para su familia era inaceptable.

—He regresado —le dije—. Espero que te encuentres bien ahora que estás con mamá y con mi abuelo.

Fue lo único que dije en ese instante, dejé caer aquella flor en su tumba y decidí irme por donde vine sin esperar alguna respuesta de su parte.

Mientras caminaba hacia la cabaña pude pensar un poco más sobre la situación de Neithan. También, planeaba que le diría, mi corazón en estos entonces se encontraba sereno, ya no era tan joven como antes para hacer drama ante esta situación. ¿Qué podría a hacer? Nada cambiaría si hiciera algo.

Cuando llegué a la cabaña me encontré con la imagen de Camile, quien estaba en el sofá esperando mi regreso mientras revisaba su celular.

—¿Te pasó algo? —me preguntó, levantándose de su asiento.

—Creo que ahora tendrás la cabaña para ti sola de nuevo —le dije con una sonrisa.

Solo pude subir a mi habitación para preparar todo. No esperaba alguna palabra de su parte, tendría en mente que estaría callada con esta noticia inesperada.

Solo tuve que guardar algunas cosas y cerrar mi maleta, después de todo no había empacado lo suficiente como para tardar más.
 

Hola, estaré en casa seguramente más tarde.

 

Rose💕

¿Pasó algo malo?

Sí, por fin lo encontré pero resulta que tiene novia y la ama más que a mí:(
 

Rose💕

Te dije que era un imbecil por dejarte ir en primer lugar, te espero con frituras y gaseosa para el despecho🐍

Que lindo recibimiento, lo espero con ansías.

Guardé mi teléfono en el bolsillo y decidí retirarme de la habitación con la maleta en mi mano, al bajar pude ver una pequeña mueca en la cara de Camile pero le sonríe, para así despedirme de ella con un breve abrazo.

Al entrar al granero pude conseguirme con la imagen de Neitha, que al verme con la maleta hizo una expresión de dolor y tristeza, ya se podía imaginar que muy pronto me iría de su lado.

—Jenny. ¿Qué significa eso? —dijo observando fijamente las maletas.

—Planeo irme.

—¿Por qué me haces esto? —preguntó dolido, podía oler una pizca de alcohol en su cuerpo, pero se notaba lo suficiente sobrio—. Sabes que no tengo opción, te amo pero no puedo hacerle esto a Níveo, él es parte de mí después de todo y no puedo dejar que muera —explicó.

—Lo entiendo.

Luego de escuchar mis palabras de repente pude ver como la cara de dolor que traía pudo cambiar a una perpleja al instante.

—¡¿Cómo es posible que seas así?! ¿Seré el único que ama aquí en este instante? —pude sentir sus dos manos agarrando con cuidado mi rostro.

Pude notar sus ojos con un brillo extraño, me veía fijamente a la espera de una respuesta mientras posaba su calidez en mi rostro. Podía sentir los latidos de mi corazón cada vez más rápido, pero traté de controlarme.

—Neithan —mis labios pronunciaron aquellas palabras despacio y con cariño—. Amar también se trata de dejar ir, no puedo ser egoísta para tenerte solo a mí lado. Conocí primero a Níveo y no deseo que sufra, desde que vi su parte lobuna de pequeño he deseado que tenga una familia y que sea feliz.

—Pero, jenny.

—Shh, estaré bien y tú igual. No moriré de amor, tengo que regresar a la ciudad para culminar mis estudios y en general tengo demasiadas cosas en mi cabeza. Solo dale una oportunidad a ese chica.

Pude ver como negaba mis palabras moviendo levemente su cabeza sin poder creerlo.

—Jenny, ¿en realidad me amas? Porque siento que es tan fácil para ti decirme adiós.

—No lo es, me duele tanto como a ti, pero he aprendido a no aferrarme a aquello que me hará daño. Deberías hacer lo mismo.

—Jenny.

—Tengo que irme.

—Jenny —suplicó.

—Tengo que- 

Sentí los cálidos labios de Neithan haciendo contacto con los míos, fue una acción imprevista para mí pero decidí cerrar mis ojos para dejarme llevar por él, sería la última vez que pudiéramos a hacer esto así que me dejé llevar y le seguí con el mismo ritmo, el beso estaba lleno de cariño y desesperación, sentí un leve calor pasar desde mi cintura hacia todo mi cuerpo cuando su mano acarició la curva de mi cintura, mis manos tampoco estaban del todo tiesas, aproveché para tocar y sentir la textura de su pecho, subiendo lentamente hasta su rostro. Las respiraciones de cada uno se mezclaron y nuestros labios se separaron por breves segundos, soltamos unos pequeños quejidos mientras nos mirábamos fijamente. Sus ojos expresaban un brillo extraño de deseo y sin tardar demasiado volvió a unir nuestras bocas en un beso diferente, sentí como su lengua hizo un toque leve en la mía, como pidiendo permiso para hacer su aparición, le mostré mi aceptación cuando fue la mía la que dio la iniciativa.




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