Un loco amor de navidad (relato navideño)

Capitulo 3

Después de que saludara a mi abuela y nos instaláramos en la casa, decidimos salir a pasear por las calles de Alaska, me encantan estas épocas aquí, aunque creo que este año no empezamos con pie derecho. Pero ahí le damos

—Hola abuela ya regresamos—dije mientras me sacaba el abrigo al igual que mis amigas

—Mi niña, perfecto, el chocolatito esta caliente y ya podemos ver un maratón de películas navideñas

—Claro abuela, vamos por ello—todas entre risas y risas cogimos galletas, chocolatito, malvaviscos, dulces y nos sentamos a ver las películas mas hermosa de Netfilx, claro que ya no son como las antiguas, pero están mucho mejor. Estaba entre risa y risa cuando el timbre sonó

—Voy yo, abu—me pare acomode mi saco con un árbol con luces y camine hacia la puerta, tome el antifaz de navidad y pensando que es mi dulce abuelito abrí.

—Feliz navidad hohoho busca a…--Dylan me miraba fijamente cuando estallo en una carcajada que por poco lo hizo agarrarse la barriga—Dylan…—murmure y escondí mi mascara. Tonta navidad, solo vergüenzas.

—Hola Valentina, hohoho—me remedo y yo le di un manotazo para que pare de reírse

—¿Qué haces aquí?

—Me invitaste ¿no?

—Pensé que no vendrías

—Lo hiciste por cortesía—dentro de mi lo pienso y no lo hice por cortesía lo hice porque por algún motivo quería tenerlo en navidad conmigo

—No, pero dijiste que tenias trabajo

—Si y ya lo acabé no podía rechazar una propuesta tan buena y con una hermosura ¿verdad? —todo me vuelve a temblar, el sabe lo que hace y yo no se lo que hago.

—Cla…claro pasa—él entra—tu abrigo—me lo entrega y mira todo la pequeña y adornada casa de mi abuela

—Es hermosa

—Lo se

—Ven vamos estamos en maratón de películas

—Hacen todo eso

—Si tu no

—No

—¿Por qué?

—Es un tanto difícil

—Ok ¡Ven!—caminamos y entramos a la sala. Los presento a todos y cuando ya estamos mi abuelita no deja de mandarme miradas cómplices y sabias. Que linda es

—Tu taza y ahí tienes todo—él la acepta y ahora los dos tenemos que compartir el mismo sillón

—Gracias—pasamos viendo películas hasta que decido lanzarle un malvavisco y para mi sorpresa lo atrapa

—Delicioso—le vuelco a lanzar otro y en menos de un minuto estamos en guerra de quien atrapa mas, nos reímos y nos reímos, nuestras miradas brillantes también se encontraban, hasta que la voz gruesa de mi abuelo retumba en la sala.

—Buenas noches—regreso a ver y el viene llegando cuando me ve sus ojos se iluminan—¡Mi niña! —grita y yo corro a treparme en sus brazos, me recibe y me da un sin numero de besos, él mira a todos, pero su mirada se incrusta en la de Dylan, la que se viene. 

Después de presentarlos y cenar algo liviano, me fui a despedir a Dylan, aun sigo sorprendida de que haya venido. 

—Gracias por venir

—Gracias por invitarme, créeme no quería pasar en una habitación de hotel

—Si quieres puedes venir a la cena mañana—sonríe nervioso—claro si gustas y si no tienes mas cosas que hacer

—Aquí estaré Valentina—se acerca me da un beso en la mejilla y yo le correspondo, pero ya estoy suspirando. Estoy en una nube volando pero que me pasa lo mío no es el amor tampoco el odio pero me siento muy extraña.

Cuando me voltee todos me miraban, el centro de atención, pero los ignore y fuimos a las habitaciones, aunque Maite, Martina y Luna no paraban de preguntarme mas por él, hasta lo buscaron en google, y si que tiene fotos hermosas, todo un galán. Me dormí pensando en sus ojos de gato y en su sonrisa traviesa.




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