Las luces iluminaron mi rostro sobresaltándome. Aún no entendía qué era lo que había pasado. Miré a mi alrededor pero lo único que localizaba era a policías y uno que otro de mis colegas ¿Tuvo el descaro de haberme dejado? ¿Después de todo lo que hice?
– ¿Señor Miller? ¿Se encuentra bien?-intento moverme pero un dolor inmenso me incomoda. Al ubicar el dolor veo una navaja, su navaja-llamen a una ambulancia, por favor.
Seguía sin entender lo que había pasado. No sentía el dolor que debía de sentir al tener una navaja clavada en mí. Los policías eran demasiado novatos al intentar quitarme el objeto filoso.
– ¿Tienes idea de lo que quieres hacer?-fue lo primero que articulé al notar la ignorancia de este-si me quitas la navaja podría desangrarme hasta morir. Debo quedarme así hasta que venga una ambulancia-me recuesto de nuevo con la tranquilidad sobre los cielos. No podía entender el por qué me había dejado. Habíamos planeado escapar juntos.
Un teléfono comienza a sonar provocando que abra mis ojos divisando al policía que intentó matarme con su ignorancia.
– Sí, estamos a unos kilómetros del hospital psiquiátrico. En dirección al bosque ¿Que, qué tiene? Lo apuñalaron. Sí, perdió mucha sangre ¿Cómo voy a saber en dónde está ubicado el cuchillo si soy policía, no doctor?
– Músculo oblicuo externo del abdomen-comenté en voz alta. Sabía que no podía responder eso. Mi adrenalina impedía que sintiera dolor alguno, pero esta iba disminuyendo de a poco y sentía puntadas en mi espalda y pecho.
Sentía como el dolor aumentaba y supe que antes de morir desangrado debía detener el sangrado.
– Necesito…un…-fue una sorpresa inesperada el haberme desmayado en ese momento. Pensé que iba a morir. Estaba con dos policías novatos y una ambulancia perdida, no tenía chances de sobrevivir. O tal vez exagero.
Cuando abro mis ojos observo que me encuentro en el hospital. Sobreviví. Intento moverme pero mi mano se encontraba esposada a la camilla. Demonios.
– Señor Miller, veo que ha despertado-asombroso. El desgraciado amigo de mi padre-Creo que es inteligente como para saber el por qué lo esposé en la camilla. O debería de sospechar.
– ¿Usted piensa eso?-me río en su cara. Nunca había odiado tanto a una persona como yo odio a este tipo.
– Vamos Tyson. Somos amigos desde hace muchos años. Te he visto dar tus primeros pasos…
– Corrijo, Baker. Eres amigo de mi padre, no mío. Y si me has visto dar mis primeros pasos, no es mi problema.
– No quiero que te hagas el listo muchacho-se sienta en la camilla junto a mi herida. Maldije para mis adentros porque me encontraba en una posición sumamente vulnerable-dime ¿Desde hace cuánto estabas planeando escaparte con esa chica?-tensé mi mandíbula al escuchar esas palabras salir de su boca.
– Es una de mis pacientes. No puedo darte detalles sobre su caso.
– ¿Crees que soy estúpido? Sé que planeaste escaparte con ella a media noche-se acercó bruscamente intentando intimidarme para que confesara, pero su esfuerzo fue en vano.
– ¿Por qué te interesa tanto que me haya querido escapar con ella? ¿Aún no superas que dejé a tu hija?-colocó su mano en mi herida haciendo presión.
– Tú abusaste de mi hija-pude notar la rabia en sus palabras y el enojo en sus ojos-debes pagar por lo que hiciste.
– ¿Debo repetirlo…?-cada vez hacía más presión con sus manos y me provocaba un dolor insoportable-yo no abusé de tu hija-tensaba mucho más mi mandíbula para no gritar de dolor. Hasta que una enfermera entró sin previo aviso viendo la escena.
– Comisario Baker-la voz imponía autoridad. Le ordenó que se retirase y lo hiso sin titubear-Deberías denunciarlo por acusarte de violar a su hija-la enfermera Rudy era una amiga de mi madre. Se conocieron hace poco y ya sabe todo sobre el caso de la hija de Baker.
– Ya sabes Rudy que yo no le hice nada a su hija, hasta tengo una coartada, pero no me cree. Solo me fastidia con que la dejé por otra chica.
– Tú error fue haber salido con ella. Esa chica con cada palabra que daba era una mentira, el padre es el que está ciego y le cree conociéndola. Lo que no sabía era que la dejaste por otra chica-su cara se torna a una coqueta.
– No es nadie Rudy-cierro mis ojos hasta que escucho como Rudy se acerca.
– Ese sujeto te quitó la sutura, estás sangrando de nuevo-ya me daba igual. Solo dejé que haga su trabajo.
***
Haber vuelto a mi trabajo era agobiante. Aún caminaba desconfiado por los pasillos pensando que algún policía vendría a buscarme. Con tan solo decir que me secuestraron e intentaron matarme alcanzó para que no haya más preguntas sobre el tema.
– Oh Tyson-una de mis colegas me sorprende-con que te quisiste escapar con Verónica…-me guiña un ojo para luego simular que estaba besando a alguien-debiste haber buscado una chica con menos problemas.
– Yo no me iba a escapar con Verónica-quería convencerme de que no lo iba a hacer. Al menos para que la mentira tenga más efecto también en mí.
– Todos los sabemos Tyson-toma sus cosas y sale de la sala. No puedo creer que todos en el hospital sabían de mi romance con Verónica. O creo que era un romance ¿Qué demonios era?
Dejando sus preguntas para después, tomo mi libreta para ver a quien debía darle su medicina. Y era a Lila. Mi nueva paciente, quien había sido ingresada hasta hace unos días. Me encaminé hacia su habitación y la encontré recostada en el piso, observando el techo completamente blanco. Entendía que ellos estaban en otra dimensión a la hora de tomar su medicina, pero lo que me inquieta es en lo que está pensando ¿Cómo se puede estar más de una hora observando el techo sin ningún pensamiento o alguien con quien hablar? Es por eso que decidí estudiar esta carrera.
– Lila-mi llamado la tomó desprevenida provocando que se ponga de pie bruscamente y se esconda detrás de la cama-tranquila, solo vengo a traerte la medicina-ladea su cabeza sin comprender qué hago en su habitación.
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Editado: 15.12.2023