Un lugar en el bosque
No puedo creer que me hayan convencido de esto.
—Cambia esa cara Ann, será divertido.
—¿Qué tiene de divertido acampar en medio de un bosque? —pregunté, aún molesta.
—La vida es para vivir nuevas experiencias, es solo una noche.
—Bueno, espero no acabar picoteada o peor aún secuestrada.
—Ann, no seas exagerada. Estaremos en una zona de acampar del bosque, no en el bosque bosque. Suelta ese miedo o nos vas a arruinar la experiencia.
—Bien—Quizás, Lydia tenía razón, debo de relajarme y abrirme hacia la aventura, siempre estuve anhelando tener amigos que me sacarán a pasear y pues lo conseguí.
—Muy bien chicas, aquí es—miré al alrededor.
Luces colgaban de los árboles, mientras las casas de campaña estaban distribuidas en forma de semicírculo, en el centro había un pequeño comedor y no muy lejos el área de fogata. Era como un bosque improvisado, te sentías en un bosque, pero sin estar realmente en él. Lydia tenía razón, era una zona de acampar muy acogedora.
—Gracias, Job—dijo Lydia.
—Su tienda es la número 3. Bienvenidas—Le volvimos a agradecer y pusimos nuestras cosas dentro de la tienda.
—Y… ¿te gusta? —preguntó Lydia, sentándose a mi lado en la pequeña cama inflada dentro de la tienda.
—Debo de admitir que sí—Lydia se emocionó y me abrazó.
—Yeiii, la pasaremos genial, en la noche hacen muchas actividades y conoceremos gente nueva.
—Ñe, sabes que no soy muy fan de la gente.
—Créeme, te va a gustar—dijo convencida. Sonreí.
Me encanta pasar tiempo con Lydia, es lo opuesto a mí y me anima a hacer cosas nuevas, por eso siempre le digo que sí a sus planes locos.
A medida que fueron pasando las horas, comenzaron a llegar más personas, unas cuantas parejas y grupos de amigos. El lugar se fue llenando de risas, ruidos y presentaciones. Ya saben el ¨Hola, mi nombre es Fulano, mucho gusto¨. Tampoco soy muy fan de las presentaciones. Hasta que por fin el organizador del evento, por así decirlo, hizo su presentación.
—Bienvenidos sean todos a está noche de camping, el equipo de Forest Campground se siente muy agradecido de tenerlos aquí, para vivir una noche de conexión, diversidad y contacto de la naturaleza.
Luego de la bienvenida, el equipo de Forest Campground comenzó a organizar actividades para que todos nos integráramos. Empezando con algunos juegos de presentación, animándonos a conocer a las otras personas. Aunque yo prefería mantenerme al margen, Lydia disfrutaba mucho conociendo gente nueva.
En el transcurso del día realizaron actividades como caminatas en los alrededores del bosque, yoga, juegos de mesas, manualidades, cada quien elegia en cual participar.
En la noche como es de esperar nos reunimos alrededor de una fogata a azar malvavisco y contar historias de terror, me aburrí un poco, esta experiencia no estaba siendo tan favorable como yo pensaba.
—Lydia, iré a dormir, estoy un poco cansada.
—¿Segura Ann? ¿No quieres malvaviscos?
—Paso—nos dimos un abrazo y caminé hacia la casa de campaña.
—¿Tampoco eres muy fan de los malvaviscos? —preguntó un chico apoyado en uno de los árboles, asustándome un poco.
—Oh, no, bueno si me gustan, pero estoy un poco cansada.
—Ya veo, disculpa si te asusté, soy Mike—dijo acercándose y ofreciéndome su mano.
—Ann—respondí estrechando su mano. Por uno segundos hice contacto visual con él, inundándome una extraña sensación de familiaridad.
—Ann, simple y fácil de recordar, me gusta.
—Gracias, supongo—Él se quedó mirándome— ¿Tú que haces aquí? —pregunté.
—No soy muy fan de los malvaviscos y estoy un poco aburrido.
—A decir verdad, yo también. Voy a ver una película en mi computadora, por si te quieres unir—ofrecí para verme cordial.
—De hecho, iba a divertirme a otro lado, no sé si me quieras acompañar.
—¿Otro lado? Estamos en un bosque y la civilización está un poco más abajo—señalé— Muy cansado para mí.
—No iré a la civilización, la diversión está en el bosque—Mike se dio media vuelta y comenzó a caminar detrás de las casas de campaña.
—Hey, ¿a dónde vas? —dije en un tono bajo, para no que no me escucharan en la fogata.
Mike se volteó—A divertirme, ¿vas a venir o no?
—Es de noche, estamos en un bosque, ¿te vas a divertir con búhos y ramas secas? —ironicé.
—¿Vas a venir o no? —Un desconocido me estaba ofreciendo adentrarme en un boque en el medio de la noche, eso da a peligro por todos lados.
—Bien, pero déjame buscar un abrigo—y algo para defenderme, porque uno nunca sabe.
Tomé mis cosas: celular, dulces, una navaja, una botella de agua y la entré en una cangurera, que me amarré a la cintura. Mike seguía esperándome afuera.
—Vamos.
—Sigo sin estar segura de esto.
—Tranquila, no soy un asesino serial.
Eso no me tranquilizó, pero no sé porque sentía que tenía que seguirlo.
Él comenzó a caminar entre los árboles del bosque mientras yo iba detrás de él.
—Creo que es mejor que camines a mi lado y no atrás—sugirió.
—¿Por qué?
—Esto sigue siendo un bosque, Ann.
No entendí su referencia. Se escuchó un ruido y Mike se detuvo.
Me quedé escuchando: los grillos, los búhos, ese sonido a televisión dañada que a veces tiene la noche, la oscuridad, si analizabas el panorama si daba un poco de miedo.
—Mira, el bosque no es solo nosotros, los humanos, sino de los animales, no sabemos si podemos encontrarnos un oso, un zorro, una serpiente o un mapache no muy amigable. Por lo que necesito, que me des la mano y estés muy atenta.
Por su seriedad y tono de voz, comencé a sentir miedo—Creo que es mejor que volvamos al camping, no sé por qué te seguí hasta acá.
—Ann, si vuelves a atrás te vas a perder en el bosque—Miré hacia atrás, ¿en qué momento habías avanzado tanto? Solo veía oscuridad entre los árboles.