Un lugar en el tiempo

CAPITULO 1 EL VIAJE

Una nueva oportunidad, siglos de espera. ¿Quién no pudiera volver a vivir algún instante importante una vez más? Eso para mí, era inconcebible hasta que la vida puso en mi camino a una extraña mujer.

Las calles oscuras no eran un nuevo espectáculo para mí. Asiduo visitante de las tinieblas porteñas recorrí los mismos pasos una y otra vez. Di vueltas al edificio como si fuera un perro enjaulado luchando por encontrar una salida mientras los recuerdos lejanos se agolpaban en mi mente confundiéndome. Finalmente tome coraje y me acerque a la fachada: Pasteur 458. Busque el 4to G y con dedos temblorosos pulse el timbre lleno de dudas, ansias, esperanzas y grandes temores. No era la primera vez que intentaba un viaje, no podía ilusionarme nuevamente, pero presentía que en esta ocasión el destino me tenía deparada una sorpresa y me dije a mi mismo que por que no podía yo, un pecador como ningún otro, tener la posibilidad de una redención. Un hombre sin alma, un monstruo condenado y maldito, tal vez había sido elegido por Dios o por el Diablo para darme una última oportunidad .Mis pensamientos fueron interrumpidos por una voz que me preguntaba cual era el motivo de mi visita, a lo que yo conteste:

_Una cita con mi pasado.

El portero eléctrico sonó y me sumergí dentro del hall del edificio. Ingrese al viejo ascensor de hierro torneado, ridículamente familiar para mí, hasta el cuarto piso. Una vez allí, la puerta estaba entreabierta por lo que entre en silencio mientras un cumulo de ridículas esperanzas llenaban mi ser con ansia y angustia. La cerré lentamente y pude ver en medio de una atmósfera pesada y sombría, la figura de una mujer. Me pregunte si era la gitana que don Juan, el sepulturero, me había recomendado aunque por sus generosas vestimentas y coloridos adornos pude adivinar que así era.

_Siéntese_me ordeno-No hay tiempo que perder.

Obedecí rápidamente y me senté frente a unas velas rojas y negras que ardían chispeantes y sonantes. Podía vislumbrar el rápido latir de su cuello y el calor emanando de su cuerpo pero me obligue a concentrarme impidiendo cualquier tipo de distracción posible. El lugar era pequeño, un monoambiente de unos pocos metros cuadrados desconcertantemente adornado con lazos, imágenes de santos, fotografías viejas, restos de velas de colores y con un agradable olor a incienso y mirra.

_Usted desea hacer un viaje_murmuro mientras cerraba los ojos_Usted busca un reencuentro que no sabrá si será posible pero prefiere arriesgarse a vivir con esa incertidumbre que lo está carcomiendo por dentro. Deme su mano derecha y permanezca en el más completo silencio.

Dude un instante en aceptar su sugerencia pero después de todo ya estaba sentado ahí, que mas podía perder y, después de todo, si aquello era un engaño la gitana viviría el ultimo día de su vida. La mujer se sorprendió ante la frialdad de mi piel, me observo detenidamente por unos segundos y murmuro:

_Interesante, muy interesante. Es un viaje largo y muy deseado. Hay en su corazón un profundo deseo de saber, de recordar, de volverá vivir pero por sobre todas las cosas…_e hizo una pausa mientras intentaba navegar en mis mas escondidos recuerdos_Usted desea verla una vez más para volver a sentirse vivo porque tiene el alma atormentada por las dudas y por la…culpa. Si, usted siente una gran culpa y no soporta más…y esta es una de las tantas veces que busco un camino, el camino hasta ella. Jamás pude sentir un espíritu tan antagónico, un alma tan oscura que encierra una gran luz y usted quiere volver a tener esa luz, esa felicidad que alguien le arrebato sin pedirle permiso y sin ofrecerla la posibilidad de elección. Usted fue arrancado de ella como quien mutila un cuerpo con brutalidad a sangre fría y en medio de ese tormento está convencido que ha perdido su alma. Pues le puedo decir que no la ha perdido, por el contrario, es fuerte, tenaz y encierra una gran bondad.

No pude evitar sonreír con sarcasmo porque de ninguna forma podía yo ser un alma con tales cualidades. Era un monstruo asesino sin ningún sentimiento rescatable, solo aquel que alguna vez sentí y que desesperadamente deseaba recordar.

_No se ría de mis palabras porque son la más pura verdad_y sostuvo mi mano con mas firmeza_Puede que haya hecho cosas terribles, muchas cosas espeluznantes, pero tantos años de aprendizaje y sufrimiento lo llevaron a ser quien es hoy. Después de todo quien no merece una segunda oportunidad. Sé que es un hombre generoso, no le interesan las cosas materiales aunque sin duda las posee y muchas…pero lo suyo es algo que jamás en la vida había visto. Por eso es digno de este viaje aunque sabe, como ya le habrán dicho, que el precio que debe pagar es alto.

Libero mis manos y me observo fijamente como quien lee en las pupilas la vida del otro, como si pudiera saber cuál era mi más grande tormento.

_Le doy todo lo que tengo que, como usted sabe, es una enorme fortuna. No quiero nada, absolutamente nada _murmure con la poca convicción que me quedaba.

La gitana permaneció en silencio por unos instantes, se puso de pie y dándome la espalda me dijo:
_Entonces lárguese de aquí.

No podía comprender nada. Se suponía que esto era un negocio, una mera transacción comercial, pero evidentemente estaba equivocado. Solo Dios sabía cómo había adivinado tanto de mí y ahora me decía que me fuera, cuando yo le estaba ofreciendo absolutamente todo lo que poseía. ¿No era así el trato? ¿Acaso no se suponía que debía darle algo muy valioso? Entonces lo supe: algo valioso para mí, eso era lo que quería.




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