Un Lugar Mejor

CAPITULO 10

         Aquí es donde siempre viene los que son nuevos y los que son algo valiosos,-- claro, ¿pero eso significa que yo soy valioso o algo así?--, ¡hash!, exclamo Emma, de una forma burlona. Marcos solo me miro, y con una sonrisa forzada volvió a mirar al frente —muy bien Alex, ahora entraremos, y como veo no te noto tan ansioso--...Pues no lo estoy- le corte sin dejar que terminara sus palabras. Sentía que al menos el saber de qué cavia probabilidad de ser importante, me iba a poner con ansias a poder ir a aquella aventura de una vez.

                 Espero que mi vida no apeste, como siempre- una risa se me escapo, sabía que estaba siendo sarcástico. —no creas que por traerte aquí serás tratado como un príncipe. —mire a Emma con algo de dignidad. -Gracias por apoyarme- Emma solo rio, sacudiendo la cabeza lentamente.

              ---- muy bien, basta de tonterías- llego la hora de mostrarte el por qué- aplico Marcos, solo opte por quedarme callado, para así poder darme cuenta de lo que Marcos y sus amiguitos estaban planeando. Nos adentramos al lugar, con tal naturalidad que parecía como si hubiésemos vivido hay durante mucho tiempo.

           Personas entraban y salían, al parecer no eran simples personas, entrando y saliendo de su habitación solo para ir de compras o algo así. Todos llevaban armas y se pasaban objetos extraños. Nos paramos frente a una habitación abierta, logre observar a dos hombres sentados, comiendo de una caja, y a una niña del otro lado con un arma a la mano. — ¿que desean? Pregunto el hombre que parecía ser el líder. – Aris, este es el joven del que te hable—, el señor que parecía tener unos 20 años con una camisa de playera y un pantalón de vestir, se levantó y camino directo hacia Marcos. — ¿Ese estúpido adolescente, es el que dices que es la clave?—así es, respondió Marcos, note que ante la situación, la niña siempre se mantenía inmóvil, por lo raro que parecía, supuse que aquella niña no sabía utilizar un arma de fuego realmente. De pronto Aris soltó una carcajada. — ¿Ese chiquillo, es nuestra salvación?--, Emma se acercó a Aris— ¡¿nos vas ayudar o qué?! Lo dijo de una forma tan seria que  el brabucón se quedó inmóvil por unos segundos. —Haber chiquilla— ¡¿tú me vas a decir a mí, qué hacer?! Grito, Marcos intervino la discusión,-- haber,-- mira Aris, he venido aquí porque me dijiste que te ayudara, cuando encuentre una solución a todo esto. — ¿ahora que la tengo, te vas a negar? El brabucón dio vueltas en su lugar, pensando durante unos cuantos minutos.




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