El hombre de sombrero se acercó a mí,-- muy bien muchacho, Emma te dejara en tu dormitorio— y por favor eviten las cursilerías entre los dos—. – ¡!qué te pasa!! Comento Emma con un tono de desagrado en su comentario.
Al parecer finalmente Emma había perdido en una discusión entre los dos. – ¡!muy bien, solo sígueme! Grito.
Avanzamos abriéndonos paso entre la multitud que murmuraba en aquel cuarto. – ¡!miren a la nueva parejita! grito alguien.— ¡!calla idiota!!— grito Emma. Luego de haber sido testigo de la reacción descontrolada de Emma y de haber pasado por una multitud descontrolada. Llegamos al cuarto que me fue destinado.
Emma dio una pequeña sonrisa,--wow, no creas que no me di cuenta de que tienes un lado burlón en ti— ¡¿y de cuando acá te importa lo que los demás sienten?!— nunca dije que no me importaba— se te notaba—. No supe distinguir si aquellas palabras eran actuadas o solo estaban bien improvisadas.
Entre sin decir más, Emma cerró la puerta detrás mío, sin dirigirme otra palabra, pues ante lo que le había dicho ya no era algo que no me esperase.