“ESTUPÍDA MICHELLE”
Apenas salí de esa clase, me dirigí al baño, pero antes que pudiera entrar alguien me tomó del brazo. Era Michelle.
-Entra, quiero hablar contigo.-dijo empujándome la muy perra.
-¿Qué mierda quieres?-enfadada me giré para enfrentarla. Ella cerró la puerta del baño con seguro y se acercó a mí lentamente.
-Sólo quiero que hablemos un poco.-habló con voz sensual. ¿Qué carajos pasa con ella?
-Dime.-suspiré.
-La verdad es que ya no estoy enojada con que me hayas quitado a mi novio. Solo era un idiota como la mayoría.-se acercó hasta acorralarme contra la pared. Su mirada cayó en mis labios y pasé mi lengua remojándolos.
-Pues… me alegro.-dije un poco desconcertada por su actitud. ¿Acaso Michelle es lesbiana o bisexual? Me pregunté mentalmente.
-Si yo también me alegro.-susurró para luego besarme. Joder no sabía cómo reaccionar, estaba en shock. Ella paró el beso, y luego me miró a los ojos, pero entonces yo agarré su nuca y la besé. La verdad es que se sentía muy bien, cuando nuestras lenguas se tocaron me recorrió un escalofrío en todo el cuerpo. Sus manos se dirigieron a mi cintura y las mías a su cuello para apretarla contra mi cuerpo.
-Joder, que bien besas Sophie.-dijo entrecortadamente mientras se separaba de mí. No sabía que decir. Al parecer ella se dio cuenta porque intentó tranquilizarme.
-Tranquila, no se lo diré a nadie.-en ese momento alguien tocó la puerta y aproveché para huir de ese baño.
Que día de locos.
Iba manejando en mi auto directo a casa, pero me acordé de que mamá estaría allí entonces decidí y a un bar y quedarme hasta tarde.
Mientras bebía un trago de cerveza alguien tocó mi hombro, al darme vuelta me encontré con la mirada del chico nuevo. Rodeé los ojos con evidente fastidio y él sonrió y se sentó a mi lado.
-Un trago de vodka por acá.-le habló al bar tender.
Estaba dispuesta a irme de ese lugar sin embargo antes de levantarme, él me detuvo mirándome fijamente. Sus ojos querían conocerme desesperadamente.
-No te vayas todavía, me comportaré.-dijo haciendo un puchero ridículo.
-Esa bien, pero un solo comentario idiota y me largo de aquí.-me senté cómodamente mientras él me sonreía.
-Bueno y… ¿Qué hace una chica como tú por aquí?-preguntó mientras tomaba un sorbo de su trago.
-Solo quería un trago.-dije indiferente mientras me encogía de hombros.
-Bien. ¿Cuál es tu historia?-me miró fijamente.
-¿Qué te hace pensar que te la contaré?-pregunté levantando una ceja.
-No lo sé…
-No te la contaré, creo que te equivocaste de persona.-fríamente le respondí.
-Bueno pero puedes contarme algo interesante entonces.-me sonrió
-Bien… Pues hoy me besé con una chica.-dije un poco insegura.
-Joder que sexi.-se relamió los labios. Solté una carcajada fuertemente
-Eres un idiota.-me reí.
-Tal vez.
Luego seguimos hablando un poco más de estupideces, me contó que vive solamente con su madre y su hermana Grace, que es un año menor que él, también me habló de que venían de New York, y que querían un lugar tranquilo para vivir, su madre era doctora. Básicamente hablamos de él todo el tiempo y eso me agradó, no me gustaba que me preguntaran cosas sobre mi familia.
Cuando llegué a casa era pasada la medianoche. Mamá estaba lavando los platos cuando me vio entrar.
-¿En dónde mierda estabas?-dijo furiosa mientras se acercaba a mí.
-No es tu asunto.-subí las escaleras y me dirigí a mi habitación cuando escuché su grito.
-ERES UNA PUTA, SALES CON CUALQUIERA Y REGRESAS CUANDO QUIERES, ESO SE TERMINARÁ A PARTIR DE MAÑANA, Y ME IMPORTA UNA MIERDA LO QUE QUIERES, SOY TU MADRE Y RESPETARAS MIS PUTAS REGLAS.-escuchaba sus gritos pero me valía mierda.
Esa noche no pude dormir, tuve pesadillas. Siempre eran las mismas, mi madre matándome.
Me levanté exactamente a las seis. Nunca en mi puta vida me había despertado tan temprano. Hoy sería un día largo como siempre.
Una hora y media después ya estaba yendo directo al instituto. Apenas llegué sentí la mirada de todos como siempre, pero sentía una mirada más fuerte que las demás y era la de una cierta chica.
-Estúpida Michelle.-dije en voz baja sin que nadie me escuchara o eso creía.
-¿Insultando tan temprano?-la irritante voz de Noah me sorprendió.
-¿Eres idiota o te haces?-pregunté con una sonrisa.
-Vaya, cuando sonríes eres hermosa.-una sonrisa se asomó por su rostro.
-Definitivamente eres un idiota.-me reí mientras lo empujaba.
-¿Te sientas conmigo chica triste?
-Claro idiota.-entré con él y todos miraban y murmuraban. Ya me estaban fastidiando demasiado.
Editado: 21.12.2018