Un maravilloso desastre

Final

Estos dos días han sido una locura, más con la ausencia de mi amiga. La verdad es que cuando te acostumbras a sus locuras terminas volviéndote adicta a ella.

El día que se fue me dejó un problema con mi hermano, la estúpida insinuó que estaba embarazada y por poco el energúmeno de Gustavo termina matando a mi pobre Jero. Mi novio y yo tratamos de explicarle que era una broma pero mi hermano no escuchaba, solo se la paso persiguiendo a Jerónimo por toda la oficina hasta que por fin nos escuchó que era broma de Erika y luego salió disparado tras de ella, mi amiga se montó en su auto y desapareció confirmando que todo era una broma.

Hemos estado un poco ocupados ya que hemos decidido trasladar la fiesta de Verónica a nuestra casa ya que en la casa de sus padres es muy pequeña y mi amiga hizo que invitáramos a casi todo el pueblo, sus compañeros de clases y amigos para celebrar su recuperación.

Marcos y Laura me están ayudando con la decoración, los niños corren de un lado a otro jugando con algunas bombas mientras mi hermano, Jero y el padre de Verónica, el señor Ricardo inflan las bombas. Contrate unos cocineros y meseros para que nos ayuden con la comida y su repartición, compramos ramos de flores y todo está quedando hermoso. Lo que me intriga es mi amiga, estos dos días no permitió que alguno de nosotros nos acercáramos a ella o a Verónica, ni siquiera permitió el paso de Marcos y solo sus padres podían ingresar. El día de ayer mi hermano estaba irritado por eso, pero hoy luce algo nervioso y ansioso que llegue el momento para que mi amiga aparezca, no deja de ver su reloj.

Todo ha quedado increíble, empiezo a saludar a los invitados y me acerco a mi hermano que habla con el señor Ricardo.

-Gracias por permitir que la reunión se hiciera en tu casa- Dice el señor Ricardo – También quiero agradecerte por todo lo que has hecho por mí y mi familia, ustedes han sido unas grandes personas y les agradezco por todo- Saca de su bolsillo un papel –Acá tienes el dinero que me has prestado más intereses, sé que me dijiste que no te pagara ningún interés y que cuando pudiera lo hiciera y ha llegado el momento- Mi hermano toma el cheque.

- Le dije al señor Ricardo que no tiene por qué pagar intereses de nada, además sabe muy bien que esto lo hago por gusto y porque usted fue un gran amigo de mis padres y también ha cuidado de mí y mi hermana- Mira el cheque y se lo devuelve – Este dinero lo necesita más usted que yo, gracias a Dios las cosas están mejorando en la hacienda y no tiene por qué preocuparse en devolver el dinero aún- El señor Ricardo niega con la cabeza.

-Tú mismo lo has dicho, gracias a Dios las cosas también están saliendo bien para nosotros y en este momento no necesito de ese dinero- Abro los ojos al ver al hombre que se acerca, me sonríe y guiñe su ojo antes de que mi hermano se dé cuenta de su presencia – Quiero presentarte a mi socio, es Dylan Spencer, es un comerciante y tiene varias empresas, entre ellas la importación o exportación de ganado y su carne, él y yo acabamos de firmar contrato y le hablé de ti y está interesado que te nos una. Esto es una gran oportunidad Gustavo –

-Un gusto – El señor Dylan extiende su mano y la estrecha con la de mi hermano quien luce sorprendido.

-Un gusto señor Spencer- Dice mi hermano.

-Dime Dylan –Dice –Y como dice Ricardo, quiero que te nos una Gustavo, he escuchado maravillas de ti y de verdad quiero tener la oportunidad de trabajar a su lado-

-Gracias señor –Dice mi hermano nervioso.

-¿Qué te parece si mañana nos reunimos y hablamos del asunto?- Dice el señor Dylan y mi hermano asiente.

-ME parece bien-

-Llegaron –El señor Ricardo se disculpa con nosotros y camina hasta la entrada donde entra su esposa luciendo un hermoso vestido y una sonrisa radiante.

-¡Que mierda!- Exclamo en voz alta y mi hermano me da una mala mirada por mi palabrota, desvía su mirada hacia donde yo estoy mirando y su boca se abre.

-¿Se cortó el cabello?- Ambos estamos sorprendidos al ver entrar a Erika con su cabello lacio cortado hasta un poquito más debajo de su mandíbula.

-Su madre la va a matar- Digo y escucho reír al señor Dylan quien mira a su hija con orgullo.

Mi boca se abre aún más al ver entrar a Verónica después de Erika. Se puede escuchar como los invitados exclaman al verla. Luce hermosa, radiante. Su padre toma su mano y camina con su hija saludando a los invitados y puedo ver que todos han quedado con la boca abierta.

Para nada luce como si acabara de salir del hospital, tiene el cabello largo y al mirarlo detenidamente me doy cuenta que ese cabello lo he visto antes.

-¿Es el cabello de Erika?- Pregunta mi hermano.

-Así es – No nos habíamos dado cuenta que la señora Cecilia estaba a nuestro lado y nos saluda de beso en la mejilla – Erika apareció hace dos días con dos mujeres, una de ellas su madre y la otra mujer que maneja una fundación para las personas con cáncer. Nos vinieron a dar la sorpresa que la señora también se encarga de hacerles pelucas con cabello natural a las mujeres que por el tratamiento terminan sin su cabello pero la sorpresa fue mayor cuando fue la misma Erika quien donó su cabello para mi hija – Sus ojos se llenan de lágrimas – Esa niña ha hecho tanto por nosotros – Solloza, me acerco y la abrazo y no demoro en empezar a llorar. Siempre he sabido que Erika es especial, pero esto es demasiado.

-Erika es una persona increíble – Digo y me separo de la señora Cecilia y ambas secamos nuestras mejillas – Es mejor que la llorada la dejemos para después y no arruinemos nuestro maquillaje – Cecilia asiente.

-Iré a saludar a los demás invitados- Besa mi mejilla y desaparece. Miro a mi hermano quien tiene un brillo especial y no deja de observar a Erika quien sonríe y abraza a los niños.

***

Saludo a los niños- Ellos no dejan de tocar mi cabello y preguntar qué porque me lo corte.



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En el texto hay: humor, romance, amistad

Editado: 06.09.2024

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