Capítulo 4
Nota del día:
Si corres y no puedes escapar, solo queda: dejar de correr y enfrentar lo que sea de lo que estemos corriendo.
Sigue el cotilleo en los pasillos mientras camino, en mi mente la universidad era un lugar seguro para conocer personas nuevas y vivir la vida loca de los veinte, sobre todo lo de la seguridad estaba bien marcado en mi mente.
Sin embargo, aquí estoy, caminando por unos enormes pasillos sin nadie a mi lado que me llame o me trate como un amigo, mientras veo a todos los demás cumplir mi sueño como si no fuera nada, la vida suele ser así de irónica. Llego a mi salón de clase, No cometeré el error de novatos de sentarme detrás, nop, me sentaré en el primer asiento en la fila, el más cercano a la puerta.
Sentada aquí, me doy cuenta de lo insignificante que soy, nadie se detiene a mirarme, a preguntar mi nombre, a brindarme apoyo; es como si ni siquiera estuviera.
Saco el móvil del bolsillo y conecto los auriculares, necesito algo lindo pero triste, abro el YouTube, está en primera plana. Es como si me leyera la mente.
Beautiful moments de K. Will.
—Don’t walk away, I’m falling down
»Don’t walk away, I’m falling down...
Mi alma se serena al escuchar los primeros acordes, activo el modo bucle y dejo el sonido fluir poco a poco. .En algún punto de mi vida aprendí a refugiarme en la música. Supongo que es de esas enseñanzas que se aprenden sola y nunca se olvidan.
—Bienvenidos a Historia de la Literatura, no necesito saber sus nombres y el mío viene junto a la asignatura, para los interesados —El silencio es tan repentino que puedo escuchar la voz del recién llegado aún por encima de mi música —. Dijo el filósofo, ensayista, poeta, novelista español y profesor de Harvard, George Santayana:
» “Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo” — Escribe la frase en la pizarra mientras continúa hablando —. La frase es sencilla, corta, y fácil de aplicar; sin embargo, también ha sido atribuida a otros personajes, lo menciono porque no quiero que se desvíen en quien dijo que cosa o se estanquen en esa duda superflua sin sentido o razón. Quiero que investiguen su significado, dónde, cuándo y porqué se dijo, el cómo se popularizó, por qué se mantiene vigente.
» Y lo más importante de todo, quiero que reflexionen del porque la olvidamos.
» Es todo lo que espero de ustedes hasta la próxima. Recuerden que no están obligados a hacer los deberes, ni a estar aquí —Hace silencio creando expectación —, pero ya que van a estar, deberían aprovechar el tiempo y el dinero que están invirtiendo.
Recoge sus marcadores y se va. Lleva las manos dentro de los bolsillos y va a paso relajado. Sale del salón sin decir una palabra más.
Pestañeo varias veces, tengo el bolígrafo en la mano lista para escribir, no me ha dado tiempo. Es simplemente sorprendente la rapidez con la que todo ha empezado y ha acabado.
Ni siquiera tengo un recuerdo de cómo es físicamente, ¿era alto o bajo?, ¿gordito o fortachón?, nop, mi mente no tiene recuerdo de nada.
Vaya por deoz.
¿Quién me vendió la idea que la universidad era divertida?
En algún momento de mi vida, tal vez fue en la niñez, soñé con tenerlo todo: dinero, amor y amigos, también salud, sueños y paz. Me visione como esas personas que prosperan en todo lo que hacen, de esas que parecen que la vida solo le sonríe.
Es como si tuvieran una gran muralla a su alrededor que los protege del horror del mundo.
Luego mientras fui creciendo todo empezó a cambiar; conocí lo que fue trabajar incansablemente por un premio que no gane, sufrir por un amor que al final del San Valentín no fue mío, posar para portadas en las que nunca salí, llamar a móviles que nadie respondió.
Aprendí que, posiblemente, yo no tenía esa muralla a mi alrededor.
Ahora, en la actualidad, tirada en un cama inflable en medio de una casa que no es mía mientras veo el cielo sin sol y sin estrellas a través del pequeño balcón que tengo en frente, me doy cuenta de que nada en lo que soñé o pensé que sería mi vida de adulta es parte de la realidad.
—No estoy seguro —Escucho la voz de Mike antes de que entre por la puerta, el clic de la puerta al cerrarse me saca el último suspiro—, el único interés que tengo en ello es en el que desaparezca. —Me quedo petrificada en el cama, no estoy de ánimos para hablar con nadie —, ¿eso qué significa exactamente?, no, no, no voy a ir a ver cómo me ven.
» Es absurdo pensar que las demás personas solo hacen buenas obras para agradar —Escucho sus pasos, abre la nevera, cierra la nevera, sigue caminando —. No podría importarme menos —Continúa caminando —, ya te lo estoy dicien... —Se detiene —¿Sabes qué?, te llamo luego, tengo una chica tirada en mi salón.
¿Y si me hago la dormida?
— ¿Milna? —No te muevas —No llegaste hace tanto tiempo como para estar dormida, ¿qué haces en el cama? —Suelto el aire en mis pulmones, al parecer me tiene vigilada.
— Estoy llorando —confieso sin levantarme —. Me iré en unos momentos a mi habitación. —Me siento regañada en más de un sentido.
— ¿Y por qué lloras? —Escucho sonidos que no puedo identificar. —, ¿quieres helado? —Giro la cabeza hasta su dirección, él está sentado en el suelo, me tiende un tarro helado.
— ¿Hay alguna razón para llorar? —pregunto metiéndome una cucharada de helado a la boca, me siento en el suelo al lado de él.
—No lo creo, pero si estás aquí, en medio de la sala de una casa que compartes con otra persona a la que casi no conoces y no te importa que te vea, puede significar una de dos cosas:
» La primera es que te gusta hacer drama; la segunda, que no te dio tiempo de llegar a tu habitación. Ambas, son malas opciones.