Capítulo 5
MIKE
— ¿Desde cuando tienes cama en la sala? —Lenon se tira en el y rebota.
—Desde que tengo compañera de piso —Sirvo nuestro zumo de maracuyá con avena, es el favorito de Lenon —, creo que ya te lo dije.
—Me dijiste que ibas a alquilar tu habitación para conseguir más dinero para terminar de comprar el gym —Veo su cabeza levantarse y mirarme —. Tienes que dejar de meter dinero en ese lugar hasta que no encuentres una manera de recibir dinero de vuelta.
» ¿Has pensado que podrías entrenar ciertas personas por una cantidad cuantiosa? —Le escucho en silencio, tenemos esta charla cada dos días, literalmente, cada dos días.
—Sí lo he pensado y mi respuesta sigue siendo no —Le paso el vaso y me acuesto a su lado.
—Ese lugar se está apoderando de todo tu dinero. —Apoya la cabeza en mi hombro. No sabía que tenía tan lindo atardecer hasta que Milna me lo mostro.
—Soy bueno ganando dinero. —Choco nuestros vasos —Sé luchar, de vez en cuando me hago fotos para calendarios calientes y estoy pensando en hacer otros trabajos extras. —La necesidad de justificar lo que hago y porque, es importante para mí.
» Estoy seguro de que puedo abrir una línea caliente.
—O podrías casarte con una vieja millonaria que te mantenga —Se ríe a carcajadas —. Entiendo lo que haces Mike, pero también te digo que hay mejores maneras de hacer lo que estás haciendo.
» A todos nos gusta verte pelear, pero…
—La última vez no fue tan mal —Le interrumpo. Gracias a Dios no salí tan mal herido, me asustaba que Milna me viera tan destrozado que decidiera irse sola o yo le diera miedo.
—La última vez no, pero la antepenúltima te dejo dos días en cama, eso no está bien. —Me sigue regañando como si tuviera trece años.
—Él otro quedo igual o peor.
—Eso no es ningún alivio.
—Lo sé, pero es lo que hay.
—Odio que haya eso.
Nos quedamos en silencio.
—Okey Google, pon Wanna Be1 —La voz de Milna se escucha antes de que se cierre la puerta.
Lenon y yo nos quedamos casi congelados, no la he visto en las últimas veinticuatro horas, lo que es raro si tenemos en cuenta que vivimos juntos.
—It´s a long, cold water after midnight —Ella comienza a cantar, Lenon gira su rostro hasta mirarnos, no sé exactamente lo que me está preguntando con la ceja levantada, ella abre y cierra la llave del fregadero, Lenon levanta su teléfono y mira por la cámara frontal —, when you send me home —Su voz se aleja.
—Maldición —Mira la foto en su móvil, le hace zoom, me pone la pantalla en la cara, luego lo quita y lo pone frente a su rostro —, es ella; Mike, es ella.
— ¿Mi inquilina?, sí…
—Obvio eso, pero es ella la chica del video.
— ¿Qué video? —Por alguna razón desconocida todo mi cuerpo se eriza, segundos después sé por qué.
A este punto tengo que aclararme o aclararles, que si bien mi empatía es buena, no es accesible; pero cuando se trata de otra víctima, me desbordo; y si esa victima casualmente vive conmigo y yo no vi venir las señales, entonces dentro de mi cuerpo se empieza a revolver todo.
Tal vez sean los recuerdos de los que aún no me puedo deshacer, tal vez sea que la adultez no te libra de los malos momentos o sencillamente sea que me siento como un inútil, porque alguien que no me ha pedido ayuda lo necesita y por supuesto, no lo sabía.
—El video de la fiesta —De pronto somos dos señoras a punto de compartir el mayor chisme de la semana —. Primero que todo, yo no sabía que vivía contigo; segundo, me estaba besando con el chico que me gusta desde hace meses; tercero, y más importante, no te enloquezcas. —Me mira atentamente.
Dejo el vaso a mí lado, Lenon es la persona que más me conoce en el mundo y si me está diciendo que no me enloquezca, es que posiblemente, voy a enloquecer.
—Dale play. —Envuelvo mis dedos uno con otros.
“Dale graba, no me importa su vestido bonito, aquí todos pasamos la novatada” se escucha la voz de Demi, la he visto pocas veces, pero sé quién es.
“Hace rato no hacemos esto” La inconfundible voz de Dayana, me eriza la piel, definitivamente no es mi persona favorita.
“Pues es momento de empezar a hacerlo otra vez.”
Se acaba la conversación, mueven la cámara hasta enfocar a Milna parada en el centro jugando dardos, ganando y bebiendo. Deja de jugar y da unos pasos a un lado, la siguen grabando; Demi la llama, alguien le atraviesa el pie y otra persona la empuja a la mesa de las bebidas. Observe cuanto tiempo había pasado entre verla jugando dardos y luego verla tirada, cubierta de todo tipo de alcohol sin nadie que la ayude a ponerse de pie.
Solo había pasado un minuto.
Se escuchan risas a través de la bocina del teléfono, Milna se quedó petrificada, luego solo le levanto y el video se acabó.
Cierro los ojos y respiro.
—Muy bien, respira profundo, muy bien, respira de nuevo —La mano de Lenon está sobre mi hombro, coloca la otra mano en mi abdomen —, respira desde aquí.
» Tú no pudiste hacer nada porque no estabas allí. Respira Mike.
Cierro mis ojos, empiezo a respirar.
Mucho tiempo atrás en la vida de Mike…
Patadas.
De todos los métodos de humillación, agresión y tortura, las patadas estaban en el top uno.
No se trataba de que en las patadas se usaba casi toda la fuerza del cuerpo para maltratar, tampoco se debía a que era la parte más alejada del cuerpo; todo se trataba de la distancia entre agresor y víctima.
Mike no pensaba nada de eso, tirado en la acera de su escuela, mientras sus compañeros de clases lanzaban patadas tras patadas, no le gritaban como en ocasiones anteriores, solo lanzaban patadas: a sus costillas, a su cabeza, a sus piernas, a donde sea que sus piernas y pies pudieran llegar, allí le pegaban.